BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 18. OCTUBRE. 1961.
FINES DEL ORATORIO
Por muchos y repetidas veces, se nos ha
preguntado cuáles eran los fines o misión espe-
cífica de la Congregación del Oratorio. Bastaría
decir que se reduce a un apostolado simple y
totalmente sacerdotal, como, por otra parte,
debe ser siempre todo apostolado y como fue el
que llevó a cabo, hasta transformar la ciudad de
Roma, nuestro glorioso Fundador S. Felipe Neri.
Pero la Iglesia ha dado a los hijos de S. Felipe,
en las Constituciones y Estatutos que les rigen,
un resumen de normas que les ayudan a seguir,
superando la propia flaqueza, las huellas ascé-
ticas y apostólicas del Santo.
Copiamos del capítulo segundo de los Esta-
tutos Generales, en los números, 7, 8 y 9.
El Instituto del Oratorio de S. Felipe Neri tiene
como fin general, la santificación de sus miembros. Esta
santificación, a norma de las Constituciones y Estatutos,
debe conseguirse suave y eficazmente, por medio de:
1.) la libre observancia de los consejos evangélicos;
2.9) la fiel observancia y amor a la vida de comunidad,
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informada del espíritu de familia y penetrada de la más
suave caridad: 3.9) los ejercicios prescritos de perfección
cristiana, principalmente la oración y sincera piedad
hacia Dios, Cristo nuestro Señor, y la Bienaventurada
Virgen María; la humildad y el desprecio de uno mismo
y de la vanagloria; y finalmente la continua y casi con-
natural mortificación interna, especialmente del propio
juicio y voluntad; 4.) el digno y santo ministerio sacer-
dotal; 5.) una siempre y en todo serena paz y alegría
interna y externa, que informe el modo de servir a Dios,
el trato común y el trabajo ministerial con las almas, de
tal modo que pueda repetirse de los hijos con verdad lo
mismo que de su dulcísimo Padre: IN LAETIZIA
(¡con alegría!).
Fin particular del Instituto del Oratorio, es cooperar
con todas las fuerzas, mediante los ministerios sacerdo-
tales y según las normas de las Constituciones y de
los Estatutos, a la salvación y santificación de las almas».
Para la eficaz consecución de este fin particular, con-
viene primero y principalmente, usar los medios y valerse
de los ministerios sacerdotales que expresamente se
señalan en las Constituciones y Estatutos, o sea: 1.9) la
predicación evangélica en nuestras iglesias, acomodada
a las exigencias de nuestro tiempo; 2.) la formación de
las almas para una vida verdaderamente cristiana, que
tenga como signo una piedad sólida y filial hacia Dios
y una activa caridad hacia el prójimo, confirmada por
el fiel ejercicio de las obras de misericordia, principal-
mente a través del Oratorio secular; 3.9) el asiduo mi-
nisterio de la confesión y de la dirección espiritual; 4.0)
el culto en las propias iglesias, en todo y por todos cele-
brado con tanta diligencia, devoción y dignidad, de
manera que se dé a Dios el honor debido y sirva de
edificación y de instrucción para el pueblo; 5.0) el apos-
tolado de la juventud, tanto valiéndose de las formas
tradicionales, como el promovido por las nuevas formas,
según la exigencia de las necesidades actuales.
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Y, por la reiterada referencia al ORATORIO
SECULAR, copiamos a continuación lo que concisa
y exactamente se resume, sobre el mismo, en los
primeros números del cap. XIV de nuestras
Constituciones, dedicado todo él a esta forma
específicamente oratoriana de apostolado:
«Entre todas las formas de apostolado filipense, la
primera y principalísima, que dio origen y hasta nombre
a la misma Congregación, es el Oratorio. Para que se
pueda distinguir de la Congregación del Oratorio a éste
su principal instrumento de apostolado, se le ha llamado,
apropiadamente, Oratorio secular».
«El Oratorio secular es una asociación canónica de
fieles, propia de la Congregación del Oratorio de
S. Felipe Neri, unida legalmente a ella y sujeta a la
misma, que reviste la forma de pía unión y tiene su
sede en la Iglesia o una capilla de la Congregación».
Esta feliz y providencial forma de aposto-
lado, ya tradicional en la historia de la Iglesia,
ha dado lugar, después del siglo XVI, a inspira-
das imitaciones y aplicaciones, que es fácil des-
cubrir en casi todas las modalidades apostólicas
que mayor bien han hecho a las almas. El se-
creto del éxito apostólico de San Felipe fue
sencillo: un regreso o, mejor dicho, una revitali-
zación del ambiente secular, del mundo en que
vivió, a base de lo que fue esencial en la vida de
los primeros tiempos del cristianismo: concien-
cia auténticamente cristiana, frecuencia de sa-
cramentos y espíritu de oración. El apostolado
sólo puede ser el exceso de lo que esto significa
y hace en el hombre.
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HORARIOS
SERVICIOS RELIGIOSOS
Días laborables
Misas a las 7'15 y a las 8 de la mañana.
Se avisa el día antes, cuando ha de faltar la misa de 8.
Se oyen confesiones de 7 a 8 de la mañana y de 7 a 8 de
la tarde.
Días festivos
Misas: a las 9 y a las 11 de la mañana.
A las 10, misa del Oratorio secular; sólo para hombres.
Vísperas cantadas y Bendición con el Santísimo, a las 7'30
de la tarde.
Se oyen confesiones media hora antes de cada miss y
durante la misa de 9.
ORATORIO SECULAR
Para hombres, todos los miércoles no festivos, a las 8'30
de la tarde.
Para señoras, cada primer jueves de mes, a las 5:30 de la
tarde, en la iglesia.
Para señoritas, el primer y tercer jueves de cada mes, a
las 8'30 de la tarde.
CATECISMO para niños.
Todos los domingos a las 12'30 de la mañana.
Escuela de monagos
Todos los sábados, a las 7 de la tarde.
Ensayo de canto litúrgico
Todos los sábados a las 8'30 de la tarde.
LAUS DEO
(Con las debidas licencias)
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