BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 26. OCTUBRE. 1962.
YA, EL CONCILIO
Repetidas veces, desde este mismo boletín, y haciendo el
mejor uso posible de su modestísima capacidad, nos hemos
referido al Concilio, cuya apertura domina, en estos momentos,
la expectación de todos los hombres.
Como católicos, este suceso nos vincula al acontecimiento
más importante al que la Providencia nos concede asistir.
Repetiríamos aquí todo lo que dijimos, en este mismo lugar, en
enero de este año, pero insistiendo en el espíritu de oración
con que debemos acompañar la celebración de la gran Asam-
blea ecuménica y en la vivísima y filial adhesión a la persona
del Papa que es, en definitiva, la clave que decide y sanciona
y del que emana toda disposición concreta, auténticamente
católica, que del Concilio surja.
Como albacetenses, hemos de incluir en estas plegarias, a la
persona de nuestro Obispo, miembro del Concilio no sólo como
los demás pastores diocesanos de todo el mundo, sino también
como miembro de una de las Comisiones que han trabajado en
su preparación. A través de los respectivos Obispos, puede
afirmarse que todos los fieles católicos estarán representados
en Roma.
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En particular, como oratorianos, todos cuantos vivimos del
Influjo espiritual de los hijos de San Felipe Neri, debemos
acompañar con un recuerdo especial de simpatía y de oraciones,
a los seis Padres del Oratorio integrados en diversas Comisio-
nes Preparatorias —y cuya personalidad dimos a conocer opor-
tunamente aquí mismo—, para que, con el mismo amor a la
Iglesia y el mismo celo por el bien de las almas que distinguió
a San Felipe, aporten generosamente igual esfuerzo, para que
resplandezca la santidad de la Iglesia y se santifique el mundo
que nos toca vivir.
PALABRAS DEL PAPA
Transcribimos algunos párrafos entresacados de dos
discursos pronunciados por Juan XXIII el 17 del pasado
mes de septiembre, dirigidos, el primero, a una agrupa-
ción musical alemana y, el segundo, a unos estudiantes
italianos. Tan recientes palabras del Papa, nos trasmiten
auténticamente la vibración sobrenatural y humana de
su corazón asomado al magno acontecimiento, ya inmi-
nente, y nos dan un reflejo de su mirada providencia-
lista. Una vez más, el Papa, se nos muestra como maestro
del mundo y Padre de todos: sereno en sus pensamientos,
valiente en su voluntad, joven de corazón y optimista
ante la vida.
El Concilio querrá elevar al cielo y difundir por la tierra,
como una potente sinfonía, que ponga aún más de manifiesto a
las mentes humanas los caminos de la verdad, que empuje los
ánimos hacia la conquista de la virtud y que despierte en los
pueblos el anhelo por un trabajo concorde que alcance la meta
del bien de una paz que lo sea para todos.
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El esfuerzo por perfeccionarlo todo, no solamente desde el
punto de vista de la organización y la técnica, sino también en
el plano espiritual, llega a todos los sectores de la vida econó-
mica y política, cultural, deportiva y recreativa, y nos lleva a
una estima y valoración de la juventud con más optimismo hoy
que en el pasado.
Es verdad que no tenemos un horizonte sin nubes, siempre
habrá alguna. Pero en nuestros días la tierra produce sus frutos
con mayor abundancia que ayer; y los hijos del hombre, incluso
muchos a los que no se les enseñó, se vuelven con mirada con-
fortada y más límpida al Padre que está en los cielos.
No os separéis nunca, queridos jóvenes, de la visión recta-
mente optimista que debe encauzar vuestros pasos. Sed hom-
bres pacíficos (Mt. V, 9), sed edificadores de la paz, sedlo
todos. Y por ello, no consintáis en perder el tiempo en los
necios juegos de la polémica amarga e injusta, de aversiones
preconcebidas y definitivas, de rígidas catalogaciones de hom-
bres y de sucesos. Estad siempre dispuestos para los grandes
designios que os depare la Providencia.
Porque esto es lo que quiere la Iglesia, y no otra cosa, con
su Concilio.
VOCACIONES SACERDOTALES
Dos jóvenes del Oratorio han sentido la llamada
de la vocación sacerdotal y han ingresado, uno
en el Seminario Diocesano y otro en nuestra Con-
gregación. Son respectivamente, Daniel Sánchez
y Miguel Abia.
Encomendémosles a Dios para que les conceda
celo, ciencia, gracias de santidad y una fervorosa
perseverancia.
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HORARIOS
SERVICIOS RELIGIOSOS
Días laborables
Misas: a las 7'15, a las 8 y a las 9 de la mañana.
Se avisa el día antes, cuando ha de faltar la misa de 9.
Confesiones: de 7 a 8 de la mañana y de 7 a 8 de la tarde.
Días festivos
Misas: a las 9 y a las 11 de la mañana.
A las 10, misa del Oratorio secular.
A las 1145 misa infantil.
Se oyen confesiones media hora antes de cada misa y
durante la misa de 9.
Vísperas cantadas y Bendición con el Santísimo a las
6'30 de la tarde.
ORATORIO SECULAR
Para hombres, los jueves a las 8'30 de la tarde.
Para jóvenes, los miércoles a las 8:30 de la tarde.
Visita al Hospital, los domingos a las 4 de la tarde.
Para señoras, cada primer jueves de mes, a las 5630
de la tarde.
CATECI SMO
Todos los domingos a las 12'30 de la mañana.
Ensayo de canto litúrgico
Los viernes a las 8:30 de la tarde.
Escuela de monagos
Los sábados a las 7 de la tarde.
Liturgia de fiestas y tiempos
Los sábados a las 8-30 de la tarde. Es indispensable asistir
con Misal y N. Testamento.
Laus Deo
(Con las debidas licencias)
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