BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 30. FEBRERO. 1963.
LUZ DE POBREZA
La Fiesta de la Presentación de N. Señor en el Templo, es
una fiesta de luz, que resume, en las llamas litúrgicas de la
celebración, las claridades de Navidad y de la Epifanía, recal-
cando la lección de pobreza, limpia y transparente, que desde
su nacimiento y en toda la vida, nos da Jesucristo. José y
María, al presentar a Jesús en el Templo, ofrecieron el rescate
de los pobres, dice el evangelio (Lc. 2, 24).
La pobreza no es la santidad misma; pero es la corteza de
la santidad, que la protege y la aísla, espiritualmente, de la es-
clavitud y pegajosidad mundana.
Un cristiano no podrá ser santo, si tiene apego a los bienes
materiales. No basta resignarse con una leve composición
mental que más o menos tranquilice la conciencia, sino que hay
que practicar, de obra, tal desasimiento, ya prescindiendo del
uso de las cosas que se poseen, ya, incluso, desposeyéndonos
de las mismas.
Esfuércense, los materialmente pobres, en evitar la envidia
y la codiciosa ansia de llegar a ricos. Y los ricos, practiquen a
menudo actos de verdadero y real desasimiento, sin prestar
oídos a las adulaciones que les rodeen, y gócense por el mucho
bien que pueden hacer. Y háganlo.
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ORACIÓN
PARA LOS HOMBRES DE NUESTRO TIEMPO
Señor, que nos haces vivir en esta época
admirable,
en la hora en que la inteligencia humana, hu-
milde reflejo de tu gloria, dilata los límites del
conocimiento y echa atrás las fronteras del
Cosmos;
en el lugar donde la fuerza de tus santos, a la
voz de tu vicario, hace resurgir a tu Iglesia en
un ímpetu que la lleva a las alturas:
haz que la humanidad sepa comprender su for-
tuna, esta suerte que tu Providencia ha reser-
vado a nuestra generación,
para que en sus esperanzas y en sus pruebas
sepa ella reconocer las decisiones adorables
con que la amas,
y ame su tiempo como una de las razones
más seguras que tiene para poder amarte a ti.
Haz, Señor, que los hombres de nuestra
época se midan por los dones que tú difundes
por medio de ellos;
que no confundan lo que dura con lo que pasa,
lo que ensalza con lo que abate, lo que se es,
con lo que se tiene,
y que, en la inmensidad del ofrecimiento con
que les brindas la participación en la alegría de
crear, no se olviden de la obra del Creador.
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Haz también, Señor, que el egoísmo, el odio,
la violencia, no sean el desdichado y necesario
reverso de todos nuestros adelantos;
sino que nos hagamos, unos con otros, genero-
sos, fraternales, en el dilatado sentido de la
exigencia de una comunidad que, en sus mis-
mos orígenes, recibió de ti la existencia;
que nuestra generación sea como un eslabón
más, bueno y fuerte, de esta inmensa cadena
que no terminará hasta el día luminoso en que
todos seremos juzgados por ti.
Sobre todo, Señor, ya que somos tan débiles
e inconstantes en la búsqueda del destino que
nos asignas,
haz que sepamos medir la grandeza de nuestra
tarea y de nuestra propia responsabilidad, para
que comprendamos que el futuro está en nues-
tras manos y dentro de nuestras almas,
y que, este mundo que está naciendo, será he-
cho a semejanza de tu Faz o según la imagen
de nuestras traiciones.
Y puesto que tú mismo has dicho, Señor,
que tu Palabra no pasará y que los poderes del
infierno no prevalecerán sobre ella,
clava, Señor, esta certeza en nuestros corazones,
para que esté incesantemente presente en no-
sotros, y nos consuele y nos anime, y nos llene
de fuerza y de fe y de esperanza,
en los días en que parece que las tinieblas nos
sepultan, y la angustia y el desaliento nos ven-
cen cuando nos damos cuenta de nuestras lo-
curas y pensamos en nuestras infidelidades.
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LA IGLESIA DE LOS POBRES
Se comenta mucho, en Roma, el ejemplo de un obispo —que ha
querido permanecer en el anonimato—, que para llegar al Concilio
hizo más de 300 kilómetros a pie y vestido de vagabundo, para obtener
una experiencia personal y directa de la vida de los pobres y de la
pobreza.
También, Julio Botero, obispo de Colombia, abandono, hace
unos meses, su palacio episcopal y se fue a vivir en un suburbio, donde
cada día tiene algún vecino invitado a su mesa,
Varios obispos suramericanos han procedido al reparto de sus
tierras entre el pueblo.
El obispo de Natal, en el Brasil, gran propugnador de la reforma
agraria de su país, mandó detener la construcción de su catedral, para
dedicar su presupuesto a la edificación de unas escuelas.
Un par de días antes de la última Navidad, el cardenal Lercaro
decía: «El Hijo de Dios, siendo rico se hizo pobre y mantuvo constante-
mente su predilección por la pobreza, desde la cuna de Belén hasta la
desnudez de la Cruz. Además, predicó la pobreza y la presentó como
una exigencia ineludible para quien quiera ser su discípulo. Y el misterio
de la pobreza está ligado a la Iglesia, no sólo porque se nos revela pobre
en sus orígenes evangélicos, sino en toda su historia; de tal suerte que,
las grandes épocas de la Iglesia, sus grandes movimientos de renovación
interior y de reforma, y los momentos de su más feliz expansión por el
mundo, corresponden siempre con las épocas en que el espíritu de
pobreza se da en ella con más evidente afirmación».
CONFERENCIAS CUARESMALES
En el próximo boletín de marzo, daremos los días y horarios
correspondientes a las conferencias que, como todos los años, se
dan en la iglesia del Oratorio a los fieles que la frecuentan. Este
año se atenderá a la necesidad espiritual de
HOMBRES,
SENORAS
JOVENES,
SEÑORITAS y
CHICOS ADOLESCENTES
ORATORIO DE SEÑORAS
tendrá lugar, como de costumbre, el primer jueves de febrero, o
sea el día 7 a las 5-30 de la tarde y se agradecerá la puntualidad.
Laus Deo
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