BOLETIN
DEL ORATORIO DE ALBACETE. |
N.º 34. JUNIO. 1963. |
LA PRIMERA PIEDRA |
DEL PRIMER ORATORIO |
El cardenal Capecelatro,
célebre historiador filipense del siglo pasa- |
do, al tratar de la
edificación de la iglesia de Sta. María in Vallicella, de |
Roma, que el mismo San
Felipe emprendió, junto con la casa para los |
Padres y demás
dependencias para el apostolado, resume cuidadosamente |
todas las incidencias que
caracterizaron empresa tan santa, sacando los |
datos principalmente de
los dos historiadores clásicos de San Felipe y el |
Oratorio: Gallonio (m.
1605) y Bacci (m. 1656). Copiamos el siguiente |
párrafo, del cap. II del
Libro Tercero de la «Vida de San Felipe Neri», |
del P. Capecelatro: |
Señalada, pues, el área,
se comenzó a edificar la nueva igle- |
sia, colocando la primera
piedra, con el rito y solemnidad de- |
bida, el arzobispo de
Florencia, Alejandro de Médicis, que |
después fue Papa con el
nombre de León XI, gran amigo de |
Felipe, el día 17 de
septiembre del año 1575, año de jubileo. |
La iglesia y la casa de la
Vallicella se construyeron con una |
rapidez increíble, si se
tiene en cuenta principalmente que |
Felipe, a más de ser
pobre, era muy mirado en pedir dinero. |
Puso toda su confianza en
la divina Providencia, y cuanto más |
crecían las dificultades,
así cobraba más ánimo, contestando a |
los que mostraban dudar:
¿Qué queréis? Dios me ayudará. Y |
si le agobiaban,
ponderándole la enormidad del gasto, y califi- |
cando, por decirlo así, de
imprudente la empresa de querer |
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levantar un edificio tan
grande sin contar de antemano con |
dinero, respondía: «Habéis
de saber que tengo tanta con- |
fianza en Dios, que soy
capaz de echar por el suelo todo lo |
hecho, y levantar otra
iglesia más espaciosa y que cueste |
más dinero. Y es de notar
que nunca pidió el dinero a nadie, |
por lo que se refiere el
caso siguiente: Un hermano de la casa, |
que atendía a las obras de
la iglesia, se presentó desanimado al |
Santo y le dijo que no
había dinero, y que por esta razón el |
edificio no podía pasar
adelante. Respondiole Felipe que no |
temiese, porque el Señor
no dejaría de socorrerles providencial- |
mente con lo que fuese
necesario. Pero el hermano añadió que |
puesto que conocían a un
caballero riquísimo que repartía |
cuantiosas limosnas, que
seguramente también las haría al Ora- |
torio, si se le pedía. A
lo cual respondió el Santo: Hijo mío, |
jamás he pedido nada a
nadie y Dios nunca me ha desam- |
parado. Aquel caballero
sabe muy bien nuestra necesidad; |
si querrá favorecernos con
alguna limosna, él por sí mismo |
la hará, sin que yo se la
pida. |
Concluye el historiador,
relatando como, ricos y pobres, casi todos |
los de Roma, fueron dando,
del propio sacrificio y, las mujeres, despo- |
jándose de joyas y
vanidades, de modo que, al cabo de dos años, ya pu- |
dieron los Padres abrir al
culto la nueva iglesia, que hasta nuestros días, |
ya vetusta, pero siempre
hermosa, sigue llamándose por los romanos, la |
(Chiesa Nuova)... |
«Espíritu Santo
consolador, ven a terminar |
en nosotros la obra
comenzada por Jesús, |
y que ningún cálculo pueda
oprimir la |
anchura inmensa del amor,
entre los es- |
trechos límites de
nuestros mezquinos |
egoísmos... ». |
JUAN XXIII |
Pentecostés de 1962. |
2 (22) |
EL ACTA |
Texto del acta de la
bendición y colocación de la primera piedra |
de la iglesia de este
Oratorio de Albacete. |
En el nombre de Dios.
Amén. |
En el año del Señor
MCMLXIII, y en el día veintiséis de |
mayo, Festividad de San
Felipe Neri, cuando se cumplía el |
décimo aniversario de la
erección canónica, por la Santa Sede, |
de esta Congregación del
Oratorio de San Felipe Neri, de Alba- |
cete, y ocupaba la silla
de Pedro el Papa Juan XXIII, en pleno |
Concilio Ecuménico
Vaticano II; y era Pastor de esta joven |
Diócesis de Albacete, su
primer Obispo, el Excelentísimo y Re- |
verendísimo Padre Arturo
Tabera y Araoz, C. M. F.: el mismo |
Señor Obispo, bendecía y
colocaba la primera piedra de la |
iglesia de la Congregación
del Oratorio albacetense, que se edi- |
ficaba en alabanza de
Dios, en obsequio de la Bienaventurada |
Virgen María y de Nuestro
Padre San Felipe Neri, y para el |
bien de las almas. |
Acompañaban a la Comunidad
del Oratorio de Albacete, en |
tan solemne acto, miembros
del Ilustrísimo Cabildo Catedral y |
del clero diocesano y
religioso de la Ciudad, con el arquitecto |
don Adolfo Gil Alcañiz,
autor del proyecto, el aparejador don |
Juan Ángel Gallego
Valiente, una representación de la empresa |
constructora «Firmes y
Estructuras, S. A.", y el concurso de |
fieles y ciudadanos amigos
del Oratorio, con Autoridades de la |
Ciudad y provincia de
Albacete. |
Junto con el acta
presente, se encerraban en el cofre dis- |
puesto en la cavidad de la
primera piedra, como documentación |
fehaciente de la época, un
ejemplar de «L'Osservatore Roma- |
no» del día veintitrés de
los corrientes, el del día veinticinco de |
«La Voz de Albacete, con
otros impresos relativos al Oratorio; |
también algunas monedas de
curso legal en España, Ciudad del |
Vaticano, Alemania,
Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Che- |
coeslovaquia, Chile, Cuba,
Estados Unidos de América, Francia, |
Grecia, Holanda,
Inglaterra, Irlanda, Israel, Italia, Laos (Indo- |
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china), Marruecos, México,
Mónaco, Persia, Polonia, Portugal. |
Rumania, Rusia, Siria,
Suecia, Suiza, Túnez, Turquía y Vene- |
zuela, y se pretendía dar,
en la reunida variedad de países |
razas y continentes por
ellas representados, una expresión sim- |
bólica de la actual
aspiración de la Humanidad, anhelante de |
paz y de unión, que
deseábamos fuese bajo la mirada de Dios, |
Padre de todos los
hombres. |
Se depositaban, además,
medallas de la Santísima Virgen |
María, de San Felipe Neri
y una de los Apóstoles San Pedro y |
San Pablo con la efigie,
en el reverso, del Pontífice felizmente |
reinante, y un poco de
tierra de las Catacumbas de San Sebas- |
tián, de Roma, recogida en
el lugar donde, hace cuatro siglos, |
San Felipe recibió el
Espíritu Santo. |
En fe de lo cual, junto
con el Señor Obispo oficiante, firman |
algunos de los presentes,
y se sella con el propio de esta Con- |
gregación, para
conocimiento de los venideros. |
Siguen las firmas: |
‘+ Arturo, Obispo de
Albacete. |
José Gómez Rengel, Alcalde
de Albacete. |
J. Luis Fernández
Fontecha, Presidente Diputac. Albacete |
Adolfo Gil Alcañiz,
Arquitecto. |
Juan A. Gallego,
Aparejador. |
Mario Víctor Ontalba, de
«Firmes y Estructuras, S. A.» |
Pedro Serrano, Canónigo
Pref. de Ceremonias. |
P. Ramón Mas, C. O.,
Prepósito del Oratorio. |
Alfonso Moreno, Maestro
Albañil. |
José García, Oficial
Albañil. |
Miguel Rodríguez, Peón
Albañil. |
Antonio Sánchez, Peón
Albañil. |
Jerónimo Mañas, Peón
Albañil. |
Herrainz, Peón Albañil. |
Manuel Mora, Fontanero. |
Hay un sello que dice:
CONGREGATIO ORATORII SANCTI |
PHILIPPI NERII. ALBASETI. |
Laus Deo |
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