BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 59. MAYO. 1966.
TRES AÑOS
Tres años van a cumplirse, en este San Felipe, que comen-
zamos las obras y, aún cuanto no podemos convocar para su
Inauguración, a tantos amigos nuestros y del Señor, que nos
han ayudado a levantar estas paredes, no podemos menos que
agradecer a Dios todos sus beneficios y decir, otra vez, a todos
nuestros bienhechores, que el Señor, ciertamente, se lo pagará
con gracias del alma, porque han hecho una obra buena.
Buena, antes que nada, si han pensado en sus propias
almas: si han dado su limosna como expiación de los pecados
y como modo de agradecer las bendiciones de Dios.
Pero buena, además, para Albacete, para la Iglesia, para
Dios, porque de Albacete, de la Iglesia y de Dios son las almas
que se han de beneficiar del Oratorio.
Es verdad que sólo podemos ofrecer esperanzas. Pero siem-
pre será así, porque la predilección del Oratorio serán siempre
los jóvenes, que son, también, la esperanza de la Ciudad terres-
tre y del Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia.
Tres años de esperanza. Y luego, cada logro, abrirá el por-
venir a nuevas y mayores esperanzas de bien, para todos.
1 (33)
LA VIRGEN DEL ORATORIO
En la Iglesia que estamos construyendo,
tendremos una hermosa imagen de la virgen
María, según modelo proyectado exprofeso
por el escultor don Jorge Camps Vila. La eje-
cución, en un bloque de piedra de algo más de
dos metros de altura, está casi terminada, a
falta sólo de los últimos retoques y confiamos
que la podamos recibir y colocar en la fachada
principal de la iglesia, a principios de este
verano.
Ocupará el centro de la gran peana ajardi-
nada, junto a la escalera de ingreso. La calidad
y sobriedad de sus líneas, se a viene al estilo
sencillo de la arquitectura que la envuelve;
pero será, como surgida de las piedras, como
un aliento del templo, la sonrisa dulce y mater-
nal, derramada en los hijos, cada vez que acu-
damos a la «casa de Dios», que es la de su Hijo
o, aunque pasáramos de largo, cada vez que
crucemos adelante, por el camino.
La que primero recibió el reino de Dios, la
primera cristiana, la Madre del Señor y de la
Iglesia, será representada para que nos recuer-
de, otra vez, «que hagamos siempre lo que El
nos diga» y que, en el misterio o en la luz,
«guardemos en nuestro corazón», las palabras
de su Hijo.
Y estará siempre allí, en la puerta de la Igle-
sia, como una madre que espera a los hijos; a
la vera del camino, como una flor que espera
flores.
Y dentro el Señor, y delante la vida, y arriba
el cielo.
2 (34)
DICE LA IGLESIA
«La profesión de los consejos evangélicos,
aunque lleva consigo la renuncia de bienes que
indudablemente se han de tener en mucho, no
es obstáculo, sin embargo, para el enriqueci-
miento de la persona humana, sino que, por su
misma naturaleza, la favorece grandemente.
Porque los consejos evangélicos, aceptados vo-
luntariamente según la vocación personal de
cada uno, contribuyen no poco a la purificación
del corazón y a la libertad de espíritu, excitan
continuamente el fervor de la caridad y, sobre
todo, como se demuestra con el ejemplo de
tantos santos fundadores, son capaces de ase-
mejar más la vida del hombre cristiano a la
vida virginal y pobre que para sí escogió Cristo
Nuestro Señor y abrazó su Madre, la Virgen».
Así afirma el Concilio Vat. II (De Rel. 46).
Los consejos evangélicos, dice en otra parte,
«son un don divino que la Iglesia recibió del
Señor (43) y que luego Ella organizó, en for-
mas diversas y estables para ventaja de cuantos
formen parte de tales organizaciones o familias
espirituales y para el bien de todo el Cuerpo de
Cristo. Estas familias, concluye, «ofrecen a sus
miembros todas las condiciones para una ma-
yor estabilidad en su modo de vida, una doc-
trina experimentada para conseguir la perfec-
ción, una comunidad fraterna en la milicita de
Cristo y una libertad mejorada por la obedien-
cia», todo para avanzar en la vida de la caridad
con espíritu gozoso.
Esto, que puede decirse de todo estado de
vida de perfección, puede también decirse del
Oratorio, y nos lo aplicamos gozosamente.
3 (35)
CONSEJOS DE SAN FELIPE
A LOS JÓVENES
Felices vosotros, oh jóvenes, porque tenéis
tiempo para hacer el bien.
No retraséis el hacer el bien, porque la
muerte no se retrasa nunca.
No se nos da el tiempo para que durmamos:
el paraíso no se ha hecho para los perezosos.
Hijos míos, estad siempre alegres. Lo que
quiero es que no cometáis pecados, pero estad
alegres... A un espíritu alegre le es más fácil
alcanzar la perfección cristiana, que a un espí-
ritu melancólico.
Si queréis perseverar en el bien, huid de los
malos compañeros, evitar conversaciones tor-
pes y no miméis demasiado vuestro cuerpo.
Sed humildes, tened bajo concepto de voso-
tros mismos, porque la humildad os mantendrá
en vida de pureza.
No podemos hacernos santos en cuatro días,
Porque la perfección se adquiere con gran fa-
tiga y poco a poco.
No hagáis de maestros de los demás y, antes
de pensar en convertir a los demás, emplearos
en mejorar vuestra propia vida.
Recibid a menudo los sacramentos, leed
vidas de santos, oíd la palabra de Dios, no fal-
téis a las reuniones del Oratorio: todo esto
agrada mucho al Señor.
Procurar tener siempre presente a Dios en
todo, y vivir cada día como si fuese el último
de vuestra vida.
4 (36)
A TODOS
No quiero escrúpulos ni melancolías entre
los de mi casa.
No hurtéis el hombro a la cruz que el Señor
os envía, porque os exponéis a tropezar con
otra mayor.
Que los jóvenes se mantengan castos y los
mayores no se dejen dominar por la avaricia y
todos seremos santos.
Nunca hará progreso alguno en la virtud el
que, de algún modo, se deja llevar de la
avaricia.
Si encontrara a diez hombres verdadera-
mente desprendidos, me vería con ánimo de
convertir el mundo.
No dejéis nunca la oración para ir en pos
de lo que os divierta; primero la oración, des-
pués la diversión.
El que busca recreación fuera del Creador
y consuelos fuera de Cristo, nunca los encon-
trará, y el que quiere algo que no sea de Dios,
no sabe lo que quiere.
Os dejo en libertad para que vengáis u os
vayáis del Oratorio, porque no quiero a nadie
forzado; pero estoy decidido a prescindir de
todo el que no se avenga a cumplir las pocas
normas que he dado.
Aunque seáis muy felices y tengáis gran in-
teligencia, y gocéis de salud, y recibáis honores
y poseáis riquezas, pensad: «¿y después?», por-
que hay que morir, ciertamente, y dejarlo todo.
5 (37)
ORACIÓN PASCUAL
Gracias, oh Padre, porque has amado tanto
el mundo, hasta darle tu Hijo para rescate del
esclavo.
Gracias, oh Cristo, porque has querido ser
antes salvador que juez, y pagar con tus heridas
todas nuestras deudas.
Gracias, oh Espíritu Santo, porque hacen
llegar hasta nosotros las riquezas infinitas de la
sangre divina derramada.
Guarda, oh Jesús crucificado y resucitado, a
esta pobre familia humana, por la cual no has
dudado en hacerte obediente hasta la muerte y
muerte de cruz. Ilumina a los ciegos que no ven
en Ti el único CAMINO, la única VERDAD, la
única VIDA; desarma los odios que transfor-
man tu patria de elección en patria de Caín;
colma los abismos abiertos entre las razas, en-
tre los pueblos, entre las clases, y consuma
nuestra unidad en Ti y con los hermanos.
Bendice nuestra tierra, para que no llegue
nunca al ocaso tu luz y no falte nunca a tus
hijos el pan que Tu les das cada día.
Bendice nuestras familias y a todo este po-
bre mundo inquieto y desventurado.
Haz que la PASCUA nos traiga la paz en el
tiempo y la alegría de la resurrección más allá
del tiempo, en el día de su eternidad.
Card. Julio Bevilacqua, C. O.
6 (38)
PREFACIO DE N. P. SAN FELIPE
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darle gracias,
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno:
que llenaste con los dones de tu gracia
al bienaventurado Felipe
y lo abrasaste en amoroso fuego.
El cual, inflamado por esta caridad inefable,
una Congregación nueva instituía
para el bien de las almas,
y completo con el ejemplo de sus obras
las enseñanzas de salvación que a los otros daba.
Rogamos, pues, a tu clemencia,
que al celebrar su fiesta nos llenes
de santa alegría,
nos muevas a seguir el ejemplo de su vida,
con su palabra nos instruyas
y con su intercesión a ti tan grata
nos protejas.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria.
7 (39)
FIESTA DE N. P. S. FELIPE NERI
El jueves, día 26 de mayo, Festividad de nuestro santo
Padre Felipe Nerd, se celebrará una misa cantada a las
8-30 de la tarde, con homilía por el M. R. P. Prepósito
del Oratorio.
Por benigna concesión de la Santa Sede, todos los fieles que
visiten la iglesia del Oratorio en el día de la fiesta o durante la
octava, pueden lucrar una indulgencia plenaria, con la condi-
ción de que reciban los sacramentos de la Penitencia y Euca-
ristía y rueguen por el Papa.
LAUS DEO
(Con las debidas licencias)
AB.103-02.
8 (40)