BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 60. OCTUBRE. 1966.
EL REINO DE DIOS
Más que misterioso, sería desconcertante el diálogo entre
Cristo y Pilatos, cuando éste le preguntó si era rey. «Si, lo soy».
El marco circunstancial de estas palabras, contemplado a la
luz de la fe, no nos dejan en dudas respecto a la verdad del
titulo. Las dudas vienen, principalmente en el orden práctico,
cuando se trata de proclamar y establecer este Reino; y luego
de las dudas, a veces también los pecados, las desviaciones y
el comprometer y retardar lo mismo que decíamos defender.
En primer lugar, tenemos la tentación de confundir o
mezclar el Reino de Dios con los reinos de este mundo. Con-
tra este peligro el Concilio Vaticano II, vindica una plena
libertad en la misión de la Iglesia a fin de corregir cualquier
influjo de temporalismo proveniente del poder secular.
En segundo lugar, aunque profesamos la naturaleza espi-
ritual del Reino de Dios, fallamos en nuestra vida de fe, y
pretendemos adecuar medios impropios a la tarea sobrenatural
que nos incumbe.
El Concilio nos exhorta a una reconversión de nuestra vida
cristiana, a un cambio de mentalidad, más de acuerdo con el
Evangelio, que contiene todo el misterio, toda la verdad y
todo el estilo del Reino de Dios.
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EL REINO DE DIOS HA LLEGADO
El misterio de la santa Iglesia se manifiesta
en su fundación. Ya que el Señor Jesús comen-
zó su Iglesia predicando la gran noticia, que es
la venida del Reino de Dios, prometido en las
Escrituras desde siglos: «Se cumplió el tiempo
y ha llegado el Reino de Dios) (Mc. 1.15; cfr.
Mt 4, 17). Y este Reino brilla ante los hom-
bres en la palabra, las obras y la presencia
de Cristo.
La palabra de Dios se parece a una semilla
que se siembra en el campo (Mc 4, 14); quienes
la oyen con fe y se unen a la pequeña grey de
Cristo (Lc 12, 32), aceptan el mismo Reino; des-
pués la semilla, por sus propias fuerzas,
germina y crece hasta el tiempo de la siega
(cfr, Mc 4, 26-29).
También los milagros de Jesús confirman
que el Reino ha llegado ya a la tierra: «Si echo
a los demonios por el dedo de Dios, sin duda
que el Reino de Dios ha llegado a vosotros)
(Lc 11, 20; cfr. Mt 12, 28).
Pero el Reino de Dios se manifiesta princi-
palmente en la misma Persona de Cristo, Hijo
de Dios e Hijo del Hombre, que vino a «servir
y dar su vida en rescate de la multitud»
(Mc 10, 45).
Y cuando Jesús, después de morir en cruz
por los hombres, resucito, se presentó consti-
tuido Señor y Cristo y Sacerdote para siempre
(cfr. Act 2, 36; Hbr 5, 6; 7, 17-21) y derramó
sobre sus discípulos el Espíritu prometido por
el Padre (cfr. Act 2, 33). Por esto, la Iglesia,
dotada con los dones de su Fundador y cum-
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pliendo fielmente sus mandamientos de caridad
de humildad y de abnegación, recibe la misión
de proclamar el Reino de Cristo y de Dios y
de establecerlo en todos los pueblos, y es en la
tierra el germen y el principio de este Reino.
Entretanto, ella, mientras va creciendo poco
a poco, anhela el Reino total y desea con todas
sus fuerzas unirse con su Rey en la gloria.
(Lumen gentium, I, 5).
RENOVAR LA IGLESIA
La Iglesia debe ahondar en su propio misterio
para conocer mejor
su íntima naturaleza y estructura,
su divina vocación y misión,
sus diversos recursos y medios salvadores,
sus tareas y responsabilidades,
y tras esta reflexión y elaboración interior,
lanzarse, en un movimiento generoso y compro-
metido de sístole, al encuentro de un mundo
que aguarda y espera, actualizando valiente-
mente para esta tarea, en lo que sea susceptible
de variación y acomodación,
sus estructuras,
su pensamiento y sus criterios,
sus métodos y sus técnicas,
sus actuaciones y actitudes,
en el pastoreo de las almas y del mundo.
Mons. Tabera.
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LA FAMILIA Y LA EDUCACIÓN
No basta para la educación completa del
niño el buen colegio, los buenos profesores,
los buenos compañeros, el buen internado. Hay
algo más que nadie puede suplir: el contacto
familiar, la influencia directa de los padres, la
convivencia y el trato de quienes forman un
mismo hogar. Lo contrario implica un desa-
rraigo que los mismos progenitores, a la larga,
serían los primeros en lamentar. Ni aun en el
caso de internos es aconsejable ese despegue.
Los padres han de estar de algún modo presen-
tes en las incidencias del curso y no sólo en
vacaciones.
Nada ni nadie puede llenar eficazmente una
función reservada por la naturaleza misma a la
familia. Alienarla es hacer dejación de un dere-
cho, a la vez que de un deber sagrado.
Es más cómodo, sin duda, lo contrario. Pero
la familia, la sociedad misma de nuestros días,
está pagando cara esa egoísta comodidad de
muchos. La paga a veces en despego, incom-
prensión recíproca, distanciamiento, falta de
convivencia armoniosa y sedante..., cuando
no en abierta rebeldía, gamberrismo, desespe-
ranza o delincuencia de jóvenes insensibles a la
familia y al hogar.
(Ecclesia, núm. 1.311).
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CATEQUESIS Y ORATORIO
Catequizar es dar a conocer las verdades
cristianas por la instrucción y hacer caminar a la
luz de dichas verdades por la educación, La
Catequesis es tan antigua como el Cristianismo;
pero fue el Concilio de Trento el que dio un
impulso trascendental a la Catequesis, al poner
como base de la Reforma Católica, de la disci-
plina y de la ley de la Iglesia, la instrucción
religiosa.
Surgido en aquella época, al Oratorio le
cupo, desde entonces, una destacada coopera-
ción a esta labor de revalorización de la Cate-
quesis emprendida por la Iglesia.
¿Para qué reúne S. Felipe a los jóvenes y
hombres en el Oratorio? Principalmente para
instruirles en las verdades de la fe, para darles
a conocer el Evangelio, para iniciarles en la
oración, para descubrirles la verdadera faz de la
Iglesia, que es la de Cristo, al narrarles su histo-
ria. En definitiva, para hacerles vivir una vida
auténticamente cristiana, finalidad primaria de
la Catequesis. Las reuniones del Oratorio pue-
den considerarse, en cierto modo, como una
verdadera catequesis de adultos.
Pero no acaba aquí la aportación del Orato-
rio a la Catequesis. A la sombra del Oratorio,
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vemos surgir florecientes catequesis de niños y
grandes apóstoles del Catecismo.
Fue un discípulo de S. Felipe Neri, Enrique
Pietra, gran impulsor de la entonces naciente
Congregación de la Doctrina, de Roma, quien
fundó una pequeña comunidad, en el Transti-
ber, consagrada por entero a la enseñanza del
Catecismo.
No fue menor la aportación del Venerable
Padre Juan Bautista Trona, del Oratorio de
Mondovi (Italia), llamado el apóstol del Cate-
cismo, en el Piamonte. El Catecismo de S. Pio X,
el más conocido y usado en Italia, está inspi-
rado en el Catecismo compuesto por el
P. Trona.
En nuestros días, es mundialmente conocido
y pasa por el más apreciado el titulado «Cate-
cismo Católico», elaborado por un grupo de
oratorianos alemanes, de los que se destaca,
singularmente, el Padre Klemens Tilmann,
harto conocido por sus múltiples trabajos peda-
gógicos, catequéticos y espirituales, en revistas,
libros y congresos y por sus notables
aportaciones, en estas materias, al Concilio
Vaticano II.
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BUENAS NOTICIAS
LITURGIA.- A cargo de la Editorial Católica,
de Madrid, aparecerá en el próximo mes de
noviembre, el diurnal de las horas canónicas,
es decir, la colección de todo el salterio romano
ordenado para ser recitado en los días de la
semana, con las antífonas, salmos, responsorios
y oraciones, totalmente traducido al castellano.
Mientras saludamos con gozo la noticia, espe-
ramos poder comprobar que la calidad de la
traducción sea digna de tal empresa.
También se prepara, por el Episcopado
español, un proyecto de elección continua de
la sagrada Escritura, para la santa Misa, que
permitiría un acercamiento mayor de los fieles
a la Palabra de Dios. Ellos supondrán una lec-
tura sucesiva de los Libros sagrados, en la litur-
gia de la Palabra, a excepción de ciertas
festividades, que tendrían
lecturas propias.
NUEVO ORATORIO.- El día 3 de este mes
de octubre, se erige, en Valparaíso (Chile), una
nueva Congregación del Oratorio de S. Felipe
Neri. Los fundadores provienen del Oratorio
de Aquisgrán (Alemania) y es el primer Prepó-
sito, el P. Dieter G. Felten.
VOCACIONES ORATORIANAS.- Han ingre-
sado en este Oratorio de Albacete, los jóvenes
Andrés García Moraga y Jesús García Serrano,
ambos de nuestro Oratorio secular.
¡Demos gracias a Dios!
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HORARIOS
(desde primero de octubre a último de junio)
CULTOS
MISAS: días laborables, a las 7'15, 7'45 (con homilía) y
8'30 de la mañana;
días festivos, a las 9, 10 (del Oratorio, cantada) y 11.
VISPERAS CANTADAS: domingos y fiestas, a las 6'30 de
la tarde.
La iglesia está abierta y se oyen confesiones, todos los días
de 7 a 8 de la tarde.
ORATORIO SECULAR
HOMBRES: todos los jueves, a las 8:30 de la tarde.
JOVENES: todos los miércoles, a los 8'30 de la tarde.
Los domingos, a las 4, visita al Hospital y a la Casa
de Misericordia.
CADETES: todos los viernes, a las 8:30 de la tarde.
Todos los días laborables, de 9 a 10 de la noche,
escuela de aprendices.
SEÑORAS: el primer jueves de cada mes, a las 5'30 de la tarde.
SEÑORAS VIUDAS: el cuarto jueves de cada mes, a las
5'30 de la tarde.
SEÑORITAS: todos los martes, a las 8 de la tarde.
Todos los sábados, de 6 a 8, de la tarde escuela de
música para las adolescentes.
NIÑOS Y NIÑAS: todos los domingos a las 12.
LAUS DEO
(Con las debidas licencias)
AR. 103-62.
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