BOLETIN
DEL ORATORIO DE ALBACETE. |
N.º 74. DICIEMBRE. 1968. |
Navidad de los Derechos
Humanos |
Desde que Dios se hizo
hombre, el hombre ha subido de valor. Aunque, tantas |
veces, ni él para sí
mismo, ni en relación con sus semejantes, ha sabido estimar |
esta dignidad. Dignidad
básica, elemental, a la que hay que volver siempre, con |
atención, seriedad y
sinceridad, si queremos evitar el riesgo de edificar sobre |
la arena del error, de la
pereza o de la ignorancia, alturas fantásticas e hipó- |
critas. |
Primeramente, hombres. |
Dios, para acercarse 2
nosotros, también comenzó haciéndose hombre. |
Nosotros podemos
acercarnos a él, en la medida que, conscientes y agradecidos |
de haber recibido nuestro
ser natural, lo respetemos en nosotros y lo respetemos |
en los demás. El hombre no
desplaza al cristiano, sino que lo supone, Esta pre- |
misa no puede ser
sustituida por ninguna pretendida distinción espiritualista, |
porque sería falsa. |
Dios creó hombres, no
almas; Cristo redimió hombres, no almas. En este |
sentido es elocuente la
respuesta que un obispo brasileño acaba de dar a cierto |
(pasa a la página
siguiente) |
Con el precepto de ser
publicada en este lugar, hemos recibido la |
siguiente nota: |
En el núm correspondiente
al mes de noviembre de la Revista «Laus» (pág. 1) |
se dice que «Por causas
ajenas a nuestra voluntad nos vemos precisados a suprimir |
varios textos que teníamos
preparados para este número, a los que se alude en el |
1 (141) |
anterior artículo». Ante
las equivocas interpretaciones que pudiera sugerir en el |
lector la frase
transcrita, esta Dirección General, haciendo uso del derecho de rectifi- |
cación que le concede el
art." 62 de la Ley de Prensa e Imprenta y el Decreto 745/1966, |
de 31 de marzo, debe
puntualizar que los artículos a que se refiere fueron sometidos |
a consulta voluntaria por
la Revista, al Delegado Provincial de Información y Turismo, |
y no fueron autorizados
por entender que no se ajustaban al objeto declarado por la |
publicación. |
No puede decirse, pues,
que la no inserción de dichos artículos se debe a «causas |
extrañas a nuestra
voluntad- sino que, por el contrario, obedece a dos causas ligadas |
precisamente a la libre
voluntad de la publicación: la determinación, libremente deci- |
dida, de su objeto propio
—que, a su vez fijado, obliga a ajustarse a los términos del |
mismo—. Y la decisión,
también libremente, adoptada, de someter los textos a consul- |
ta, lo que, en caso de
respuesta no aprobatoria, no supone prohibición de publicar, |
sino la sola consecuencia
de no eximir de la posible responsabilidad administrativa a |
que se incurra al
hacerlo». |
(viene de la página
primera) |
alto personaje que le
aconsejaba que se cuidase solamente de las almas y no |
hablara tanto de derechos
humanos". El obispo le ha contestado: "No soy obis- |
po de almas, sino de
hombres". |
Por esto es útil recordar,
una vez más, estos principios de derecho natural |
—por lo tanto, divino—, de
los que nadie quiere ser enemigo teórico; pero que |
tantos, después de hacer
el cumplido formulario de su adhesión, escamotean |
prácticamente, hasta hacer
exclamar al profesor René Cassin, Premio Nobel de |
la Paz y artífice en buena
parte de la Declaración de los derechos humanos, |
que "ningún país, ni
siquiera el más adelantado, puede jactarse de satisfacer |
todas las exigencias de la
Declaración". |
Es Navidad. En estos
dias-10 de diciembre-se cumple el XX aniversario |
de la Declaración. El
Papa, la Iglesia y sus Pastores se unen a esta conmemo- |
ración, sinceramente.
Nosotros hemos preparado este número con documentos |
y doctrina de la Iglesia
—como siempre hacemos en nuestros artículos Es |
una modesta aportación a
dicho aniversario. |
Deseamos a todos nuestros
amigos y lectores una |
Navidad bendecida con la
gracia y la paz |
del Señor. |
2 (142) |
EL CRISTIANISMO |
El Cristianismo no es un
humanismo, |
no es una filosofía, |
no es un ideal, |
no es una moral, |
no es un partido, |
no es —profundamente— ni
siquiera una «religión» |
El Cristianismo es más que
todo eso: es una vida; una vida de Dios en |
el hombre, y, por el
hombre, en el mundo. |
Desde que Dios se hizo
hombre, una luz penetra las almas y un aliento |
mueve la existencia de los
que le siguen de verdad. Esta luz es |
la fe; este aliento es la
gracia. |
Dios entró en la historia
visible de los hombres por medio de Cristo, |
y ahora va penetrando en
toda la vida del mundo por |
medio de los cristianos.
Lentamente, trabajosamente, entre |
persecuciones y
purificaciones que imponen constantemente la |
referencia al Evangelio. Y
crece, mientras tanto, como una luz |
siempre amaneciendo, la
experiencia profunda, gozosa y dolo- |
rosa del misterio
cristiano, en las almas que buscan y esperan |
con buena voluntad el Día
de Dios. Y Dios conduce todos los |
acontecimientos –aun los
aparentemente contradictorios, |
progresivamente, hacia su
Reino. |
Todos los que buscan y
anhelan la verdad, el bien, la justicia, van |
hacia Dios. Cuando más
fieles sean a su deseo, más cerca de |
Dios se irán poniendo.
Cuando Dios se les releve, se sentirán |
totalmente redimidos,
salvados, liberados. |
Es Cristianismo es vida y
redención. Vida y libertad. |
3 (143) |
CUMPLIR LA LEY |
Y CUMPLIR CON LOS AMIGOS |
Muy frío nos parecía, y
casi presuntuoso dada la modestia de nuestras pá- |
ginas despachar aquí el
simple cumplimiento de una disposición legal ruti- |
naria, señalada en el
número 1 del Artículo 24 de la Ley de Prensa e Imprenta, |
de 18 de marzo de 1966,
donde, con el fin de proteger el derecho del público que |
lee y sostiene las
publicaciones españolas, se dice textualmente que "CON IN. |
DEPENDENCIA DEL CARACTER
PUBLICO DEL REGISTRO DE EMPRESAS |
PERIODISTICAS, ANUALMENTE,
PARA INFORMACION DE LOS LECTORES |
EN LAS PUBLICACIONES
PERIODICAS SE HARAN CONTAR, EN ESPACIO |
PREFERENTE, LOS NOMBRES DE
LAS PERSONAS QUE CONSTITUYEN LOS |
ORGANOS RECTORES, LOS DE
LOS ACCIONISTAS QUE POSEEN UNA PARTI. |
CIPACION SUPERIOR AL DIEZ
POR CIENTO DEL PATRIMONIO SOCIAL, Y |
UNA NOTA INFORMATIVA DE SU
SITUACION FINANCIERA" Muy frio nos |
parecería, decimos, si
ello no fuese completado con unas palabras de reconoci- |
miento hacia los lectores
—en nuestro caso "amigos"- que nos acompañan y |
estimulan con su simpatía
y su apoyo. Por eso, en una misma ocasión, queremos |
satisfacer dos deberes. |
En primer lugar, y en
cuanto a los requisitos erigidos en la Ley de referen- |
cia, quedan exceptuadas de
los dos últimos requisitos, de acuerdo con el Artículo |
21 de la misma Ley, las
"REVISTAS QUE REGLAMENTARIAMENTE SE DEFI- |
NEN COMO DE CARACTER
TECNICO, CIENTIFICO O PROFESIONAL", tal |
como se describen en el
apartado c) del Artículo 10 del Decreto 743, de 31 de |
marzo de 1966. Las
publicaciones de contenido religioso 70 comprendidas en los |
apartados a), b), c) y d)
del Artículo 10 del Decreto 2.246, de 23 de julio de 1966, |
editadas por Instituciones
eclesiásticas, se consideran comprendidas entre las |
definidas en el apartado
c) del Artículo 10 del citado Decreto 743, de 21 de marzo |
de 1966. Que es el caso de
72 nuestro Boletín, que vio concretado el temario solic- |
itado, del siguiente modo,
por medio de la Orden ministerial del 30 de marzo |
de 1967: "OBJETO Y
FINALIDAD: NOTICIAS Y COMENTARIOS RELIGIOSOS, |
ESPECIALMENTE RELATIVOS A
NUESTRO INSTITUTO, Y PROPAGANDA DE |
LA PROPIA ESPIRITUALIDAD Y
DE LA IGLESIA CATOLICA EN GENERAL. |
TEMAS QUE COMPRENDE:
HORARIOS DE CULTO Y DE ACTIVIDADES PRO- |
PIAS DEL APOSTOLADO DE LA
CONGREGACION. COMENTARIOS ASCETI- |
CO-RELIGIOSOS SEGUN EL
ESPIRITU FUNDACIONAL, NOTICIAS GENERA- |
LES DEL INSTITUTO,
FORMACION BIBLICO-LITURGICA, DIRECTRICES Y |
PENSAMENTO PONTIFICIO,
FOMENTO DE VOCACIONES". |
4 (143) |
Según se reconoce,
también, en la misma Orden del 30 de marzo de 1967, del |
Ministerio de Información
y Turismo, el Boletín "LAUS" pertenece a la Congre- |
gación del Oratorio de San
Felipe Neri, como Empresa propietaria y editora, |
debidamente inscrita en el
REGISTRO DE EMPRESAS PERIODISTICAS. |
Los nombres de las
personas que componer el equipo redactor que confeccio- |
na o revisa los textos que
en él se imprimen, son los siguientes: Ramón Mas, |
Fernando Ugena, Miguel
Abia; el primero como Director de la revista. |
La revista se reparte
gratuitamente. La propaganda que a veces figura en |
ella es totalmente
desinteresada y obedece a jinés solamente apostólicos y al |
fomento de la información
y de la cultura religiosa y difusión de la buena pren- |
sa, según la finalidad
especificada en nuestras Constituciones. La financiación |
de la revista se cubre con
las aportacione espontáneas de los amigos del |
Oratorio. |
Y es aquí donde la
formalidad rutinaria de conformar nuestra declaración a |
las exigencias legales,
nos brinda la oportunidad de decir una palabra amable a |
nuestros
"amigos", con sinceridad y sencillez, convencidos de que ellos
mismos, |
también reconocer que, lo
que tiene más importancia y lo que más agradecemos, |
no es ya ese pequeño y
simbólico auxilio material, siempre estimable, sino el |
afecto y el calor con que
nos acompañan, no sólo en esta pequeña tarea de pu- |
blicar "LAUS" —a
pesar de que no le faltan dificultades—, sino en todo el con- |
junto espiritual y
apostólico que encarna el Oratorio y que difunde en ese Alba- |
cete entrañable. |
CONVERSACIONES DEL
ORATORIO |
Con el tema general de |
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA
DOCTRINA DE LA IGLESIA |
se tendrán, en el mes de
enero, las siguientes «conversaciones»: |
— Viernes, 10 de enero, a
las 8’30 de la tarde: |
DERECHOS HUMANOS
PERSONALES |
D. PEDRO GARCIA DE LEANIZ |
planteará los principios y
dirigirá el diálogo. |
— Viernes, 24 de enero, a
las 8’30 de la tarde: |
DERECHOS HUMANOS SOCIALES |
a cargo de |
D. ENRIQUE VILLAMAÑAN
VALVERDE |
5 (145) |
PRIMER CENTRO
UNIVERSITARIO CATÓLICO |
DIRIGIDO POR SEGLARES |
EN INGLATERRA |
La revista católica
londinense "THE TABLET", en su número del 26 de octu- |
bre este año, nos trae, a
los oratorianos, una grata noticia, que no lo es igualmen- |
te para los católicos
ingleses de manera especial: acaba de ser inaugurado, el |
primer centro
universitario católico de Inglaterra, dirigido totalmente por s- |
eglares , con la
denominación "NEWMAN COLLEGE". |
La citada revista comenta
como "en casi todas las cosas, John Henry New- |
man, se adelantó a su
tiempo, como profeta de lo que tenía que venir, y en nada |
tanto como en relación con
el papel del laicado en la Iglesia" Se refiere, en par- |
ticular, a la exposición
que el ilustre hijo de san Felipe hizo sobre la interven- |
ción de los seglares en la
defensa de la fe, durante la herejía arriana, Tam- |
bién de todos es conocido
su empeño en integrar a los seglares en las tareas |
docentes de la Universidad
Católica de Dublín, a cuya fundación se consagró, |
y las incomprensiones y
sinsabores que le acarreó, precisamente al plantear el |
propósito de incorporar a
los seglares & sus tareas. Y no menos sus pensa- |
mientos en orden a
establecer un Oratorio en Oxford, pensando particularmente |
en los intelectuales...
Cosas hermosísimas y necesarias que quiso hacer, que |
podía hacer, pero que los
demás los "buenos" precisamente le echaron por |
tierra, y que
representaron, en su vida, una parte no indiferente de su marti- |
rio interior. |
"Pues bien dice la
revista-, ahora el profeta recibe el honor merecido |
en su propia Iglesia y en
su propio lugar. El, que empleó tantos años en el |
Oratorio de Birmingham,
tiene en Bartley Green, en la misma orilla verde que |
circunda la ciudad, el
nuevo Colegio católico magistral que lleva su nombre. |
Está dirigido totalmente
por seglares, y es el primer Colegio católico magis- |
tral para hombres y
mujeres dirigido por un seglar: tal como a Newman le |
habría gustado". |
La misma información nos
dice que, a pesar de que las obras no estarán |
terminadas hasta fines del
próximo año, ya ha recibido sus primeros alumnos |
en este curso. Para otoño
de 1970 será capaz de acoger a 720 alumnos, |
Dicho centro comprenderá
la totalidad de los cursos hasta expedir el Cer- |
tificado en Educación y el
Grado de Bachelor (equivalente a nuestra Licencia |
tura) en la misma materia. |
Felicitamos a nuestros
hermanos del Oratorio de Birmingham, por el suceso |
que tanto les afecta y que
tantas promesas encierra. |
6 (146) |
CONCIENCIA DE LA REALIDAD |
Nuestro vivir cristiano
atesora mu- |
chas cosas positivas, pero
tiene tam- |
bién muchas negativas. |
Hemos sido una comunidad
más |
cuidadosa de afirmar y
defender la fe |
que de levarla a sus
consecuencias so- |
ciales; más preocupada de
salvarnos |
de los peligros del mundo,
que de sal- |
var al mundo, que se ha
ido formando, |
en muchas cosas, al margen
de nos |
otros; mas afanosa de
mantener su |
fidelidad al ayer
histórico y a un pre- |
sente relativamente cómodo
que de vi- |
vir en Inquietud creadora
cara al fu- |
turo, confiada en leyes de
un Estado |
que se afirma católico y
en favorables |
tradiciones seculares con
peligro de no |
formar a los hombres para
el ejerci- |
cio de su libertad con
sentido de res- |
ponsabilidad, Misioneros,
sí, con preocupación de |
enviar misioneros y de
prestar ayuda |
a tierras lejanas; pero
menos pre- |
ocupados de llevar la
verdad y la vida |
de Cristo a muchos
hermanos que |
conviven con nosotros y
han ido de- |
jando de pensar y de vivir
cristiana- |
mente por un corrimiento
—cuando |
no por una brusca caída—
hacia pen- |
sares distintos y aun
diametralmente |
opuestos al cristianismo. |
Mientras tanto, nosotros
satisfe- |
chos y engañados con las
apariencias, |
seguíamos pensando que
nuestra socie- |
dad era íntegramente
cristiana. La |
Conferencia Episcopal
Española habló |
largamente de este
problema, uno de |
los más graves de nuestro
momento |
eclesial, en su
declaración colectiva |
ante el Año de la Fe. Y a
él hacía alu- |
sión también el Papa Pablo
VI cuan- |
do hablaba a los obispos
de España de |
dar mayor dinamismo a
nuestra fe. |
¿Qué hacer en tal estado
de cosas? |
lo primero, despertar si
estamos |
dormidos (Is. 26, 19). Es
preciso avivar |
la conciencia de la
realidad. Tenemos |
que conocerla cómo es de
hecho, nos |
guste o nos disguste. Y es
preciso que |
todos nos aunemos ya en el
conoci- |
miento de los hechos. |
Después hemos de formular
pla- |
nes De acción. Hay entre
nosotros —y |
pienso en los sacerdotes y
en los re- |
ligiosos y en los
seglares— tendencias |
y actitudes muy diversas.
Obedecen a |
nuestras diferencias de
edad, de for- |
mación, de temperamento,
de sim- |
patía. Nada importa esa
diversidad; |
ni estorbaban nada las
tensiones que |
de ella pudieran seguirse.
La tensión |
en señal de vida. Pueden,
muy al con- |
trario, ser
enriquecedoras, porque la |
unidad rica de verdad no
es la del mi- |
neral, que es
"una" porque todas las |
moléculas de cada cuerpo
son idénti- |
cas entre sí; sino la del
cuerpo vivo |
que es "uno" con
maravillosa varie- |
Y así, una en la variedad
y varia |
en la unidad, quiere Dios
a la sociedad |
y a la Iglesia. |
Mons. José Mª Cirarda |
(29. 11. 68). |
NO REGALEIS JAMAS ARMAS O
JUGUETES DE GUERRA A VUESTROS HIJOS |
|
7 (147) |
EL VERDADERO DIOS |
No es un Dios lejano... |
Es un Dios que lo
encontramos a cada paso. |
No es un Dios cruel,
vengador... |
Es un Dios que nos quiere,
que nos perdona. |
No es un Dios para los
ricos... |
Es un Dios para los pobres
de espíritu. |
No es un Dios para los
sentimentales... |
Es un Dios para los
fuertes y esforzados. |
No es un Dios que se opone
al progreso.. |
Es un Dios que quiere un
mundo más perfecto. |
No es un Dios que quiere
el mal... |
Es un Dios que lo
transforma en bien espiritual. |
No es un Dios triste... |
Es un Dios que nos ofrece
su felicidad. |
El verdadero Dios es el
Dios del Amor, es el Dios del Evangelio; |
por eso, si lo queremos
encontrar, hemos de buscarlo en el Cristo |
del Evangelio. |
¿QUE ES, PUES, LA FE? |
No es un conocimiento
perfecto de Dios; ni es una actitud reli- |
giosa; ni un simple
fervor; ni una claudicación de la inteligencia; ni un |
sentimiento. |
Es una luz que ilumina; es
una adhesión a una palabra; es fiarse |
de Dios; es convivir en
Dios; es amar a los hombres; es aceptar a Cristo, |
Hijo de Dios... |
La vida es un comino hacia
Dios y la fe nos da la seguridad de que, |
al término de la jornada,
lo encontraremos. Pero hemos de ser como |
los niños. Los niños, los
corazones rectos, los sabios que no se dan |
cuenta de que lo son,
tienen el espíritu tierno, y la sabia divina puede |
circular libremente por él
y producir el fruto sabroso de la Fe. |
8 (148) |
LOS DERECHOS HUMANOS |
Y LA «PACEM IN TERRIS» |
En el boletín del mes de
abril, de este mismo año, |
publicábamos el texto
integro de la Declaración Uni- |
versal de los Derechos
Humanos". A la hora de hacer |
un cotejo entre su
articulado y la multitud de pasajes |
de textos pontificios y
conciliares relativos a los de- |
rechos de la persona
humana, nos encontraríamos |
con tal abundancia de
referencias, imposible de con- |
tener en el limitado
espacio de que disponemos. Por |
esto nos limitamos a
reproducir algunos párrafos de |
la encíclica de Juan XXIII
"Pacem in terris". COMO |
muestra especialmente
significativa, sin más comen- |
tarlo que los epígrafes
que nos guían en su cla- |
ción. Al final, lo que
rotulamos como "deberes" vere- |
mos que, en el fondo,
también son derechos" |
DERECHO A LA EXISTENCIA Y
A |
UN DECOROSO NIVEL DE VIDA |
(11) Puestos a
desarrollar, en primer término, el tema de los derechos del |
hombre, observamos que
éste tiene un derecho a la existencia, a la integridad |
corporal, a los medios
necesarios para un decoroso nivel de vida, cuales son, |
principalmente, el
alimento, el vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia |
médica y finalmente, los
servicios indispensables que a cada uno debe prestar |
el Estado. De lo cual se
sigue que el hombre posee también el derecho a la segu- |
ridad personal en caso de
enfermedad, Invalidez, viudez, vejez, paro y, por últi- |
mo, cualquier otra
eventualidad que le prive, sin culpa suya, de los medios ne- |
cesarios para su sustento. |
DERECHOS A LA BUENA FAMA,
A |
LA VERDAD Y A LA CULTURA |
(12) El hombre exige,
además, por el derecho natural, el debido respeto a |
su persona, la buena
reputación social, la posibilidad de buscar la verdad libre- |
mente y, dentro de los
límites del orden moral y del bien común, manifestar y |
difundir sus opiniones y
ejercer una profesión cualquiera, y, finalmente, dispo- |
ner de una información
objetiva de los sucesos públicos. |
(13) También es un derecho
natural del hombre el acceso a los bienes de |
9 (149) |
la cultura. Por ello, es
igualmente necesario que reciba una instrucción funda_ |
mental común y una
formación técnica o profesional de acuerdo con el progre- |
so de la cultura en su
propio país. Con este fin hay que esforzarse para que los |
ciudadanos puedan subir,
si su capacidad intelectual lo permite, a los más altos |
grados de los estudios, de
tal forma que, dentro de lo posible, alcancen en la |
sociedad los cargos y
responsabilidades adecuados a su talento y a la experien- |
cia que hayan adquirido. |
DERECHOS AL CULTO DIVINO |
(14) Entre los derechos
del hombre débese de enumerar también el de |
poder venerar a Dios,
según la recta norma de su conciencia, y profesar la re- |
ligión en privado y en
público. |
DERECHO A ELEGIR ESTADO DE |
VIDA |
(15) Además tienen los
hombres pleno derecho a elegir el estado de vida |
que prefieran, y, por
consiguiente, a fundar una familia en cuya creación el |
varón y la mujer tienen
iguales derechos y deberes, o a seguir la vocación del |
sacerdocio o de la vida
religiosa, |
DERECHOS ECONOMICOS |
(18) En lo relativo al
campo de la economía, es evidente que el hombre |
tiene derecho natural a
que se le facilite la posibilidad de trabajar y a la libre |
Iniciativa en el desempeño
de su trabajo. |
(19) Pero con estos
derechos económicos está ciertamente unido el de exi- |
gir tales condiciones de
trabajo que no debiliten las energías del cuerpo, ni |
comprometan la integridad
moral, ni dañen el normal desarrollo de la juventud. |
Por lo que se refiere a la
mujer, hay que darle la posibilidad de trabajar en |
condiciones adecuadas a
las exigencias y deberes de esposa y de madre. |
(20) De la dignidad de la
persona humana nace también el derecho & |
ejercer las actividades
económicas, salvando el sentido de la responsabilidad. |
Por tanto, no debe
silenciarse que ha de retribuirse al trabajador con un salario |
establecido conforme a las
normas de la justicia, y que, por lo mismo, según las |
posibilidades de la
empresa, le permita, tanto a él como a su familia, mantener |
un género de vida adecuado
a la dignidad del hombre. |
DERECHOS A LA PROPIEDAD |
(21) También surge de la
naturaleza humana el derecho a la propiedad |
de los bienes, incluidos
los de producción. |
(22) Por último, y es ésta
una advertencia necesaria, el derecho de propie- |
dad privada entraña una
función social. |
10 (150) |
DERECHOS DE REUNION Y DE |
ASOCIACION |
(23) De la sociabilidad
natural de los hombres se deriva el derecho de reunión |
y de asociación; el de dar
a las asociaciones que creen, in forma más idónea |
para obtener los fines
propuestos: el de actuar dentro de ellas libremente y con |
propia responsabilidad, y
el de conducirlas a los resultados previstos. |
(24) Como ya advertimos en
la Mater et magistra, es absolutamente preciso |
que se funden muchas
asociaciones u organismos intermedios, capaces de al- |
canzar los fines que los
particulares por si solos no pueden obtener eficazmente. |
Tales asociaciones y
organismos deben considerarse como instrumentos indis- |
pensables en grado sumo
para defender la dignidad y libertad de la persona |
humana, dejando a salvo el
sentido de la responsabilidad. |
DERECHOS DE RESIDENCIA Y |
EMIGRACION |
(25) Ha de respetarse
íntegramente también el derecho de cada hombre a |
conservar o cambiar de
residencia dentro de los límites geográficos del país: |
más aún, es necesario que
le sea licito, cuando lo aconsejen justos motivos, emi- |
grar a otros países y
fijar allí su domicilio. El hecho de pertenecer como ciuda- |
dano a una determinada
comunidad política no impide en modo alguno ser |
miembro de la familia
humana y ciudadano de la sociedad y convivencia uni- |
versal, común a todos los
hombres. |
DERECHOS A INTERVENIR EN
LA |
VIDA PÚBLICA |
(26) Añádase a lo dicho
que con la dignidad de la persona humana con- |
cuerda el derecho a tomar
parte activa en la vida pública y contribuir al bien |
común. Pues, como dice
nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII, el hom- |
bre, como tal, lejos de
ser objeto y elemento puramente pasivo de la vida s- |
ocial, es, por el
contrario, y debe ser y permanecer su sujeto, fundamento y fin. |
DERECHO A LA SEGURIDAD |
JURÍDICA |
(27) A la persona humana
corresponde también la defensa legitima de sus |
propios derechos: defensa
eficaz, igual para todos y regida por las normas obje- |
tivas de la justicia, como
advierte nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII |
con estas palabras: Del
ordenamiento jurídico querido por Dios deriva el inalie- |
nable derecho del hombre a
la seguridad jurídica y, con ello, a una esfera con- |
creta de derecho,
protegida contra todo ataque arbitrario. |
11 (151) |
CONEXIÓN ENTRE DERECHOS Y |
DEBERES |
(28) Los derechos
naturales que hasta aquí hemos recordado están unidos |
en el hombre que los posee
con otros tantos deberes, y unos y otros tienen en |
la ley natural, que los
confiere o los impone, su origen, mantenimiento y vigor |
Indestructible. |
(29) Por ello, para poner
algún ejemplo, al derecho del hombre a la exi- |
stencia corresponde el
deber de conservarla; al derecho a un decoroso nivel de |
vida, el deber de vivir
con decoro; al derecho de buscar libremente la verdad, |
el deber de buscarla cada
día con mayor profundidad y amplitud. |
EL DEBER DE RESPETAR LOS |
DERECHOS AJENOS |
(30) Es asimismo
consecuencia de lo dicho que, en la sociedad humana, a |
un determinado derecho
natural de cada hombre corresponda en los demás el |
deber de reconocerlo y
respetarlo. Porque cualquier derecho fundamental del |
hombre deriva de su fuerza
moral obligatoria de la ley natural, que lo confiere |
e impone el correlativo
deber. Por tanto, quienes, al reivindicar sus derechos, |
olvidan por completo sus
deberes o no les dan la importancia debida, se aseme- |
jan a los que derriban con
una mano lo que con la otra construyen. |
EL DEBER DE COLABORACIÓN |
CON LOS DEMÁS |
(31) Al ser los hombres
por naturaleza sociables, deben convivir unos con |
otros y procurar cada uno
el bien de los demás. Por esto, una convivencia huma- |
na rectamente ordenada
exige que se reconozcan y se respeten mutuamente los |
derechos y los deberes. De
aquí se sigue también el que cada uno deba aportar |
su colaboración generosa
para procurar una convivencia civil en la que se res |
peten los derechos y los
deberes con diligencia y eficacia crecientes. |
(32) No basta, por
ejemplo, reconocer al hombre el derecho a las cosas ne- |
cesarias para la vida si
no se procura, en la medida posible, que el hombre posea |
con suficiente abundancia
cuanto toca a su sustento. |
(33) A esto se añade que
la sociedad, además de tener un orden jurídico, |
ha de proporcionar al
hombre muchas utilidades. Lo cual exige que todos reco- |
nozcan y cumplan
mutuamente sus derechos y deberes e intervengan unidos |
en las múltiples empresas
que la civilización actual permita, aconseje o reclame. |
EL DEBER DE ACTUAR CON
SEN- |
TIDO DE RESPONSABILIDAD |
(34) La dignidad de la
persona humana requiere además, que el hombre, |
en sus actividades,
proceda por propia Iniciativa y libremente. Por lo cual, tra- |
12 (152) |
tándose de la convivencia
civil, debe respetar los derechos, cumplir las obliga- |
ciones y prestar su
colaboración a los demás en una multitud de obras, princi- |
palmente en virtud de
determinaciones personales. De esta manera, cada cual |
ha de actuar por su propia
decisión, convencimiento y responsabilidad, y no |
movido por la coacción o
por presiones que la mayoría de las veces provienen de |
fuera. Porque una sociedad
que se apoye sólo en la razón de la fuerza hi de |
calificarse de Inhumana.
En ella, efectiva rente, los hombres se ven privados |
de su libertad, en vez de
sentirse estimulados, por el contrario, al progreso de |
la vida y al propio
perfeccionamiento. |
VERDAD, JUSTICIA, AMOR Y |
LIBERTAD |
(37) El orden vigente en
la sociedad es todo él de naturaleza espiritual. Por- |
que se funda en la verdad,
debe practicarse según los preceptos de la justicia, |
exige ser vivificado y
completado por el amor mutuo, y, por último, respetando |
íntegramente la libertad,
ha de ajustarse a una igualdad cada día más humana. |
«ES MÁS FÁCIL HABLAR DE
LIBERTAD |
QUE CONCEDERLA» |
El pasado día 19 de
noviembre, la Radio |
Vaticana dijo para España: |
Debemos estimar, difundir
y apoyar a la prensa católica. A esto responderán |
algunos que, para que
estimemos a la prensa católica, ésta ha de presentarse |
más dignamente, pues
demasiadas veces ocurre que para enterarse uno de lo |
que sucede ha de acudir a
la prensa laica o neutra. |
Este reproche se ha podido
hacer —y se sigue haciendo por desgracia a |
muchos órganos de prensa
confesionalmente católicos. Pero añadamos a conti- |
nuación que no es esa la
doctrina que la Iglesia, el Concilio y el Papa nos han |
enseñado. |
Pablo VI dice que "el
sano periodismo debe rendir integro testimonio a la |
verdad de los
hechos". |
En la carta que en su
nombre envió el Cardenal Secretario de Estado a la |
reunión de Tarento
(Congreso de la prensa católica italiana), se exponen los |
principios del sano
periodista: "ante todo el respeto a la verdad. Si no se respeta |
esta condición, la prensa
no cumple su función intrínseca de servicio a la hu- |
13 (153) |
manidad. Al difundir o
comentar la noticia, la objetividad debe prevalecer |
sobre cualquier otro
interés. La objetividad exige imparcialidad, que no se |
silencie lo esencial. Es
lo contrario a lo tendencioso: a la presentación de una |
noticia con la finalidad
de confundir al que lee". |
El Concilio Vaticano II
nos enseña en el Decreto sobre los medios de co- |
municación social, lo
siguiente: |
"La información debe
ser siempre verdadera, y, salvadas la justicia y la |
caridad, debe ser
integra". |
El Papa Juan XXIII decía a
los periodistas: |
"Estáis al servicio
de la verdad, y sólo en la medida en que le sois fieles, |
respondéis a lo que de
vosotros esperan los hombres. Y decimos a propósito |
los hombres en general;
pues si hubo una época en que la prensa sólo alcanzaba |
a un grupo selecto, es
evidente que hoy termina por orientar, en definitiva, las |
ideas, los sentimientos y
pasiones de una gran parte de la humanidad. Así que |
la deformación de la
verdad por los órganos de información puede tener conse- |
cuencias
incalculables". |
Esta es la doctrina
constantemente enseñada por la Iglesia. La deberíamos |
practicar honradamente
quienes nos llamamos católicos. Que no ocurría con la |
prensa como con las
cuestiones sociales; que no se diga que los católicos somos |
únicos dando doctrina,
pero que somos los primeros en no cumplirla. |
Claro que para que esta
doctrina sobre la información se pueda cumplir hace |
falta un ambiente de
libertad y no "esa desconfianza radical hacia toda libertad", |
de que habla el Obispo de
Guadix-Baza en su reciente pastoral sobre la Dignidad |
de la persona humana. Pero
lo decimos otra vez: es más fácil hablar de liber- |
tad que concederla. |
No iniciéis a vuestros
hijos en la crueldad, |
regalándoles armas para
matar animales y |
pájaros. Cuando serían
mayores les importaría |
menos matar o dejar matar
a los hombres. |
14 (154) |
DOCTRINA DE LA IGLESIA |
Y DERECHOS HUMANOS |
Dentro de lo reducido del
espacio de que disponemos en estas páginas, ha- |
bíamos pensado dar, en
este número, un poco más de doctrina de la Iglesia, |
relacionada con los
"derechos humanos", dado que existe en abundancia, como |
puede reconocer todo
cristiano medianamente instruido. A tal efecto habíamos |
preparado unos párrafos
continuos de la interesante exhortación pastoral de |
monseñor Gavino Díaz
Merchán, obispo de Guadix-Baza que, con el título "LA |
DIGNIDAD DE LA PERSONA
HUMANA", aparece en el Boletín de aquel Obis- |
pado, del pasado mes de
noviembre. Sometidos "consulta voluntaria" a te- |
nor de la Ley de Prensa e
Imprenta actualmente vigente, no han merecido, en |
el criterio de la
Delegación del Ministerio de Información y Turismo, ser auto- |
rizados para su
publicación en este número de LAUS. Es cierto que, según la |
expresada Ley, la "no
aprobación" de un texto que se presenta a "consulta vo- |
luntaria", no
constituye una prohibición para que se publique, sino solamente |
el riesgo, si a pesar de
no ser autorizado se publica, de incurrir en responsabili- |
dades y sanciones
administrativas; ante lo cual, en nuestro caso, optamos por |
evitar, voluntariamente,
tal riesgo, y limitarnos a recomendar a nuestros amigos |
v lectores, que se
procuren por otros medios la lectura de tan interesante docu- |
mento episcopal, escrito a
la luz de la doctrina oficial de la Iglesia y pensando |
en la realidad que nos
circunda. Como se desprende, podrán encontrar el texto |
integro en el Boletín del
Obispado de Guadix-Baza, del pasado mes de no- |
viembre. |
Otro tanto nos ha sucedido
con unos fragmentos continuos, sin comentario |
alguno ni referencia, que
pertenecen a la Constitución conciliar "GADIUM ET |
SPES", y que tratan
de otro interesante aspecto relacionado con los derechos |
11umanos". Nuestros
lectores podrán encontrar este texto en cualquier manual |
parte segunda, de la
citada Constitución conciliar "GAUDIUM ET SPES" con |
que contenga los
documentos del Concilio Vaticano II, en el capítulo IV, de la |
su rada, como se sabe, a
la Iglesia y el mundo actual. |
Completando estas
enseñanzas oficiales de la Iglesia, y también sin comen- |
tario ni referencia,
incluíamos un párrafo luminoso del Papa Juan XXIII, que |
nuestros diligentes
lectores pueden encontrar, con el número 48, en la de todos |
conocida encíclica
"PACEM IN TERRIS". |
De este modo, nos
ajustamos al parecer de la Administración, por una par- |
te, e indicamos, por otra,
el modo de que nuestros lectores puedan ilustrarse |
con el repaso de estos
elementales y oportunos principios de doctrina católica, |
sobre moral, ley natural y
"derechos humanos". |
15 (155) |
En la noche de Navidad y
de la Circuncisión del Señor, |
se celebrará |
MISA DE MEDIANOCHE |
La iglesia se abrirá media
hora antes (11-30) de comen- |
zar la misa. Absténganse
de asistir los que no puedan |
ser puntuales. |
Se ruega la observancia de
la debida corrección, silencio y |
respeto que merece el
lugar sagrado. |
Hacemos notar que, en las
correspondientes vísperas de estos |
dos días, se suprimen las
misas vespertinas de las 8 de la |
tarde. Las misas del día
serán las mismas de costumbre en |
las fiestas: 10, 11 y 12
de la mañana, y 8 de la tarde. |
En las vísperas de Navidad
y Circuncisión del Señor, se oirán |
confesiones, de 7'30 a 830
de la tarde, en la capilla antigua. |
LAUS DEO |
Director: P. Ramón Mas, C.
O." |
Edita: Congregación del
Oratorio - Apartado 182.- Albacete. |
Imprime: LA VOZ DE
ALBACETE, S. López, 14 22-12-08. |
Depósito Legal: AB-103-62. |
16 (156) |
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