BOLETIN
DEL ORATORIO DE ALBACETE. |
N.º 76. FEBRERO. 1969. |
EL MAYOR PELIGRO |
Uno de los mayores
peligros que ha de vencer el hombre cristiano ―en cier- |
to modo peor que no
serlo― es considerarse un ser "completo" respecto a |
Dios, apoyarse en esta
seguridad. |
Otros errores pueden
mermar o frenar el crecimiento cuantitativo del Rei- |
no de Dios entre los
hombres; pero éste afectaría a su misma calidad, y cau- |
saría su corrupción. No
importa que pudieran ser factores de progreso nu- |
mérico, si, fatalmente,
iban a desvirtuar la eficacia del Evangelio ―luz que se |
expande, semilla que
germina, levadura que fermenta...― hasta impedir que, |
los tenidos por fieles,
pudieran realmente ser testigos de Cristo en el mundo. |
Si esa convicción de
lograda madurez y suficiencia cristiana pasaba, de lo |
simplemente individual, a
lo colectivo e institucionalizado, no digamos las |
aberraciones a qué daría
lugar. |
Las primeras Oposiciones y
las más graves con las que tropezó el Cri- |
stianismo provinieron
precisamente de los considerados "buenos", "completos". |
"perfectos",
según las ideas religiosas de su tiempo. No vinieron las dificul- |
tades de los "pobres
según el espíritu", sino de los ricos y maduros en ser, en |
saber y tener ideas sobre
Dios: así eran los fariseos que se opusieron a Cristo, |
así los judaizantes que
hostigaban a San Pablo... |
El cristiano es un ser en
crecimiento sobrenatural constante. Sabe que |
"hay que volver
siempre al Evangelio", como diría Pablo VI: que hay que |
volver siempre a Dios; que
hay que renacer, una vez más. Lo que llamamos |
"muerte" será el
último y definitivo "renacimiento". |
1 (21) |
si lográramos hacer de
esta disposición una actitud profunda y mante- |
nida, se desperdiciarían
muy pocas fuerzas al margen del desarrollo del Rei- |
no de Dios, y seriamos
santos, es decir, lógicos con el Bautismo abrazado. |
La Cuaresma está a las
puertas, otra vez. Preparemos nuestra Cuaresma |
renunciando a la seguridad
y suficiencia farisaica, que sólo nos haría discu- |
tidores y exigentes con
los demás, y ciegos con nuestra propia actitud viciada. |
Se trata de disponernos,
otra vez, a una conversión. |
¿TODAVÍA PAGANOS? |
Para muchos que se llaman
―incompren- |
siblemente―
cristianos, el avi- |
so de la proximidad de la
Cuaresma, |
consiste en un carnaval,
más o menos |
sonado. Desearían más
cuaresma Dara |
tener, así, más
carnavales. Son, toda- |
vía, paganos. |
Pero... ¿y su Bautismo? |
Los que los llevaron a
bautizar, ade- |
más de inscribirles en un
registro e |
Imponerles un nombre,
sabían muy |
poco o nada lo que era un
sacramento |
y menos, si cabe, lo que
era el Bautis- |
mo. Llegados, más tarde, a
la edad |
adulta, o no tuvieron
ocasión de ha- |
cer consciente la fe
recibida, o no se |
interesaron, por simple
ignorancia o |
por temor de comprometerse
más de |
lo que les sugería el
egoísmo y las de- |
más pasiones. |
¿Puede decirse, de ese
número de |
bautizados así, y así de
inconscientes |
respecto a la fe, que
"son Iglesia de |
Cristo"? |
Si son ignorantes y pobres
mate- |
rialmente, Cristo y la
Iglesia les inte- |
resa muy poco, salvo si se
les presenta |
como agencia benéfica de
socorros y |
colocaciones. |
Si son instruidos, es
frecuente que |
se dé en ellos una fuerte
despropor- |
ción entre sus elementales
y recorta- |
das ideas sobre el
Cristianismo y sus |
conocimientos humanos no
relaciona- |
dos con la religión.
Entonces, Cristo, |
lo aceptan, a lo sumo,
como un ideal |
descomprometido, lirico y
lejano. Mi- |
rado de cerca les molesta
y por eso, de |
variadas maneras, acusan o
despre- |
cia a la Iglesia, de la
que no acaban |
de saber si son o no
miembros. |
De ellos diría San Pablo,
que si son |
capaces de pensar y
razonar, "no tie- |
nen excusa", porque
deberían revisar |
2 (22) |
sus ideales, examinar lo
que, de algún |
modo, llaman fe, elevar su
pensamien- |
to a Dios, e instruirse
para despertar |
de la inconsciencia y
facilitar su acer- |
camiento a la verdad. Hay
muchas per- |
sonas relativamente
cultas, que per- |
manecen en una disimulada
ignoran- |
cia religiosa, simplemente
por vani- |
dad: creen que si
demostraban inte- |
rés por lo religioso,
delatarían la ca- |
rencia de algo que debían
tener, ¡No |
digamos de las personas
que pasan por |
cultas y no lo son, ni
siquiera "relati- |
vamente"... Hay mucho
"subdesarro- |
llo mental" en
materia de cristianis- |
mo. |
La fe es la primera
gracia, lo pri- |
mero que Dios da y aumenta
en quien |
sinceramente abre su alma
y no se |
opone al don. |
La fe es algo más que ese
demasia- |
do general
envoltorio ambiguo de apa- |
riencia cristiana y
contenido pagano, |
sensual y avariento,
convencionalmen- |
te disimulado. |
La fe es la visión
comprometida de |
nuestro ser y del mundo,
desde Dios y |
hacia Dios. El Bautismo es
este com- |
promiso, generador de una
vida, s- |
obrenatural . Es más que
un barniz su- |
perficial, más que un
título de salva- |
ción individual, más que
un tranquili- |
zante o una solución ante
el misterio |
de la vida que sorprende y
de la muer- |
te que aterra... |
¿Sabemos que somos
cristianos? |
¿Sabemos que es ser
cristiano? Tal vez |
no, o no bastante. Por
esto seguimos |
en un paganismo que
pretendemos ha- |
CONFERENCIAS |
CUARESMALES |
HOMBRES, del 31 de |
marzo al 2 de abril, a las |
8'30 de la tarde. |
SEÑORAS, del 24 al 29 |
de marzo, a las 4'30 de la |
tarde. |
SEÑORITAS de 30 a 50 |
años, del 20 al 22 de mar- |
zo, a las 8'30 de la
tarde. |
JUVENTUD, del 24 al 29 |
de marzo, a las 8'30 de la |
tarde. |
cer compatible, en el
mejor de los ca- |
sos —no faltan
"fórmulas"— con la |
realidad y las exigencias
de hijos de |
Dios. |
3 (23) |
UN PROGRAMA |
DE |
CUARESMA |
— Procura, ante todo
asistir a mis |
todos los días. Sé regular
y puntual: eli- |
ge una hora y
mantenla; no llegues tar- |
de, que sería una falta de
buenos moda- |
les para con Dios. El
desorden y la pere- |
za, por otra parte, no
pueden dispone |
jamás para nada bueno y
santo. |
— Presta atención a las
lecturas que |
el sacerdote hace en la
misma: repásalas |
en la Biblia, antes o
después cuando es |
tés en tu casa. La palabra
de Dios Sa- |
cramentalizará tus ideas y
te ayu- |
dará a encarnarlas en tu
vida de cristia- |
no. Intenta retener y
aplicarte la homi- |
lía, si la hay. |
— ¿Hace falta que te digan
que co- |
mulgues en la misa? Una
misa sin comul- |
gar es un convite sin
comida, un encuen- |
tro sin abrazo. La
costumbre de acudir a |
misa sin acercarse a
comulgar es una la- |
mentable degeneración y un
absurdo de |
cierta piedad atrofiada,
debido a la falta |
de verdadera fe o de
auténtica conver- |
sión y vida de gracia. |
— Acude a alguna tanda de
conferen- |
cias o instrucciones
cuaresmales. Ello te |
permitirá revisar tus
esquemas mentales |
cristianos, o simplemente
instruirte algo |
más en orden a tus
relaciones con Dios |
y la realidad de la
Iglesia. No vayáis de |
un lugar a otro, llevado
de la curiosidad, |
superficial y Sensualoide,
sino asiste a to- |
dos los actos, enteros,
del ambiente que |
has elegido porque crees
que te puede ir |
mejor, y persevera
ahí". |
— Mira el fondo de tu
alma: tus peca- |
dos... Pero aún más que
tus pecados, des- |
cubre sinceramente y do
histerias senti- |
mentales, tus ACTITUDES
PROFUNDAS, |
y enderézalas hacia
Dios... Es posible que, |
sólo, te cueste mucho:
busca a un sacer- |
dote, ábrete totalmente,
déjate iluminar. |
— Eres pecador: no te
olvides que |
tienes necesidad de la
misericordia de |
Dios. Haz penitencia,
mortifícate en tus |
codicias, en tu orgullo,
en tu sensualidad. |
Si te resistes a hacerlo,
o si no lo haces |
de veras, nunca serás
libre; si no eres li- |
bre, no podrás amar; si no
amas, no se- |
rás jamás feliz. |
— Haz limosna. Sé generoso
con los |
pobres y con la Iglesia.
Cuando pienses |
en los pobres no detengas
tu pensamien- |
to en las solas visibles
miserias materia- |
les. Remédialas, sí; pero
eso no es lo |
principal. Piensa en la
pobreza de ideas, |
en la ignorancia, en la
desoladora vacie- |
dad de ideales en que
viven tantos hom- |
bres, incluso no tenidos
por pobres sién- |
dolo más. Y ayuda a
remediar tanta mi- |
seria mental y espiritual,
porque ésta es |
la causa principal de
todas las demás po- |
brezas. Ayuda a los que
trabajan por |
la cultura, porque haya
ideales de bon- |
dad, porque haya justicia
y libertad y |
amor, porque la doctrina
de la Iglesia sea |
conocida, por el
Evangelio... |
— Y trata con Dios. Su
pensamiento |
que te acompañe: trabaja y
cánsate pen- |
sando en El, amándole. Él
siempre está |
cerca. Cuando te parezca
que lo llevas en |
el corazón, es El que t
lleva en el suyo. |
Vuelve a leer y pensar en
todas estas co- |
sas, y te ayudarán a
«convertirte» otra |
vez. |
4 (24) |
Seguridades, no; |
sólo humildes certezas. |
Hace solo unos meses,
EDICIONES PENÍNSULA ofrecía la versión |
castellana de
"VIELLARDS DE CHRETIENITE ET CHRETIENS DE |
L'AN 2000", de
Jean-Marie Paupert. Este joven periodista católico ha |
llamado la atención, en el
país vecino, por el nervio con que, desde su |
posición de laico, ha
sabido captar el dinamismo que el Concilio ha im- |
primido a la Iglesia de
12uestros días. Una sólida formación religiosa |
adquirida en la
Universidad Gregoriana de Roma, complementada con |
enseñanzas recibidas de
los PP. Garrigou-Lagrange, Chez y Congar, |
y otros estudios cursados
en el Angelicum, le han capacitado para d- |
irigir importantes
colecciones de editoriales católicas y ser, durante va- |
rios, redactor-jefe de la
revista "Ecclesia". Entre sus libros más |
conocidos, pueden citarse:
"Pour une politique évangélique", que des- |
pertó amplios comentarios
en la última sesión del Vaticano II y fue |
uno de los libros más
leídos en Europa, en el año 1965, "Taizé ou l'Egli- |
se de demain" y
"Peut-on étre chrétier aujour'hui?". Esta última |
publicada con el título
"Es todavía pobre la fe?", también por EDI- |
CIONES PENINSULA. |
Los párrafos que
reproducimos, a continuación, constituyen el cuer- |
po del epilogo de la obra
"ANCIANOS DE CRISTIANDAD Y CRISTIA- |
NOS DEL AÑO 2000": |
En el fondo soy solamente
un integrista asaz mezquino, convertido al |
Evangelio. |
Más o menos bien
convertido. Por otra parte, mi primera naturaleza era |
de dureza, de cólera, de
reprobación, de inquisiciones, de fuegos, llamas y |
hogueras, de seguridad en
fin. Estaba seguro de mí mismo, seguro de la ver- |
dad, admiraba a Bloy y...
a Maritain. |
Y luego encontré a un
hombre sin prestigio (¡pero cómo brillaba a los |
ojos del corazón que ven a
Dios!), un hombre de ojos claroscuros, como de |
un agua profunda, que casi
no hacía más que mirarnos con amor y pronun- |
ciar de nuevo el
Evangelio. Pero esa mirada y este amor y este Evangelio |
5 (25) |
redivivus me planteaba una
cuestión extraña y sencilla, que siempre era la |
misma: ¿te reconoces
pecador ante el Señor? |
Me empapé en el agua
profunda de esta mirada; y todo mi baratillo de re- |
lámpagos y truenos, de
filosofía eterna y seguridad, se fue a pique y se quedo |
en el fondo. Reconocí que
la seguridad: hay cosas para eso, y policías para |
eso, y administraciones
para eso, e incluso ministerios para eso. Y que la se- |
guridad, y todo el
prestigio de la seguridad, y todas las pompas y todas las |
obras de la seguridad, no
son otra cosa en el fondo que unos mecanismos de |
defensa, como dicen los
psicólogos; argollas y corsés, esqueletos de crustá- |
ceos que sólo tienen
sentido y utilidad en cierto paganismo del espíritu y del |
corazón, en cierto
cristianismo de crustáceos y de ghetto, duro en el exterior |
y totalmente blando en el
interior, un cierto cristianismo blando endurecido |
en los fuegos del
paganismo, un cierto cristianismo de cristiandad que su- |
stituye, por las murallas
y la rigidez de conceptos, la verdadera talla y la ver- |
dadera fuerza del
cristiano, que consisten en reconocerse pecador ante Dios. |
Entonces ya no he estado
seguro de nada, salvo del Símbolo de los Após- |
toles y del
Evangelio, y de algunas verdades muy sencillas, como aquéllas en |
las que mi amigo François
Houang —sacerdote del Oratorio, nacido en el |
budismo, y luego militante
marxista, convertido a Cristo por un "ideósofo" |
judío de la existencia,
Jean Wahl, y algunos santos sacerdotes como Mon- |
chanin, abiertos a las
Ideosofías— resume admirablemente el Cristianismo: |
Dios es Amor, Cristo es la
encarnación del Amor, la Iglesia es la encarnación |
del Amor prolongada. Y
podría decirse también que este amor de la Iglesia |
es camino, y que el amor
de Cristo es verdad, y que el amor de Dios es vida. |
+ Pero estas humildes
certezas eran bastante fuertes, y el vacío que creaban |
lo bastante profundo para
obrar, por combinación de esta presión y de esta |
depresión, una gran
apertura, una inmensa súplica de aire. El Espíritu se |
hundía por ahí con toda su
obra, los hermanos reconciliados y su valor cri- |
tico; era, me parece,
alguna leve corriente de ese viento impetuoso que desde |
el Génesis y Pentecostés
no cesa de planear sobre la faz de la tierra y de |
girar por encima de
nuestras cabezas, presto a penetrar en ellas desde el |
momento en que oramos
juntos, en nuestra desnudez, presto a otorgarnos el |
don del testimonio en
todas las lenguas y en todas las ideosofías, el ha- |
bitus teológico virtual en
todo hombre. |
Sólo que, como decía, me
convertí mal. Soy, pues, un violento que sé que el |
Evangelio no es violento,
un aprendiz teólogo que no ha perdido totalmente |
el gusto de la sabiduría
filosófica eterna, y que no obstante sabe que el Evan- |
gelio es una locura
encarnada en el tiempo. |
No siempre el sentimiento
se opone al amor. Pero amar no es sentir |
el bien, sino hacerlo. |
6 (26) |
TRES |
TENTACIONES |
Ofrecemos un fragmento de
una conferencia del Padre François |
Houang, del Oratorio, que
junto con otras pronunciadas en el Institu- |
to Católico de Paris,
apareció en el libro editado por "Editions Caster- |
man", con el título
"AME CHINOISE ET CHRISTIANISME". |
Alguna otra vez nos
referimos al Padre Houang, cuyo doloroso it- |
inerario espiritual, hasta
llegar al Cristianismo, hace sumamente inte- |
resante el testimonio de
su vida. Chino de nacimiento, fue educado en |
el budismo; hizo sus
estudios en Pekín, Lyon y Paris. Desde el budismo, |
sinceramente profesado,
había sido orientado, más tarde, hacia el ra- |
cionalismo, pero en esta
última universidad fue adquiriendo, poco a |
poco, una visión cristiana
del mundo, hasta que, en 1945, se coinvirtió al |
Catolicismo. Al año
siguiente ingresaba en la Congregación del Oratorio. |
Seis años después —1952—
era ordenado sacerdote, cuando acababa de |
profundizar sus estudios
de filosofía y se doctoraba, por la Sorbona. |
Ha ejercido un dilatado
apostolado entre intelectuales y estudiantes |
universitarios. |
El libro del que hacemos
referencia, constituye una llamada angus- |
tiosa y conmovedora de un
cristiano chino a los cristianos occidenta- |
les, únicos responsables
del mensaje cristiano hasta el momento. Es |
elocuente la dedicatoria
del libro, que dice: "A la memoria de mi - |
madre que, educándome en
la fe y la piedad budista, me preparó para co- |
nocer la luz de
Cristo" |
¿Qué pueden esperar los
católicos chinos de sus hermanos de Occidente? |
Que les amen, |
En primer lugar, amar a
los católicos que viven China. Estos comprenden |
todas las aspiraciones
legítimas de sus compatriotas no católicos, aunque sean |
tratados como si
estuvieran fuera de la ley, como a extranjeros. Por ser cri- |
stianos es conocido su
deber de fidelidad a Roma, pero sólo pueden cumplir- |
lo mediante el martirio.
Si es razonable que recéis por ellos, también deberíais |
7 (27) |
evitar hacer algo que
pudiera comprometer y crear dificultades a su existen- |
cia. En cuanto sea
posible, procurad no pronunciar palabras que asocien la |
Iglesia a un anticomunismo
negativo. La Iglesia es portadora de un mensa- |
je divino de amor
universal, y no tiene nada que ver con ninguna política oc- |
cidental. En el mundo
moderno, en el que la Prensa y la radio propagan con |
tanta rapidez las
noticias, todo juicio desconsiderado o ligero, puede provocar |
la persecución en China. |
Directamente, por los
católicos que viven en China, no podéis hacer más; |
en cambio, si podéis con
los que estamos exilados en Europa. Nosotros tene- |
mos tres grandes
tentaciones, comprendiéndonos y amándonos podéis ayu- |
darnos a no sucumbir. |
La primera tentación que
nos asalta cada día, es la TENTACION DEL TA- |
BOR. Recordad que San
Pedro, al ver a Cristo transfigurado, quiso permane- |
cer con El en estado de
gloria. Esto mismo nos ocurre a nosotros cada vez que, |
ante las dificultades que
surgen, deseamos refugiarnos en el cobijo provisio- |
nal ofrecido por la
cristiandad occidental. Pero así como Jesús bajó de la mon- |
taña para cumplir su
misión y morir en la cruz, así nosotros, católicos chinos, |
debemos desear ocupar el
sitio que nos corresponde al lado de nuestros her- |
manos en China. Porque,
aunque seamos derribados, no debemos perder ja- |
más el ánimo. |
Es vuestra obligación,
católicos europeos, no apagar nunca en nosotros es- |
ta esperanza. |
La segunda es la que
podríamos llamar TENTACION DEL BRAZO SECU- |
LAR. Condenados a vivir
para siempre en tierra extraña, ¡cuántas veces he- |
mos deseado en secreto que
estalle una nueva guerra mundial que, en el caso |
de vencer los
anticomunistas, nos permitiera regresar a nuestro país en los |
furgones de los
extranjeros! Pero esta tentación es en realidad diabólica: |
¿quién tendría la ligereza
de aceptar la destrucción de la mayor parte de la |
humanidad para liberar a
la pequeña minoría de católicos chinos? Por otra |
parte, regresar a la
Patria bajo la protección del ejército extranjero seria |
desprestigiar la Iglesia y
provocar el odio del pueblo. |
Existe otra tentación, más
sutil aún que las dos anteriores: es la TENTA- |
CION DE JUDAS. Desconozco
los argumentos dados por los exégetas para ex- |
plicar el móvil que empujó
a Judas a traicionar a Cristo. Por mi parte no |
creo que su traición fuera
motivada por las treinta monedas de plata, sino |
por la decepción que le
causó Jesús, al renunciar a ser un Mesías nacional, |
para convertirse en Mesías
universal. |
Poco importa que mi
explicación sea auténtica o errada; sólo quiero ilus- |
trar mediante este
ejemplo la tentación experimentada por ciertos exilados. |
¿Habéis estado nunca
obligados a vivir fuera de vuestro país? ¿Sabéis lo que |
es estar desterrado? El
exilado en todas partes se encuentra solo. Al principio |
se interesa por las cosas
nuevas, por los conocimientos del país en que se ha- |
8 (28) |
lla; incluso se divierte.
Pero el día en que cae enfermo, no tiene a nadie cer- |
ca para que le consuele,
para que le hable. Todo acrecienta la nostalgia de la |
patria y el deseo de
regresar a ella. Entonces puede preguntarse: "¿por qué |
he renunciado a mi
familia, a mis amigos, a mi país, sino por amor a Cristo?; |
pero, ¿qué he encontrado
en los países europeos que se llaman cristianos?; |
lo más frecuente, la
indiferencia; alguna vez, el desprecio, incluso la hostil- |
idad". Se convierte
entonces en una presa fácil de la "tentación de Judas", de |
la tentación nacionalista.
Arde en deseos de volver a China, participar en la |
edificación de un estado
fuerte que sepa hacerse respetar y hacerse temer, In- |
tenta consolarse diciendo:
"la próxima vez que venga a Europa, lo haré con |
un ejército poderoso, y no
seré yo quien mendigue un pedazo de pan en nom- |
bre de la caridad
cristiana, sino los cristianos occidentales quienes me supli- |
carán de rodillas perdón y
protección", Que Dios guarde a los católicos exila- |
dos de caer en semejante
tentación. Pero está en vuestras manos hacer más |
soportable su doloroso
exilio. |
Al hablar de los chinos
católicos, no quiero olvidar a los que no lo son, |
pero que están también
desterrados. Junto a ellos tenéis asimismo una mi- |
sión que cumplir. Tened en
cuenta que vuestro encuentro con alguno de ellos |
es quizá la única ocasión
que se les presenta para conocer a Cristo. ¿Cómo |
se explica que un hombre
como Chu-En-Lai, antiguo obrero de la fábrica Re- |
nault y luego primer
ministro en la China comunista, conociera en Francia |
el Marxismo, y no el
Cristianismo? He conocido chinos convertidos al Catoli- |
cismo, y todos han llegado
a él por haber descubierto en los cristianos un |
verdadero testimonio de
amor. |
Este testimonio es el que
os pido, porque vuestros hermanos chinos tie- |
nen derecho a él. |
Que no falte, a tu
Cuaresma, la Misa diaria, bien oída, es decir, |
con generosa disposición:
sin recortar tiempo, recogiendo tu |
espíritu, comulgando en
ella. |
Ve al templo que te coja
más cerca, o te sea más cómodo, o te |
sientas más a gusto: el
Señor es el mismo en todas partes. |
Aquí, en el Oratorio, los
días laborables, tenemos la celebración |
fija de la Santa Misa a
estas horas: |
7'45 de la mañana y 8 de
la tarde |
Siempre con una brevísima
homilía. Se puntual, si vienes, que |
nosotros también lo somos
pensando en la escasez de tu tiempo. |
9 (29) |
EL HAMBRE |
Todos los años, por estas
fechas de febrero, se nos viene recordando, in- |
sistiendo, sobre el
problema del hambre en el mundo. Sabemos todos que, fun- |
damentalmente, no se debe
a la escasez de alimentos, sino al mal reparto de |
los bienes materiales, a
la incultura y, aún más, a la falta de amor de los que |
tienen, saben y pueden. |
Recientes sucesos del
Brasil ―donde hay zonas en las que la vida me- |
dia del hombre, de las
barracas al cementerio, no va más lejos de los 27 años― |
nos han dado la noticia de
encarcelamientos de religiosos y sacerdotes, acu- |
sados de
"subversivos", pero de los que sus superiores y obispos han podido
ga- |
rantizar que no ha habido
indisciplina alguna en lo que se refiere a su pre- |
dicación y
apostolado". La misma Conferencia Episcopal del Brasil ha recha- |
zado de plano toda
acusación formulada por las autoridades militares brasi- |
leñas, añadiendo, entre
otras cosas, dicha Conferencia Episcopal y tradu- |
cimos directamente de la
información aparecida en "L'OSSERVATORE RO- |
MANO" del 30 de enero
último—que "la Iglesia que es acusada hoy de sub- |
versiva en sus miembros,
reivindica una participación activa en la tarea de |
desarrollar integralmente
al hombre, ya que, con ello, no se aparta de su cam- |
po especifico religioso,
porque esa tarea forma intrínsecamente parte de su |
misión al servicio de la
humanidad". |
Recientemente, en el
mundo, el problema del hambre ha sido tema de es- |
tudio y reflexión, e
incluso puede decirse, en cierto modo, que ha surgido una |
"literatura del
hambre". Todo ello puede servir para acelerar el esperado re- |
medio, que exige una
revisión profunda de todas las relaciones humanas en |
orden a facilitar el
acceso indiscriminado a todos los bienes, en favor de to- |
dos los hombres. |
No resistimos la tentación
de reproducir unos párrafos de una mujer bra- |
sileña, que en un
admirable libro, titulado "CUARTO DE ESPEJO", con un |
gran espíritu de
observación y notable carga poética, unido todo ello a un |
gran sentido de la
dignidad humana, nos ha dejado escritas varias de sus im- |
presiones y aleccionadoras
vivencias. |
He aquí algunas: |
Sufro mucho viendo a mis
hijos con hambre. Cuando ven algo de comida, |
gritar: "viva
mamás/" Su contento me produce alegría, pero he perdido va |
el hábito de sonreír. |
Esta mañana me he
levantado triste, porque llovía. Hay un gran desorden |
10 (30) |
en la barraca. Es que no
tengo jabón, ni siquiera para lavar los platos. Digo |
platos" por la
costumbre, pero en realidad son latas. Si tuviese jabón lava- |
ría la ropa, porque no soy
una mujer sucia y holgazana. Si voy sucia es debido |
a vivir en un suburbio. |
Me he dado cuenta que es
terrible tener solamente aire en el estómago. He |
Comenzado a sentir la boca
amarga. He pensado: ¿no son suficientes las amar- |
guras de la vida? Parece
que, cuando nace, la vida me marcó con la palabra |
"hambre". |
Dormí. Y tuve un sueño
maravilloso. Soñé que era un ángel. Mi vestido era |
amplio: mangas anchas
color de rosa. Yo iba de la tierra para el cielo. Y co- |
gía las estrellas en la
mano para contemplarlas. Conversaba con las estrellas. |
Ellas organizaban un
espectáculo en mi honor. Danzaban a mi alrededor y |
formaban un surco
luminoso. |
Cuando me desperté pensé:
soy tan pobre que no puedo ir a ningún es- |
pectáculo, y por eso Dios
me manda estos sueños deslumbrantes para mi al- |
ma dolorida. A Dios
que me protege envió mi agradecimiento. |
Hoy estoy alegre. Estoy
tratando de aprender a vivir con el espíritu. Me pa- |
rece que es porque en
estos días he tenido que comer. |
Ha muerto un niño aquí, en
el suburbio. Si hubiera vivido iba a pasar |
hambre. |
Yo no nací ambiciosa.
Recuerdo estas palabras de la Biblia: "No acumules |
tesoros, porque allá
estará tu corazón". |
Siempre oí decir que el
rico no tiene tranquilidad de espíritu. Pero el po- |
bre tampoco la tiene,
porque lucha para conseguir dinero para comer. |
... Miles de palabras más.
Esa mujer brasileña, Carolina María de Jesús, |
por ser inteligente,
aguzada su sensibilidad, tal vez sufría más. Le quedaba, |
empero, la compensación de
su alma refinada. |
En cambio, ¿tantos pobres
y hambrientos materiales que, sin saberlo qui- |
zá, lo son mucho más en el
alma?.. |
No nos extrañe, pues, que
haya sacerdotes de Cristo, los cuales, como el |
Maestro, "tengan
compasión de las multitudes, que desfallecen, sin tener que |
comer"... por los
caminos del mundo. |
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CONVERSACIONES DEL
ORATORIO |
Dentro de sus normales
actividades, en este curso, la Pia |
Unión del Oratorio Secular
anuncia, para este mes |
de febrero, |
TRES CONVERSACIONES |
con el tema |
PRINCIPIOS CRISTIANOS |
SOBRE LA PROPIEDAD |
que tendrán lugar los
días: |
26, MIERCOLES |
27, JUEVES y |
28, VIERNES |
a las 8'30 de la tarde |
En el próximo número de
LAUS publicaremos los textos |
que sirvieron de base para
las conversaciones sobre |
«LOS DERECHOS HUMANOS Y LA
DOCTRINA |
DE LA IGLESIA» |
LAUS DEO |
Director: P. Ramón Mas, C.
O. |
Edita: Congregación del
Oratorio - Apartado 182.- Albacete. |
Imprime: LA VOZ DE
ALBACETE, S. López, 14-12-2-69. |
Depósito Legal: AB-103-62. |
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