BOLETIN
DEL ORATORIO DE ALBACETE. |
N.º 77. MARZO. 1969. |
AUTÉNTICAMENTE LIBRES |
Debemos alejar de nuestra
mente ciertos pseudo-conceptos de la libertad. |
Por ejemplo: el que la
confunde con la indiferencia, con la pereza, con la |
inercia de espíritu; con
la libertad de no hacer nada, con el letargo egoísta |
de las energías de la vida
y con el olvido del imperativo fundamental que le |
da sentido y valor: el
deber. Pues la libertad se nos ha concedido para que |
cumplamos, por nuestra
propia decisión, nuestro deber. |
Otro concepto equivocado
―y desgraciadamente muy extendido― es el que |
confunde la libertad
racional con el sometimiento a los instintos sentimenta- |
les o animales, que
también están en el hombre. Corrientes modernísimas de |
pensamiento revolucionario
sostienen y divulgan esta falsa concepción que |
conduce al hombre a perder
la propia verdadera libertad, para convertirle en |
esclavo de sus mismas
pasiones y debilidades morales. Ya nos lo enseña el |
Señor: "El que comete
pecado es esclavo del pecado" (Juan, 8, 34). Es un |
fenómeno antiguo y siempre
actual, y hoy más que nunca, se manifiesta en |
la emancipación moderna
respecto a la ley exterior y a la ley moral. |
Otra deformación, también
de moda, es la que hace consistir la libertad |
en asumir a propósito una
posición apriorísticamente enfrentada con el Or- |
den existente o la opinión
de los demás. Este es un camino ―desgraciadamen- |
te bastante breve―
para perder la libertad, tanto por la irracionalidad que in- |
troduce como elemento
sistemático en la lógica del espíritu, como por las |
reacciones que puede
fácilmente provocar. |
Y, sobre todo, debemos
precavernos contra la locura que entiende como |
libertad propia la ofensa
de la libertad de los demás. Luchas de todo género |
han surgido y surgen cada
día por el mal espíritu de esta desenfrenada liber- |
tad: la llamaremos más
bien licencia, prepotencia, mala educación, falta de |
civilización... pero no
libertad. Precisamente porque la libertad es emanación |
divina sobre el rostro
humano (Salmo 4, 7) y porque deriva de la razón y re- |
1 (33) |
side en la voluntad, tiene
el sentido de sus límites, los cuales luego le abren y |
le custodian el campo de
sus afirmaciones: ante todo de la verdad, como en- |
seña Cristo: "La
verdad os hará libres" (Juan, 8, 32) del pecado, del error, de |
la ignorancia, del
prejuicio. Luego, y sobre todo, el bien. Y la ley: la justa, se |
entiende. Y la autoridad,
en especial la que se define "Madre y Maestra". Y |
también el Estado,
concebido como Institución organizada, que tiene la misión |
de garantizar y tutelar
los derechos de la persona humana e integrar su ejer- |
cicio en la armonía del
bien común; pero no como fuente única y síntesis to- |
talitaria y arbitraria de
la convivencia social. |
Con luz cristiana
meditemos el significado de las palabras corrientes rela- |
tivas a la libertad:
autonomía, voluntariedad, elección, revolución, despotis- |
mo, etc., y procuremos
darles el sentido que les nace del pensamiento cristia- |
no, que nos ha recordado
con tanto encarecimiento el Concilio, por ejemplo, |
cuando nos dice:
"Nunca como hoy los hombres han tenido un sentido tan |
agudo de la libertad,
mientras se afirman nuevas formas de esclavitud so- |
cial y psíquica. El mundo
se presenta hoy poderoso y débil a un mismo tiem- |
po, capaz de obrar lo
mejor y lo peor, mientras se le abre delante el camino de |
la libertad o de la
esclavitud" (Gaudium et Spes, 7. 4 y 9). |
Es la disyuntiva antigua y
presente. Sepamos elegir y que Cristo nos ense- |
ñe cómo. |
PABLO VI. |
(5.2.69). |
Ahora que eres joven… |
tienes tiempo, todavía,
para repasar tus ideas sobre |
el Cristianismo: |
— En lo personal, no te
resignes a vegetar en una reli- |
gión heredada: recobra tu
conciencia, se responsable, |
acéptala por ti mismo. |
– En lo social, no te
conformes con la engañosa super- |
ficialidad de un
Cristianismo oficial: adquiere el sentido |
de Iglesia, de miembro del
pueblo de Dios, de extensión |
misteriosa de Cristo ... |
Pensando en ti
―hombre joven o mujer joven― hemos programa- |
do unas CONFERENCIAS
CUARESMALES, que puedan ayudarte a |
descubrir algo que ni se
transmite, ni puede dar nada del mundo: |
algo que viene de Dios,
que tú necesitas, para ti y para la época |
que te ha tocado vivir. |
2 (34) |
Conferencias cuaresmales |
HOMBRES. tema: |
REFLEXIONES ACTUALES SOBRE
EL PECADO |
Del 31 de marzo al 2 de
abril, a las 8'30 |
de la tarde. Precede la
Santa Misa, a las 8 |
SEÑORAS. tema: |
VIDA DE ORACION |
Del 24 al 29 de marzo, a
las 4'30 de la |
tarde. Se celebra la Santa
Misa. |
SEÑORITAS de 30 a 50 años,
tema: |
EL SENTIDO DE LA VIDA |
Del 20 al 22 de marzo, a
las 8'30 de la |
tarde. Precede la Santa
Misa, a las 8. |
JUVENTUD, tema: |
LOS SACRAMENTOS DE LA
CONVERSION |
Del 24 al 29 de marzo, a
las 8'30 de la |
tarde. Misa, a las 8. |
A los que se propongan
beneficiarse con la |
asistencia a estas
predicaciones, les recomendamos, |
solamente, que sean
puntuales y que acudan todos |
los días. |
3 (35) |
HOY COMO AYER |
LA IGLESIA SUFRE EN SUS
MIEMBROS |
Antaño, id como el
Espíritu condujo a Cristo al desierto para ser tentado |
por el demonio, de Igual
modo, los que recibían del Consolador todopoderoso |
alguno de sus dones
sublimes, eran inmediatamente entregados a las bestias fe- |
roces de Éfeso o a las
olas agitadas del mar: pero ahora ya no hay tales pruebas |
visibles de los triunfos
de la gracia divina que humillen al individuo haciéndole |
servir a los proyectos
celestiales. |
Si perteneces a Cristo
descubrirás que, después de todo, a pesar de lo que |
se imagina el mundo,
incluso en nuestra época, el sufrimiento es primordial- |
mente la suerte de quienes
se ofrecen como servidores del Rey de dolors. Existe |
un mundo interior conocido
solamente por aquellos que le pertenecen, y aun- |
que el exterior del
vestido sea multicolor como la túnica de José, el interior está |
forrado de asperezas para
los hombres que quieren hacerse uno con Aquel que |
llevó una vida ruda en el
desierto, en las montañas o en el mar. Existe un |
mundo interior en que
penetran quienes se acercan 4 Cristo, aunque, para el |
común de los mortales,
parecen ser los mismos de antes. |
Son soldados del ejército
de Cristo, combaten contra "las cosas visibles" y |
poseen todas "las
cosas invisibles". A medida que transcurre el tiempo descu- |
bren que su suerte va
cambiando. Si rehúsan probarse a sí mismos, los prueba |
Dios. |
Si tú eres un alma
sencilla, dime: ¿No es verdad que el sufrimiento es la |
ley de tu ser desde que
viniste hacia Cristo? ¿Para qué has gustado su festín |
celestial, sino para que
Él pueda trabajar en ti? ¿Para qué te has prosternado |
bajo su mano, sino para
que pueda imprimir en ti la marca de sus heridas? |
Comprende cuál es tu lugar
en el reino de Dios, y regocíjate, en lugar de |
quejarte, de que
participes de la suerte de los profetas y de los apóstoles. No |
envidies al mundo alegre y
próspero. "En verdad os digo que ya recibieron su |
recompensa" (Mateo 6,
5). |
Cuando se objeta, hermanos
míos, que los tiempos han cambiado desde el |
principio de la
predicación del Evangelio y que lo que dice la Escritura de las |
persecuciones y dolores de
los cristianos, no se aplica a nosotros, responded que, |
aunque la Iglesia de
Cristo ocupe visiblemente una posición Importante, sufre |
constantemente aún
manteniéndose; combate "el buen combate" para mante- |
nerse. Lucha y sufre en la
medida en que representa debidamente su papel. Y si |
cesa de sufrir es porque
dormita. |
Su doctrina y sus
preceptos, entonces como ahora, no son agradables al gus- |
to del mundo. Si en algún
momento el mundo no la persigue, es señal de que |
no predica. |
John Henry Card. NEWMAN,
C.O. |
4 (36) |
PRUEBAS Y TENTACIONES |
Continuamente, el hombre,
se encuentra en situaciones que le exigen una |
determinación. La vocación
del hombre es el bien y naturalmente, quiere deci- |
dirse por lo que se le
muestra como tal. Sus problemas comienzan cuando se le |
muestran, por un lado, un
bien seguro, pero al que hay que ir por camino difícil, |
y por otro un bien dudoso,
pero que ofrece camino placentero. En el primer |
caso nos encontramos con
lo que podemos llamar prueba, en el segundo con la |
tentación. |
La tentación se nos
presenta como algo que nos hace sospechosamente fácil |
y cercano el bien, por lo
cual su invitación es atractiva. La prueba, en cambio, |
más bien nos parece una
exigencia dura y contrariante, y hace falta, en ocasio- |
nes, una buena dosis de
serenidad y sinceridad consigo mismo, para que la pro- |
pia pereza no invente
cobardías y acabe en tentación lo que comenzó no siéndolo, |
La prueba nos señala el
bien y nos dice que hay que ir hacia él; es sincera en |
sus exigencias, no hay
engaño en ella: ni en la grandeza del bien que nos se- |
ñala ni en la realidad del
camino que es preciso seguir. Hace falta solamente |
seguirlo, ser constante |
La tentación, en cambio,
es engañosa; agradable en lo que nos propone, pero |
siempre engañosa. Es una
trampa: un mal con apariencia de bien. La figura |
del diablo
—"diablo" es una palabra griega que significa "tentador"
es pre- |
cisamente la
personificación del origen maligno de la tentación. Somos tenta- |
dos "por el
diablo"; Jesús fue tentado "por el diablo" en el desierto. Es
decir, |
que la tentación no viene
de Dios. San Jaime lo dice: "Que nadie, cuando es |
tentado, diga que le
tienta Dios; que Dios ni es tentado ni tentador. Cada uno |
es tentado por su propia
concupiscencia, que lo atrae y seduce. Después, la con- |
cupiscencia, cuando ha
concebido, engendra el pecado y, el pecado, cuando se |
ha consumado, causa la
muerte" (Santiago 1, 13-15). |
Dios no tienta; pero si
prueba, cuando no nos ahorra el sufrimiento, la du- |
reza que nos presenta el
diario vivir, las situaciones que nos contrarían, pero |
que tienen verdadero valor
de cara a nuestra madurez porque, el superarlas, |
hará más auténticamente
positiva nuestra vida de hombres y de cristianos. Son |
"las pruebas de la
vida", preparadas por Dios, que nos dispone a bienes superio- |
res, mientras vela sobre
nosotros y nos conforta con su gracia, no tan difícil de |
reconocer si somos un poco
agradecidos. |
Jesucristo también conoció
la amargura de la prueba, hasta el punto de ex- |
clamar aquellas palabras
de angustia mortal: "¡Padre, si es posible, que pase de |
5 (37) |
mi este cáliz!"
(Mateo 26, 39), y, en el Calvario: "¡Dios mío, Dios mío, por qué |
me has abandonado!"
(Mateo 27. 46). Esta gran prueba, asumida generosamen- |
te por Cristo, hizo
posible el gran bien de la redención humana. |
Y en el primer domingo de
Cuaresma, también se nos presenta Jesucristo |
sometido a tentación.
Tentación engañosa; pero Cristo está alerta ante el enga- |
ño, encubierto en el
halago del programa fácil que le muestra el tentador, y que |
contenía el resumen de las
tentaciones en las que había prevaricado el pueblo |
de Israel (Éxodo 16. 2-8;
17, 2-7: 32, 1-8). |
En el portal cuaresmal la
Iglesia nos muestra a Cristo tentado, para que |
no solamente descubramos
la recapitulación de los males de Israel, sino también |
nuestros propios males,
nuestras mismas tentaciones, propensos como somos a |
lo fácil y placentero, y
perezosos y poco sinceros, a la hora de elegir el mayor |
bien, si nos pide
abnegación. |
La triple tentación de
Cristo (Mateo 4, 1-11) podemos aplicarla así, en lo |
que atañe a nosotros, a
nuestra época y a nuestra sociedad: |
—La tentación del
bienestar (el "pan"). Naturalmente, se nos presenta como |
un bien
―bien-estar―, aunque el hombre se engaña cuando piensa, sin más, |
que así, "estando
bien", ya será feliz. Una vida confortable, por si misma, no |
nos hace automáticamente
mejores, ni con ello crece nuestro amor a los demás. |
Siguen siendo, aún hoy,
los más ricos y poderosos, los ansiosos por ganar dine- |
ro Y los preocupados por
aumentar o conservar su poder, los más profunda- |
mente infelices. Jesús,
que en la tentación supo responder: "No sólo de pan |
vive el hombre",
también dijo: "Bienaventurados los pobres..." (Lucas 6,20). |
—La tentación de usar de
Dios. Servirse de Dios, en lugar de servirle. Va- |
lerse del nombre de Dios y
del de la Iglesia como trampolín para apuntalar las |
Este número de LAUS ha
sido sometido |
a previa censura, de
acuerdo con el Decreto-Ley |
de 24 de Enero de 1969,
por el que se declara |
el estado de excepción en
todo el territorio |
nacional. |
6 (38) |
propias conveniencias y
discutibles seguridades temporales. Querer defender, en |
nombre de Dios, lo que es
imposible defender: guerras, racismo, nazismo, pe- |
queñas o grandes
claudicaciones... Todo esto es tentar a Dios, |
la tentación de la
idolatría, que confunde a Dios y su Reino con el poder |
del reino de este mundo.
Llegar a pensar que conseguir el triunfo de la causa |
del reino de este mundo ya
supone hacer triunfar el Reino de Dios, aun cuando |
para conseguir dicho
triunfo nos sirvamos de la mentira y de la injusticia. |
El hombre cristiano sabe
que es tentado; pero sabe también que está unido |
a Cristo, vencedor de la
tentación. Esta unión con Cristo es su fuerza. |
No nos miremos a nosotros
mismos; miremos a Dios. No miremos a nues- |
tros planos, tal como nos
los sugieren nuestras pasiones —"la propia concupis- |
cencia"... — y el
espíritu maligno; miremos los planes de Dios, independiente- |
mente de que el mundo los
aplauda o los condene. |
Y roguemos: miremos a
Dios, rogándole. El Señor decía a sus apóstoles: "Ro- |
gad para no caer en la
tentación" (Mateo 26. 41), y nos enseñó el Padrenuestro |
donde decimos: "Padre
nuestro... no permitas que caigamos en la tentación". |
No te pierdas las Misas de
diario del tiempo cuaresmal: son |
un tesoro para el alma.
Sentirás el espíritu renovado si |
atiendes a las lecciones
que, día a día, puedes sacar de |
la palabra de Dios.
Acabarás, ciertamente, más com- |
prometido con Cristo; pero
también más entusiasmado |
por ser cristiano. |
Acude, puntualmente, todos
los días a la Santa Misa; recoge |
las enseñanzas; madura tus
pensamientos y conviértelos |
en oración. |
Abraza al Señor en el
Sacramento que recibes, y pídele tener |
sus sentimientos y vivir
su vida. |
7 (39) |
SEMANA SANTA |
DOMINGO DE RAMOS |
Mañana, a las 945,
BENDICION DE RAMOS, desde el portal de la |
primitiva capilla; acto
seguido PROCESION por el Parque: al |
regresar, SANTA MISA, en
la iglesia mayor, que permanecerá |
cerrada hasta la entrada
procesional de los fieles. |
Las demás misas se
sucederán según el horario de costum- |
bre: 11 y 12 de la mañana
y la vespertina de las 8. |
JUEVES SANTO |
Tarde, a las 8. MISA DE LA
CENA DEL SEÑOR. |
El Monumento podrá
visitarse solamente hasta la medianoche |
de este día. |
VIERNES SANTO |
Mañana, a las 8.
VIA-CRUCIS por el Parque. |
Si el mal tiempo lo
impidiese, se celebraría en el interior de la |
iglesia |
Tarde, a las 8. ACCION
LITURGICA DE LA PASION Y MUERTE DEL |
SENOR: Lecturas, Pasión
según San Juan, Oración de los fie- |
les, Adoración de la Cruz,
Comunión. |
SABADO SANTO |
Noche, a las 11, VIGILIA
PASCUAL: Bendición del fuego y del cirio |
pascual, Pregón pascual,
Lecturas, Lejanías, Renovación de las |
promesas del Bautismo,
segunda parte de las Letanías, Santa |
Misa |
DOMINGO DE PASCUA |
Mañana a las 10, SANTA
MISA. |
Las demás Misas se
celebrarán según el horario acostumbra- |
do: 11 y 12 de la mañana y
la vespertina de las 8. |
Los fieles que hayan
comulgado en la Misa de la Vigilia pas- |
cual, pueden hacerlo
laudablemente en la del día de Pascua. |
El lunes, martes y
miércoles de Semana Santa tienen el horario de los |
días laborables, es decir:
celebración de la Santa Misa a las 7.45 de la |
mañana y a las 8 de la
tarde. |
La iglesia se abre siempre
media hora antes de la de comenzar los |
cultos. |
LAUS |
Director: Ramón Mas, C. O.
Edita: Congregación del Oratorio - Apartado 182.- Albacete. |
Imprime: LA VOZ DE
ALBACETE, S. López, 14-2-3-69. Depósito Legal: AB-103-62. |
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