BOLETIN
DEL ORATORIO ALBACETE. |
N.° 87. ABRIL. 1970. |
GRANDES DOCUMENTOS |
SOCIALES |
LEÓN XIII |
En la historia de las
enseñanzas pontificias, la encíclica "Rerum novarum", |
de 15 de mayo de 1891,
representa un hito que señala un camino nuevo en el |
procedimiento que la
Iglesia emplea para recordar la aplicación de los principios |
del Evangelio a la vida
social. La preocupación de la Iglesia por los problemas |
de este orden, no comienza
con esta encíclica de León XIII, pues bastaría, desde |
el Sermón de la Montaña y
la vida de la primera comunidad cristiana tal como |
se nos describe en el
libro de los Hechos de los Apóstoles, y bastaría una rápida |
panorámica sobre lo que
los Santos Padres dijeron y sufrieron en los primeros |
siglos de la Iglesia, para
que nos diéramos perfecta cuenta del celo por aplicar |
la doctrina evangélica. Lo
nuevo, ahora, era el modo. Y de aquí la sorpresa, no |
siempre favorable, con que
se recibió. Hasta el siglo XIX la acción social de la |
Iglesia en el mundo era
concebida como acción de los jefes de la Iglesia sobre |
los jefes del orden civil.
Pero, llegada la era de la secularización, ya no era a tra- |
vés de los poderes
políticos que la Iglesia tenía que ejercer su influjo, sino que era |
preciso impartir
enseñanzas, recordar principios al conjunto de todo el pueblo |
cristiano, porque a él
correspondía, concebido de una manera total, la construc- |
ción de la nueva sociedad.
La era de los absolutismos había terminado, y se |
iniciaba la democrática,
en la que corresponde a los mismos pueblos hacer su |
historia. |
Este es el primer
significado de la primera encíclica "social", en perfecta cohe- |
rencia con otro género de
enseñanzas, como las que el mismo León XIII daba |
a los católicos franceses
para que no se obstinaran en resolver sus problemas so- |
1 (33) |
ñando con quiméricas
restauraciones, asaltos del poder o "golpes de estado", |
sino para que usaran el
camino legítimo de sus derechos ciudadanos, integra y |
noblemente ejercidos. ¿No
había sido declarado el "imperio de la Razón"? Razo- |
nemos pues, venía a
decirles el papa y usemos razonablemente nuestros dere- |
chos desde la situación
que, por mayoría del pueblo, se ha establecido, aunque a |
todos no guste de manera
igual. |
La "Rerum
novarum" era un razonamiento de lo social, propuesto a los |
católicos, de acuerdo con
la situación de aquel tiempo. |
Otra cosa hay que tener en
cuenta, también, para comprender la mezcla de |
apertura y de prudencia
que caracterizaron aquel documento y que, vemos, se |
repite siempre en el
magisterio, por razones semejantes: desde el Renacimiento, |
las ideas que irrumpían en
el mundo, aparecían con un aspecto de novedad y de |
peligro, a causa del
contexto hostil que para la Iglesia presentaban los defensores |
de tales ideas. Esto
explica por qué cada uno de estos documentos ha merecido |
siempre dos juicios
contradictorios, aún entre los mismos católicos: unos porque |
han pensado que la Iglesia
se quedaba corta o llegaba tarde, y otros que titulaban |
al papa de socialista o
comunista. Respecto a Pablo VI todos podemos haber |
recogido detalles de esta
contrastada reacción; respecto a León XIII no hará |
falta recordar lo de
aquellos piadosos que pidieron oraciones para la "conver- |
sión" del Papa,
porque se había pasado al socialismo, decían. |
No obstante, la
"Rerum novarum" no tiene ninguna clase de indulgencia |
respecto al socialismo
antirreligioso de su tiempo, pero comprende que quiere ser |
una respuesta a las
injusticias del liberalismo de la época y quiere iluminar la |
situación creada por todo
lo que el siglo pasado ha barrido, dice el Papa. Y |
prosigue: |
**Poco a poco los obreros
han venido a hallarse solos e |
indefensos entregados a la
inhumanidad de los amos y a la |
desenfrenada codicia de
las competencias que mueven a éstos. |
Una usura voraz ha venido
a sumarse al mal. Aunque condenada |
varias veces por la
Iglesia, no ha dejado por ello de seguir prac- |
ticándose, de una manera o
de otra, por hombres sedientos de |
ganancias, de codicia
insaciable. A todo esto hay que añadir la |
concentración en las manos
de pocos de la industria y del co- |
mercio, repartidos entre
el pequeño número de ricos y opulentos |
que imponen, de esta
manera, a la infinita multitud de los pro- |
letarios, un yugo que
define poco del de los esclavos". |
El resto, ya no es una
condenación del socialismo, sino un diálogo con sus |
proposiciones, y establece
los criterios positivos que hay que tener en cuenta, |
para una solución del
problema social, respecto a la Iglesia, al Estado y a los |
sindicatos. |
La afirmación del derecho
sindical es, tal vez, el aspecto más importante y |
el que más le discutieron
los oponentes liberales, incluso católicos contagiados, |
naturalmente, de
liberalismo. Oposición que persiste, todavía, en algunas partes. |
2 (34) |
PIO XI |
Cuarenta años después,
cuando no es solamente el problema obrero sino |
el económico en general
–los más ancianos recordarán el famoso "crack" del |
294, el 15 de mayo de
1931, Pío XI publica la "Quadragesimo anno". En esta |
época, excepto el mundo
soviético, que acaba de entrar en la era de los planes |
quinquenales bajo el puño
de Stalin, todo el pensamiento económico de Occiden- |
te está inspirado en el
liberalismo. Pío XI renueva las enseñanzas de León XIII |
y puntualiza la doctrina
de la Iglesia respecto al salario "familiar", la función in- |
dividual y social de la
propiedad, el cooperativismo, la misión de Estado ―pos- |
terior al individuo—
proscribe la dictadura económica, el liberalismo, el comu- |
nismo y el socialismo
ateos y propugna la cristianización de la sociedad. |
PIO XII |
Pío XII no escribió
ninguna encíclica de tema específicamente "social". Sus |
enseñanzas, en esta
materia, se encuentran esparcidas en numerosos discursos, |
que constituyen
comentarios y desarrollo de la doctrina de su predecesor. Así en |
el radiomensaje de 10 de
junio de 1941, sobre el cincuentenario de la "Rerum |
novarum". Los
problemas de la "mentalidad técnica" parecen prevalecer en |
las preocupaciones del
pontífice y le suministran la materia para muchos de |
sus grandes discursos. |
JUAN XXIII |
En la "Mater et
Magistra", del 15 de mayo de 1961, Juan XXIII vuelve a |
la perspectiva de Pío XI y
significa, en relación a él y a los discursos de su pre- |
decesor Pío XII, un
progreso. El problema social de la "Mater et Magistra" ya |
no es solamente el
problema obrero de la "Rerum novarum", o el económico |
de la "Quadragesimo
anno". Después de una primera parte introductoria, dedica |
la segunda a la
puntualización de estos problemas desde la actual situación; en |
la tercera parte trata de
la agricultura y de los países subdesarrollados, de las |
zonas de desigual
desarrollo dentro de un mismo país, de las relaciones entre |
países de desigual
desarrollo, es decir del cripto-colonialismo, y hace, además, las |
primeras alusiones a la
regulación moral del crecimiento demográfico: todo lo |
cual constituye el cuerpo
de la encíclica. La cuarta parte es una larga conclusión |
¿Le interesan los asuntos
sociales, desde un punto de vista auténti- |
camente cristiano? |
Suscríbase a «MUNDO
SOCIAL», editado por la Casa de Escritores |
de la Compañía de Jesús. |
Pídalo a la
Administración: Pablo Aranda, 3.-MADRID-6. |
3 (35) |
que invita a la acción
urgente. Todo, siempre, en torno al tema de la justicia, |
que no es solamente la
atribución a cada cual de lo que le corresponde, sino |
además, el papel y
participación debida en la responsabilidad social. |
La "Pacem in
terris", del 11 de abril de 1963, añadirá algunas importantes |
precisaciones en el orden
económico-social. |
PABLO VI |
Y llegamos a la encíclica
de Pablo VI, "Populorum progressio", del 26 de |
marzo de 1967, que tiene
por objeto el desarrollo integral del hombre y el |
desarrollo solidario de la
humanidad. Alguien ha dicho que, más que una encí- |
clica con estilo de
documento doctrinal, tiene el latido y el impulso de un "Mani- |
fiesto". |
La gran meta es construir
al hombre y asentar la solidaridad de todos los |
pueblos sobre los pilares
de la igualdad en la libertad, de la comunicación de |
bienes en la justicia y
del despliegue de los valores más íntimos de la persona |
mediante a participación
activa de todas las gentes en una comunidad de vida |
integralmente humana. Para
ello hay que desmontar la noción exclusivista de |
la propiedad privada, el
mito de los nacionalismos, y las brutalidades de la |
violencia. |
Las reacciones han sido
para todos los gustos. Como observa Mons. Jesús |
Iribarren, desde el líder
comunista que ha dicho, a propósito de ella, "que el |
catolicismo se está
convirtiendo de opio en levadura", hasta la aprobación pro- |
tocolaria y frialdad
silenciosa subsiguiente, en nuestra sociedad, de los pseudo- |
católicos que volverían a
rezar para que León XIII se convirtiera... Pero no |
han faltado, en el mundo,
las reacciones sinceras de políticos, de hombres re- |
ligiosos, de pobres o de
adinerados, de revolucionarios o ascetas, que la han |
tomado en serio. |
Falta decir, empero, que
el pensamiento social cristiano no se reduce a unos |
cuantos documentos
magistrales: está en las ideas y en la acción de los católicos, |
laicos y sacerdotes,
preocupados en edificar una sociedad consecuente con el |
Evangelio. La historia de
los documentos pontificios no puede identificarse con |
la totalidad del
pensamiento social cristiano, porque está en continuo desarrollo, |
aunque sí es cierto que
constituyen una orientación auténtica que garantiza de |
errores y encauza el
progreso. |
A última hora hemos
modificado el contenido de este número de LAUS, que proyectá- |
bamos dedicar, con
preferencia, a la recién celebrada XXVIII Semana Social de España, |
que ha tenido sus sesiones
en la vecina Murcia, con el tema «LA POPULORUM PRO. |
GRESSIO Y LA COMUNIDAD
CATOLICA ESPANOLA». La variación y reducción |
de estas páginas quedará
suplida en las «Conversaciones del Oratorio», |
que anunciamos para este
mes. |
4 (36) |
Propaganda y
Evangelización |
Actualmente la
propaganda" alcanza a tantos aspectos de la vida (políticos, |
económicos, culturales,
ideológicos...), que es difícil imaginar el discurrir humano |
con independencia de su
influjo. Además, su reconocida capacidad de sugestión |
puede ser tan efectiva
que, en especial cuando se ejerce sobre las masas, es |
capaz de disminuir, en
grado más o menos notable, la mayor de las prerrogativas |
humanas: la libertad. Con
libertad menguada, o tan reducida que resulte inope- |
rante, los valores de la
persona humana quedan anulados. |
Por esto podemos
formularnos estas preguntas: ¿el apostolado, la difusión |
del Evangelio, tiene
coincidencias o afinidades con la propaganda? ¿La evan- |
gelización es una
propaganda? |
Será preciso distinguir,
en primer lugar, entre el concepto moderno de "pro- |
paganda", y el que
comenzó a tener la primera vez que se usó esta palabra, |
aplicada a la difusión de
algo. Hoy se le supone, casi como nota característica |
una tendenciosidad y una
capacidad técnica de sugestión que modifican notable- |
mente y potencian de
manera extraordinaria su aptitud difusora y condicionadora. |
La primera extensión
deducida del significado original, está ya rebasada. |
Fue en realidad el Papa
Gregorio XV quien estrenó el nombre en 1622, al |
erigir la Sagrada
Congregación de Propaganda Fide", con la finalidad de im- |
pulsar y organizar la
difusión de las verdades de la fe católica en el mundo |
entero; aunque graves
dificultades políticas redujeron, por entonces, su influjo |
a sólo Europa y parte de
la India, con lo que adquirió un matiz original anti - |
protestante, más tarde
rebasado. |
La palabra (del latín
propago, propagare) tuvo fortuna al hacer extensiva la |
significación de prolongar
la descendencia biológica o el crecimiento de los re- |
toños y los sarmientos en
la vida vegetal, la de difundir las ideas, creando nuevos |
adeptos de las mismas, de
manera que enseguida comenzó a usarse en relación |
con temas políticos,
incluso en relación con aspectos militares, durante las gue- |
rras napoleónicas,
llegando, en nuestros días, y merced al perfeccionamiento de |
las técnicas de
persuasión", a convertirse en recurso, a veces decisivo, especial- |
mente en el campo
político, cuando se la dedica a llenar las lagunas que la |
censura impone a la
información, y es ejercida desde el poder. Las dos últimas |
Guerras Mundiales y los
movimientos políticos totalitarios, a partir sobre todo |
de la revolución rusa, nos
ofrecen amplia confirmación de ello. |
Es evidente que, en este
sentido, no puede haber coincidencia alguna entre |
evangelización y
propaganda; este nombre queda ya invalidado, a pesar de su |
5 (37) |
legítima primera
significación. Por eso, para evitar posibles malentendidos y |
precisando mejor la
finalidad que al ser creada se le atribuía, la referida Sagrada |
Congregación" de
Propaganda Fide", ha sido recientemente modificada en su |
titulación, establecida de
esta manera: Sagrada Congregación para la Evangeli- |
zación de los Pueblos o
"de Propaganda Fide". Aun tratándose de Cristo, no es |
lo mismo evangelizar que
hacer propaganda. En esencia la evangelización consis- |
te en el anuncio del
"misterio de Cristo" (para usar una expresión paulina), acom- |
pañado por el testimonio
de la fidelidad del apóstol que evangeliza. Este testi- |
monio es complementario:
se dio en los primeros tiempos de la expansión del |
Cristianismo y, en
conjunto, se ha mantenido posteriormente en la Iglesia. |
Pero se ha convertido en
lugar común el presentar la difusión del cristianismo |
en el mundo occidental,
hasta el siglo XI, como una operación comparable a la |
propaganda. Aquí se impone
otra distinción: sin lugar a duda puede afirmarse |
que el Cristianismo, en
cuanto a su contenido doctrinal, es incompatible con la |
propaganda, entendida como
una acción sobre la masa, ejercida por un poder |
que persigue sus
objetivos, sin preocuparse demasiado de si engaña o seduce al |
auditorio. El
Cristianismo, durante los primeros siglos, se ha extendido por el |
testimonio de los
creyentes, lo cual es muy diferente de la propaganda, tal como |
hoy se entiende. |
Y cuando la Iglesia fue
reconocida, y luego asociada, al Imperio romano y |
bizantino, es cierto que
pudo servir, temporalmente, a la propaganda del Estado, |
en el sentido de que el
poder estatal la utilizó, como medio psicológico, para |
reforzarse a sí mismo;
pero, por esta misma razón, no se trataba de propaganda |
de la Iglesia, ni del
Cristianismo. |
Tampoco caben dentro de
los esquemas actuales de la propaganda, los |
movimientos de
evangelización espontánea, como el de los monjes irlandeses de |
los siglos V y VI; ni el
apoyo del poder político concedido a la Iglesia (Constan- |
tino, Carlomagno...); ni
la organización medieval de la vida monástica y todo |
el profundo influjo
ejercido por ella en Europa; ni la liturgia, esencialmente |
teológica y simbolista; ni
tampoco otras actividades cristianas o manifestaciones |
de la vitalidad de la
Iglesia, que si concurrieron o sirvieron a la extensión del |
cristianismo, no pueden,
en verdad, encuadrarse dentro de la propaganda. |
Pero si lográramos depurar
el significado de la palabra "propaganda" del |
recelo que inspira
(porque, en la mayoría de los casos, evoca la acción domina- |
dora de los regímenes
totalitarios en el campo moral y espiritual) y rectificar |
deontológicamente la
utilización de los soportes publicitarios y de las técnicas |
en que se apoya, no habría
inconveniente en reconocerle, externamente, un grado |
de afinidad, más o menos
notable, con el apostolado evangélico. |
LAUS se reparte
gratuitamente a los amigos |
del Oratorio que lo
solicitan. |
6 (38) |
En sentido amplio, la
propaganda coincide con los orígenes de la historia: el |
que siembra doctrinas que
cree beneficiosas para los hombres y, movido gene- |
rosamente por este deseo
de bien, se esfuerza en propagarlas, no debe despertar |
recelo, sino admiración.
Solamente que es preciso, en todo caso, que pueda re- |
conocerse la autenticidad
del que extiende el mensaje y asegura la libertad del |
que lo recibe: porque se
evangeliza a hombres, no a autómatas. |
Ya se trata, entonces, de
cuidar que cuando la fe pase del corazón del apóstol |
a las obras de los
creyentes, la mística no ceda el lugar al poder y, manteniendo |
la prevalencia de lo
espiritual de su ejercicio, el celo por la difusión de la fe ―la |
"propaganda" de
la fe— no degenere en demagogia ni enturbie la constancia |
de la verdad que se
proclama. |
Posiblemente por esto, el
Concilio Vaticano II, al tratar de los "Medios |
de Comunicación
Social", además de afirmar el derecho de la Iglesia a utilizarlos |
y a poseerlos en la medida
que sean necesarios al apostolado, puntualiza que se |
cree en el deber se
enseñar a los hombres el buen uso de los mismos. Natural- |
mente que es ella la que,
en primer lugar, se impone esta rectitud al utilizarlos. |
Rectitud que está por
encima de la simple honestidad deseable y defendida |
―teóricamente―,
para toda buena propaganda y publicidad, porque tiene en |
cuenta, además, el aspecto
sobrenatural, independiente de cualquier técnica o |
acción humanas. |
INFORMACION SOBRE |
LA XXVIII SEMANA SOCIAL DE
ESPAÑA |
Puede encontrarse
información en la prensa diaria de Madrid: |
«NUEVO DIARIO», «YA»,
«MADRID», dedicándole menos espacio, |
«ABC». Los demás diarios
madrileños han guardado silencio, como la |
casi totalidad de los
diarios de provincias, salvo alguna simbólica e |
intrascendente alusión.
Sin embargo, es de destacar la preferencia que |
le ha dedicado el diario
murciano «LA VERDAD». Pero la mejor |
información aparecida en
la prensa nacional se ha dado, regularmente, |
por «LA VANGUARDIA», de
Barcelona. |
Los interesados pueden
consultar estas fuentes y tenerlas en |
cuenta cuando deseen estar
al corriente de algún suceso interesante |
relacionado con la vida de
la Iglesia. |
7 (39) |
Conversaciones del
Oratorio |
Viernes, 17 A las 8,30 de
la tarde |
UN CRISTIANO EN AMERICA |
DON MANUEL BELMONTE |
Viernes, 24 A las 8,30 de
la tarde |
LA POPULORUM PROGRESSIO Y
ESPAÑA |
MESA REDONDA |
LAUS DEO |
Director: P. Ramón Mas C.
O. Edita: Congregación del Oratorio. - Apartado 182.- Albacete |
Imprime: LA VOZ DE
ALBACETE S. López, 24. 14-4-70 Depósito Legal: AB-103-62. |
8 (40) |
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