BOLETIN
DEL ORATORIO ALBACETE. |
N° 94. MARZO. 1971. |
URGENCIA CRISTIANA |
Entre
"seguridad" y "compromiso" la atención del cristiano
está, todavía, |
en dejarse vencer por el
lado de la "seguridad". Tanto es así que se tiende a |
convertir la profesión de
la propia fe en una especie de "seguro de eternidad". |
Seguro de eternidad cuya
garantía se mantiene por la fidelidad a ciertas nor- |
mas morales y a
determinadas observancias rituales sobrenaturalmente válidas. |
Cuando a causa de la
debilidad o de la pereza humana se produzca algún fallo, |
queda todavía el recurso
de la purificación y de la Asepsia infalible y suficiente |
de los sacramentos. |
Pero un Cristianismo
asumido de esta manera, no pasaría de una pobre y |
simple reducción atrofiada
del Evangelio, desfigurado todavía con las preocu- |
paciones de la vieja
Sinagoga y los aditamentos supersticiosos y mitológicos |
del paganismo no superado,
de cuando a la caída del Imperio romano y de sus |
Dios |
es, el Cristianismo fue
declarado nueva "religión del Estado". Este también |
veía en él una
"seguridad" tanto cuando, de buena fe, lo quería entendido |
como anticipación terrena
y definitiva del "reino de Dios" convertido en uto- |
pía, como cuando al ser
utilizado para distraer las miradas de los hombres |
hacia el cielo, los
poderosos quedaban libres de manos para dominar la tierra, |
místicamente domesticada. |
El egoísmo personal de
cada hombre ha podido contribuir al cultivo de una |
cierta codicia
ultra-terrena, a modo de desvío o prolongación del mismo egoís- |
mo nacido en la tierra, o
de compensación por las terrenas insatisfacciones. Y |
cuando no el egoísmo, la
ignorancia. |
Pero el Cristianismo no es
eso. Ni ha sido eso. Una meditación honrada del |
Evangelio, una evocación
atenta sobre las primeras comunidades cristianas, un |
repaso no puramente
anecdótico sobre la vida de los santos y la consideración |
1 (9) |
integral, medular y
despolitizada de las enseñanzas de la Iglesia, nos confirman |
que el Cristianismo es una
fe que "compromete". Un compromiso para el bien, |
dinámico y difusivo —como
corresponde a la esencia de todo bien auténtico—. |
Un bien que, como todo
bien, comienza siendo una verdad; una verdad que se |
ha de proclamar y se ha de
encarnar; una verdad para ahora mismo y para |
todos. Una verdad que, por
serlo, se resiste al aplazamiento y a la atrofia an- |
quilosante. Cuando ésta se
produce en nombre de algo que se llama Cristianis- |
mo, no lo es aunque
ostente abusivamente el nombre. |
Es inevitable que las
instituciones terrenas hayan querido influir y hayan |
influido en el
desenvolvimiento exterior de la predicación cristiana; lo han |
hecho tanto cuando se han
opuesto a ella como cuando han pensado que la |
ayudaban. Tales ayudas han
surtido, históricamente, un efecto ambiguo, por |
lo menos, cuando no
contradictorio, porque han reducido a pactos la medida |
de la libertad de la
comunidad cristiana, disminuyéndola o deformándola, a |
base de
"seguridades" —en este caso solamente terrenas— que la incapacita- |
ban para cualquier
verdadero compromiso evangélico. |
En nuestra época esta
urgencia por el compromiso se hace sentir con más |
Insistencia, aunque no se
trata de nada nuevo, porque a ella se debe, no sola- |
mente la muerte de Cristo,
sino el sacrificio de los mártires de todos los tiempos |
y los dolores y
dificultades que ha padecido y padece la Iglesia en todas par- |
tes, bien porque su
mensaje no sea totalmente aceptado, bien porque sea ma- |
nipulado y deformado. No
obstante, lleva veinte siglos porfiando en la fidelidad |
incesantemente renovada de
su predicación que prosigue inerme frente a la |
sucesiva ruina de los
poderosos de la tierra, porque el Señor "está siempre con |
Ella", en el más alto
y en el más humilde de sus fieles. El Señor crucificado, |
comprometido. |
VIERNES SANTO |
A LAS OCHO DE LA MAÑANA |
VIA-CRUCIS |
POR EL PARQUE |
2 (10) |
TODOS ESTAMOS |
COMPROMETIDOS |
Todavía, cuando se habla
de la Igle- |
sia, se la identifica
demasiado con la |
jerarquía o con los
clérigos y religio- |
sos; cuando, en realidad,
la Iglesia es |
la reunión de todos los
cristianos, de |
todos los bautizados. No
tratamos aquí, |
ahora, de analizar las
causas que pue- |
dan haber dado lugar a tal
restricción |
Cualesquiera que fueran
siempre sub- |
yacería en las mismas una
fe muy su- |
perficial y, en muchos
casos, además, |
una abdicación cómoda de
responsabi- |
lidades que, en no pocos
cristianos, se |
traduce por la actitud
extraña de vi- |
vir de la Iglesia —gran
reserva sobre- |
natural— en vez de vivir
en la Iglesia |
y la vida de la Iglesia.
Para estos esa |
Iglesia propia e
integradora, todavía |
no existe; o existe
solamente en la |
corteza de sus ribetes
institucionales, |
casi confundibles con
otras institucio- |
nes u organizaciones
humanas, poco |
compatibles con el
"gran designio o |
misterio divino" que
diría San Pablo. |
Este año, con evidente
acierto, la |
campaña vocacional se ha
lanzado con |
el lema de: TODOS ESTAMOS
COM- |
PROMETIDOS. |
Si, las vocaciones
dependen de to- |
dos, son de todos. Seguirá
siendo nece- |
sario que haya cristianos
que dediquen |
todas sus energías al
servicio ministe- |
rial de los demás;
seguirán habiendo |
cristianos que, bajo la
forma sacerdo- |
tal o por otra especial
consagración, |
antepongan el reino de
Dios a toda |
otra aspiración menos
Inmediata al re- |
clamo del Evangelio. Pero
todos estos |
dependerán en la necesidad
de sus res- |
puestas individuales, de
la respuesta |
total que sea la vida de
fe y de espe- |
ranza de todo el cuerpo de
los creyen- |
tes. Las formas que deba
revestir el |
sacerdocio y la
consagración al llama- |
miento absoluto del
Evangelio, podrán |
variar; pero no cesará el
llamamiento. |
En nuestra época,
responder a este |
llamamiento reclama mayor
generosi- |
dad o, para ser más
exactos, más au- |
tenticidad, más
sinceridad. Cada vez |
será menos posible la
ambigüedad de |
intención con que muchos
ingresaban |
en los Seminarios, que se
traducía en |
los numerosos abandonos,
por otra |
parte afortunadamente de
mitad de |
carrera, cada vez será
considerado me- |
nos diferente de los demás
el sacerdote |
y el religioso, los
cuales, aunque en ge- |
neral siempre se han
bastado por si |
mismos y además se han
consagrado a |
los demás hombres
generosamente, se |
pondrá más en evidencia en
el futuro, |
porque tendrán menos
compensaciones |
ni apariencias de
privilegio alguno. To- |
do lo cual exigirá más
valentía, sin ho- |
nores que la alienten ni
garantías que |
la mantengan. Será más
posible la fi- |
delidad al Evangelio y,
por lo tanto, |
más actual el Evangelio y
más sincera |
su aceptación. |
No sabemos lo que ha de
pasar con |
la cantidad de respuestas
al llama- |
miento vocacional; pero si
que se pue- |
de anticipar que la
calidad subirá, sin |
que pudieran formularse
justos repro- |
ches para el pasado,
porque, con todos |
los fallos humanos que se
quieran adu- |
cir, siempre emergerá el
bien que el |
mundo ha recibido por
medio de tan_ |
tas generaciones de
hombres y muje- |
3 (11) |
res que lo han dejado todo
a cambio |
del Evangelio de
Jesucristo. |
Humanamente, hoy existen
menos |
"seguridades"
que en otros tiempos. Lo |
cual no es un mal para
seguir a Cristo, |
que ya advirtió a sus más
adictos |
que no llevarán exceso de
provisión pa- |
ra el camino, porque resta
agilidad. |
Los ágiles, los generosos,
los valien- |
tes, seguirán diciendo
"sí", y se pon- |
drán en camino. Un camino
que puede |
parecer menos fácil que en
otras épo- |
cas, pero que ciertamente
es muy her- |
moso y evangélicamente
óptimo para |
una vida de fe y de
esperanza. |
{A>} SEMANA SANTA |
DOMINGO DE RAMOS |
Mañana, a las 9:45,
BENDICION DE RAMOS, desde el portal de la |
primitiva capilla; acto
seguido PROCESION; al regresar. SAN- |
TA MISA, en la iglesia
mayor, que permanecerá cerrada hasta |
la entrada procesional de
los fieles. |
Las demás misas se
sucederán según el horario de costumbre: |
11 y 12 de la mañana y la
vespertina de las 8. |
JUEVES SANTO |
Tarde, a las 8, MISA DE LA
CENA DEL SEÑOR. |
El Monumento podrá
visitarse solamente hasta la medianoche |
de este día. |
VIERNES SANTO |
Mañana, a las 8, VIA
CRUCIS por el Parque. |
Si el mal tiempo lo
impidiese, se celebraría en el interior de la |
iglesia, |
Tarde, a las 8,
CELEBRACION DE LA PASION DEL SEÑOR. |
SABADO SANTO |
Noche, a las 11, VIGILIA
PASCUAL. |
DOMINGO DE PASCUA |
Las MISAS, se celebrarán
según el horario acostumbrado: 10, 11 y |
12 de la mañana y la
vespertina de las 8. |
Los fieles que hayan
comulgado en la Misa de la Vigilia pas- |
cual, pueden hacerlo
laudablemente en la del día de Pascua. |
La iglesia, se abre
siempre media hora antes de la de comenzar |
log cultos. |
4 (12) |
¿EVANGELIZACIÓN |
O SACRAMENTOS? |
Constituye una verdadera
exageración, o desproporción, por lo menos, el |
aplicar las ideas
pesimistas de crisis a la actual situación de la Iglesia; exa- |
geración o desproporción
que alcanza actitudes morbosas, en los medios infor- |
mativos, cuando
seleccionan, al referirse a la Iglesia o a sus ministros y fieles |
destacados, solamente las
noticias chocantes, inexactas, incompletas y hasta |
falsas—. La Iglesia no
pasa por más crisis que la misma que pasa el mundo; si |
Acaso con una ventaja: que
Dios la asiste y la guía en medio de las humanas |
limitaciones, y que su fin
trasciende al de las demás instituciones, en aparien- |
cia más fuertes, pero
históricamente caducas y amortizables, a plazo más o |
menos largo, más o menos
breve. La Iglesia no pasa por más crisis que la de |
adaptarse, en la
transmisión de su mensaje, a la comprensión del mundo actual. |
Ello explica, también, que
las dificultades que ha de vencer se refieren, espe- |
cialmente, a esa
comunicación del Evangelio que tiene encomendada. |
Las oposiciones
principales que, en veinte siglos, ha tenido y sigue teniendo |
que superar la Iglesia, se
refieren a la predicación, mucho más que al culto. |
Este es menos
comprometedor y puede, en determinadas circunstancias, con- |
fundirse con todas las
prácticas religiosas de la Humanidad frente al misterio |
de Infinito, conocido o de
algún modo intuido. Esta confusión posible es uno |
de los riesgos que pugna
en evitar la Iglesia cuando se dispone a continuar las |
Alabanzas divinas y a
administrar los sacramentos, precisamente porque se |
realiza en medio de los
hombres es imposible una absoluta pureza y por eso |
necesaria una continua
tarea purificadora, encauzada a evitar la paganización |
y las desviaciones
mágicas, por un lado, y el regreso al ritualismo judaizante |
por otro, sofocador del
espíritu bajo el peso de lo legal, aunque se perfume de |
sentimentalismos
autosugestivos y enajenantes. Las resistencias que a esta labor |
purificadora y adaptadora
de ritos y sacramentos encuentre la Iglesia, |
aunque exista, no es la
más temible; si se presenta con algún endurecimiento, |
sólo prueba que, quienes
lo mantienen, ya temen, por presentida, la voz evan- |
gelizadora que se hace más
urgente y concreta en el campo de los abusos, del |
egoísmo, de las
instalaciones injustas y de las opresiones. |
5 (13) |
EL EVANGELIO COMO
ENAJENACION |
Y es aquí donde más
dificultades ha de encontrar—como ha encontrado siem- |
pre— La Iglesia. Cristo no
fue condenado a muerte porque celebró la santa Ce- |
na, sino porque dijo la
verdad —"la verdad os hará libres"—, una verdad que |
liberaba a todos los
hombres: una verdad, por lo tanto, temida por los pocos |
de siempre. Por esto
cuando se presenta y se predica el Evangelio, no como una |
cosa que fue, sino como
algo que ha de ser, también hoy, encuentra oposición. |
El Evangelio, bello,
poético, admirable, santo... pero alejado, envuelto en la |
aureola del recuerdo
piadoso, conmemorativo, no molesta a nadie y, además, |
adorna, como adornaban las
filacterias de los fariseos, que eran más para os |
tentación que testimonio
de santidad interior. Si el Evangelio se hace más pró- |
ximo, más concreto,
todavía puede ser tolerado con tal que, en la materia, no |
sea total y, en la
destinación, no ultrapase el individualismo, por ejemplo, si |
se reduce a una moral más
que a una vida, si se destina a los individuos más |
que a la sociedad, así, se
habla más de castidad que de amor, más de caridad |
que de justicia, más de
comportamiento y autoexamen personal que de com- |
promiso colectivo; y las
palabras alma, oración, cielo ofrecen caudal inagotable |
a temas piadosos que, como
parece que obligan a mucho, en realidad se reducen |
a nada, porque fragmentan,
atomizan su mismo valor legítimo, al desvincular- |
las del "todo",
de la vida entera, propia y social, merced a la persistencia de una |
ambigüedad que, ni es
espiritual, ni puede servir al Evangelio. |
PAGANISMO CON APARIENCIAS
CRISTIANAS |
No cabe la menor duda que,
en nuestros días, los esfuerzos y la sinceridad |
de los ministros de la
Iglesia se hace insistente en este campo de la evangeli- |
zación, y ello explica,
cabalmente, las dificultades que también, con frecuencia, |
encuentran, la primera de
las cuales es la del propio vencimiento para mantener |
la fidelidad a su misma
vocación evangelizadora. Porque hemos hablado largo |
tiempo de las misiones y
de los infieles... y nos hemos olvidado que, más cerca |
hacían falta todavía
muchas "misiones" para deshacer tantos prejuicios y ac- |
titudes todavía paganas:
nos hemos dado cuenta que teníamos cerca a muchos |
bautizados, pero a pocos
evangelizados, a los cuales, a pesar de encontrarse |
incluso con tanta
frecuencia de buena fe dentro del Cristianismo, les resultaba |
sorprendente y extraña la
verdad evangélica cuando se les anunciaba con sin- |
ceridad como algo más
inmediato que la simple "esperanza" del cielo para des- |
pués de la
"desgracia" de la muerte; como algo más grande que la sola obser- |
vancia de algunos
preceptos, como algo más comprometedor que una pura ad- |
hesión interior,
intelectualmente cómoda, implícita; como algo más profundo |
que una simple inscripción
o herencia social. Porque se trata de hacer un mun- |
do cristiano, pero que no
lo es, aunque abusivamente así se llame; se trata de |
6 (14) |
despertar del sueño
estático de una bondad asegurada, y de ponerse a trabajar |
con esperanza para decir
con la palabra y con la vida la verdad de Cristo: ver- |
dad, libertad, justicia,
amor, a todos los niveles. ¿Hará falta repetir las palabras |
de Juan XXIII, para un
mundo nuevo, en paz? |
SACRAMENTO DEL MUNDO |
La Iglesia administra los
sacramentos, pero ella misma es el gran sacramen- |
to del mundo, la levadura
que le ha de hacer fermentar, no por la acción má- |
gica de recursos solamente
divinos, con desprecio o inhibición de los hombres, |
sino que estos han de
conocer, y aceptar y vivir, el don de Dios que es, ante |
todo un
"anuncio", la proclamación de una "buena noticia":
noticia esperada |
por toda la humanidad,
noticia que, imperfecta si se quiere, pero ya realmente, |
conmueve a todos los que
"tienen hambre y sed" de justicia, de verdad, de li- |
bertad y de amor; de los
que son, ya, heraldos de la paz de Dios. Sin esa ham- |
bre, es inútil que el
hombre se encierre en su propio equivocado perfecciona- |
miento, porque sería un
acto de egoísmo, y no de amor; porque sería una e- |
sclavitud , generadora de
otras esclavitudes, y no una libertad; porque sería una |
injusticia no hacer el
bien que todos esperan y necesitan; porque sería un error, |
que retrasaría más y más
la hora de Dios en el mundo, desfigurando su men- |
saje, retrasando su
urgencia, recortando su alcance, sofocando su aliento. |
Las dificultades actuales
de la Iglesia en el mundo están más en la evan- |
gelización. Y en la
evangelización entre los bautizados de los países que se lla- |
man cristianos, que se han
resignado a vivir tanto tiempo descuidados del |
Evangelio en la misma
medida en que eran más confiados en el rito, por otra |
parte imperfectamente
comprendido. Es preciso atender, escuchar esa palabra |
de Dios, en realidad más
importante que el rito, aunque sea sacramental, por- |
que éste, sin la palabra
que mentalice el corazón, se reduce a la aceptación |
supersticiosa o mágica que
algo que es ajeno al Cristianismo, aunque muchos lo |
hayan confundido con él. |
Existen muchos bautizados,
incluso con relativo buen nivel de cultura hu- |
mana, pero lamentablemente
ignorantes respecto al Evangelio, para quienes la |
fe es un sentimiento, la
religión una defensa moral, pertenecer a la Iglesia una |
calificación social,
etcétera. Todo esto es profundamente lamentable, porque |
puede presentarse como
cantidad cristiana, pero no como calidad y, por lo tan- |
to, no como auténtico
Cristianismo. Más cerca del Evangelio están más cris- |
tianos son los que, aún
sin conocer o conociendo menos a Cristo, viven com- |
prometidos para el bien,
la libertad y la justicia en el mundo, si mantienen con |
sinceridad y generosidad
este compromiso. Son aquellos de quienes Cristo, en |
parábola, dijo:
"—Pero, Señor, ¿cuándo te vimos, o te hicimos..?—. Sí, cada vez |
que visitasteis o
hicisteis el bien a uno de éstos, a mí, me lo hicisteis". |
Si los cristianos que así
nos llamamos aumentamos nuestra conciencia evan- |
7 (15) |
gélica, superando la
estrechez pietista del solo bien personal, o del llegar siem- |
pre tarde & adherirnos
a la justicia que proclaman o hacen los otros, podría- |
mos ofrecer el verdadero
espíritu de Cristo para colmar todas las ansias reden- |
toras del mundo, en vez de
imaginarlas, tantas veces, contrarias e Cristo... Cuan- |
do son solamente
contrarias a nosotros, a eso que hemos cultivado con etiqueta |
cristiana, y ritos
fáciles, y caridades lejanas y simbólicas. |
Porque se da el caso de
que estas ansias de redención muchas veces existen |
con más fervor en zonas
alejadas de los que han tomado el Cristianismo como |
una "seguridad"
más para sus egoísmos, que por esto lo critican o desacreditan |
u obstaculizan cuando el
Evangelio la pone en peligro. |
CONFERENCIAS CUARESMALES |
PARA HOMBRES |
El 5, 6 y 7 de abril, a
las 8'30 de la tarde |
Vea el horario de los
cultos de Semana Santa en el interior, página 4 |
LAUS DEO |
Director: P. Ramón Mas, C.
O. Edita: Congregación del Oratorio - Apartado 182. --Albacete |
Imprime: LA VOZ DE
ALBACETE, S. López, 24. 273-71 Depósito Legal: AB-103-62. |
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