Publicación
mensual del Oratorio. |
Núm. 142. JUNIO. Año 1976. |
SUMARIO |
CONSUBSTANCIAR la fe con
la vida; no una fe para |
después de la vida, ni una
fe al lado o adjetivando |
la vida del hombre. La
Iglesia de Cristo es el pro- |
yecto de esta inserción de
su Evangelio en todo el existir, |
pensar, querer, poder y
hacer del hombre en este mundo, |
desde este mundo, para
transformarlo en "Reino de Dios". |
PEDRO Y PABLO |
¿QUÉ LE PEDIMOS A LA
IGLESIA? |
LA PROGRAMACIÓN RELIGIOSA
DE RTVE |
«NO TE PIDO QUE LOS SAQUES
DEL MUNDO» |
EXAMEN DE CONCIENCIA PARA
POLÍTICOS |
CRUELDAD Y PECADO DE LA
TORTURA |
1 (101) |
PEDRO |
Y PABLO |
ORIGINALMENTE, la Iglesia |
tuvo la base y el impulso
de |
dos grandes figuras a las
que |
es preciso referirse
siempre que |
nos remontemos a su
nacimiento: |
Pedro y Pablo. Diferentes
en el |
descubrimiento de Cristo,
coinci- |
dentes, una vez hallado,
en su ab- |
soluta fidelidad;
intérpretes del pro- |
yecto de una comunidad
universal |
que parte de la presencia
de Jesu- |
cristo en medio de su
pueblo, pero |
que se extiende a todo el
mundo. |
Proyección posterior,
extensa en |
el espacio, perdurable en
el tiempo, |
profunda en las realidades
que |
quiere penetrar y
transformar. |
Pedro y Pablo representan
dos |
estilos diversos, pero
complemen- |
tarios de la capacidad de
virtua- |
lidades de una tradición
que se |
hace levadura y fermento
de trans- |
formación, hasta ir más
allá del |
ámbito del primer inicio,
casi de |
pueblo, en familia, en
grupo peque- |
ño de amigos, pero que,
sin perder |
la autenticidad primigenia
de todo |
lo puro, auténtico,
sincero y espiri- |
tual que la sencillez
guardaba, ha |
de ser transportado a
"toda la crea- |
ción", a todos los
seres sin distin- |
ción de raza, cultura,
lugar o condi- |
ción, quienquiera que sea
el hom- |
bre al que alcance. |
Esta nueva, grande y
universal |
hermandad humana es la
Iglesia, |
cuerpo vivo de Cristo en
la historia |
de los hombres, todavía
peregrinos |
por los caminos de la
tierra, pero, |
de alguna manera, ya
abrazados, |
enracimados, "en
comunión" con el |
sobrenatural organismo
misterioso |
del Cristo que prepara, al
alcanzar |
la suya, nuestra
glorificación. To- |
davía en la tierra, la
Iglesia, pero |
alcanzando las primeras
claridades |
del albor de la gloria de
los santos. |
Nada importa el polvo que,
ahora, |
mientras camina, salpique
sus pies |
al andar. |
LAUS |
se reparte gratuitamente a
los |
amigos del Oratorio que lo
so- |
licitan. Envíen su
dirección a |
Apartado 182 - Albacete |
2 (102) |
¿Qué le pedimos |
a la Iglesia? |
LOS CRISTIANOS no le
pedimos; «estamos» en la Iglesia. Más que |
suceder a Cristo, in
tomamos como su desarrollo misterioso en |
el mundo, como el «Cuerpo
místico de Cristo», o, como Bossuet |
señalaba, «la extensión de
Cristo en la Historia». Estar en la |
Iglesia, vivir la gracia,
compenetrarnos con el Señor, preparar |
la comunión de los santos,
el abrazo en y con Cristo. |
Los cristianos le pedimos
POCAS COSAS A la Iglesia: más bien nos las |
pedimos a nosotros mismos
y unos de otros las pedimos, las deseamos, las |
esperamos, las fomentamos. |
Es el mundo el que le pide
a la Iglesia. El mundo o, más exactamente, el |
espíritu de este mundo
que, a pesar de sus protestas, se concibe como fin |
de sí mismo y se organiza
para el goce egoísta de lo individual; este mundo |
que si se afana cambiando
y transformando las cosas que maneja, no lo |
hace para mejorarlas o
ennoblecerlas, sino para dominarlas y absorberlas. |
Este mundo no le pide que
sea transformado, sino que ella se transfor- |
me y le sirva.
Individualista, le consentirá a ella que predique y trate de |
organizar el
perfeccionamiento —un perfeccionamiento— individual, que |
llamará interior, que
calificará de espiritual: pero con tal de que no lleve |
demasiado lejos la
proyección exterior nacida de una sincera conversión |
personal a Cristo.
Consentirá las apariencias y basta aceptará las utilidades |
de un moralismo
individualista, de un sentimentalismo periférico, capaz de |
proporcionar sugestiones
tranquilizadoras, desplazando la responsabilidad, |
enajenando al hombre. El
hombre que así so emboba mirando al cielo, no |
estorba a los pillos de la
tierra. |
Si la Iglesia, si los
cristianos no se resignan a esa versión mutilada del |
Cristianismo, a esa
adoración a un Dios recortado, 'oreado a la imagen de |
las insatisfacciones o de
los complejos de la pobre criatura humana, ávida |
de una superación que no
encuentra en sí mismo, el espíritu del mundo |
tendrá todavía otros
consejos que darle, por vía de consentimiento: cuando |
los cristianos —es
decir.... algo más que simples bautizados— se refieran a |
la universalidad y
profundidad del mensaje que tienen para el mundo, no |
3 (103) |
sin cierto recelo, se les
permitirá que lo proclamen, pero con estrategias |
bien calculadas de
«dosificación» y oportunidad: todo será posible, pero lo |
espiritual ha de quedar
disuelto en la vaguedad de lo genérico y etéreo, de |
doce las concreciones no
se alcancen nunca, fuera de pequeños cotos |
simbólicos. Dejarán que la
Iglesia influyo cuando el influjo converja en |
los intereses terrenos que
ellos cultivan y dominan. |
El concepto de influjo es
mundano, porque pretende efectos. Aunque |
puedan ser bien
intencionados, que se producen de fuera adentro. LA |
Iglesia no está en el
mundo para influir, sobre nada, sino para cambiarlo y |
transformarlo todo. La
influencia parte del exterior y logra su fin por la |
imposición, por lo menos
psicológica o propagandística. Cristo no influyó: |
reclamó la conversión y la
fe, que son interiores, que obran desde dentro. |
La conversión no viste, ni
envuelve, ni fuerza, sino que cambia, transforma |
y convierte. La Iglesia no
es una sociedad dentro de la sociedad, no es un |
grupo de presión entre las
presiones del mundo: ella, con su «presión |
buena», los demás con las
malas. Cristo dijo: «el que se convierta y crea». Ni |
siquiera un moralismo,
sino un cambio interior que se traduce en un com- |
promiso exterior sobre
todas las cosas, para transformar el mundo en reino |
de Dios. |
Pero, llegados aquí, el
mundo no aceptará, prácticamente, jamás, este |
planteamiento. Y ya no le
pedirá nada. La despreciará si no logra munda- |
nizarla: la perseguirá si
no logra utilizarla: la consentirá si se anquilosa en |
beaterías inútiles,
desprestigiándose a sí misma, porque le ahorra la tarea |
de infamarla y deshacerse
de ella. Pero, ya, no le pedirá nada. |
El Cristianismo
"pactado". |
Un cristianismo
"instalado" en este mundo, |
que ha hecho su
"paz" con este mundo, |
tan poco forzado a
superarlo |
como demasiado preocupado |
en no tener conflictos con
él, |
no ha sido jamás otra cosa |
que un cristianismo en
decadencia. |
Louis Bouyer, C. O. |
4 (104) |
Problemas candentes: |
La programación religiosa |
de Radio Televisión
Española |
Periodistas especializados
opinan que la presencia |
religiosa en RTVE ha sido
pobre, nefasta, alienante, |
detestable, que no ha
servido para evangelizar ni ha |
dado la imagen de lo que
es la Iglesia, no ha enca- |
jado la transición del
Concilio y ha resultado inefi- |
caz, monocorde,
unilateral, tendenciosa ... |
La revista
"ECCLESIA", órgano de la 4. C. española, ha hecho una encuesta |
a diferentes personas
responsables en MCS, con motivo de la "X JORNADA MUN- |
DIAL DE LAS COMUNICACIONES
SOCIALES". Aquí nos fijamos en el punto |
referente a RTVE y su
programación religiosa, omitiendo otros. La valoración |
que hacen las personas
preguntadas, es negativa, excepto en una de ellas —Anto- |
nio González, director de
"La Gaceta del Norte"— que, además de alabar muchas |
cosas que considera
"positivas" pasa a lamentar «que no hayan tenido continuidad |
intervenciones
autorizadas, como las que realizaron el cardenal-arzobispo de Tole- |
do y el obispo de Cuenca,
monseñor Guerra Campos». |
Las restantes opiniones
son las siguientes, que responden a una misma pre- |
gunta: «¿Qué juicio le
merece la presencia actual de lo religioso |
en la programación de
Radio Televisión Española? » |
Juan CANTAVELLA, |
director del diario |
"Menorca" |
«Por lo general, nefasta.
Televisión Española, fiel a lo |
que siempre ha sido como
órgano de unos Gobiernos |
que practican un acendrado
nacional-catolicismo, man- |
tiene unos programas y
unos hombres nada representa- |
tivos de la Iglesia
española actual y de las corrientes |
más dinámicas que se
manifiestan en su seno. Las ex- |
cepciones, ahora y en los
últimos tiempos, sólo confir- |
marían la regla». |
5 (105) |
Carmen ALVEAR, |
redactora de |
"La Gaceta
Ilustrada" |
«Un juicio pobre y
alienante, porque no refleja la reali- |
dad de la Iglesia española
ni del pueblo de Dios hoy, |
sino de una parte muy
pequeña. El tono es generalmen- |
te triunfalista, el
lenguaje desconectado del que está en |
uso, los planteamientos
ingenuos. Todo sale siempre |
demasiado redondo para ser
real. Por otra parte, no |
veo por qué para hablar de
lo religioso tenga que haber |
siempre un sacerdote;
sería interesante que participaran |
también seglares». |
Andrés BARRIALES, |
de
"Iglesia-Noticia" |
en Radio Popular y |
redactor de Ecclesia" |
«No basta la presencia de
personas religiosas en un |
medio para pensar que en
ese mismo medio está pre- |
sente lo religioso. Lo
religioso puede y debe estar pre- |
sente en la radio y en la
televisión, usando el lenguaje |
específico de esos medios,
sin convertirlos en púlpitos |
o cátedras
exclusivamente». |
Salvador PETIT, |
director de la |
Oficina Diocesana |
de Inf. de Sevilla |
«Creo que la presencia de
lo religioso en RTVE necesita |
un replanteamiento en
función de la prioridad que debe |
darse a la tarea
evangelizadora de la Iglesia. También |
la información sobre la
vida eclesial es, en líneas ge- |
nerales, incompleta y
parcial. Falta, singularmente, la |
presencia de los mejores
teólogos españoles, con tal |
que éstos no quisieran
hacer de este medio una tri- |
buna de discusión
académica ni sometan al pueblo al |
zarandeo y desconcierto de
los tanteos y búsquedas no |
logrados». |
Aurelio ALZOLA, |
director del |
Secr. Diocesano |
de MCS de Bilbao |
«Si por
"religioso" se quiere expresar algo "piadoso", |
al margen de la vida, hay
que decir, con dolor, que casi |
todo es
"estupendo". Pero, si por religioso se entiende |
"cristiano", o
sea, una reflexión y un compromiso desde |
la fe, con "los
gozos, las esperanzas, las tristezas y las |
angustias de los hombres
de nuestro tiempo..." no hay |
más remedio que decir, con
gran dolor, que no sólo no |
aporta casi nada positivo,
sino que es una presencia que |
deja en ridículo a la
Iglesia como institución, indiferen- |
tes a muchos, indignados a
bastantes, escandalizados a |
muchos hombres de buena
voluntad». |
6 (106) |
Antonio PELAYO, |
redactor de "YA" |
«Con contadísimas
excepciones, la programación reli- |
giosa de RTVE me parece
detestable. De hecho, en |
primer lugar, va por
libre, sin conexión alguna con la |
línea y preocupaciones
pastorales de la Iglesia española. |
En segundo lugar, es
monocorde, unilateral, cuando no |
abiertamente tendenciosa
en aspectos dejados por el |
magisterio al libre
pluralismo entre los cristianos. En |
tercer lugar,
informativamente merece un cero sin pa- |
liativos: ¿Qué visión de
la Iglesia española tendría un |
español del año 2000 si se
le proyectaran lo que son los |
actuales espacios
"informativos" de RTVE sobre tema |
religioso? En cuarto
lugar, y en el terreno de lo profe- |
sional carecen de lenguaje
apropiado para llegar al gran |
público al que están
destinados esos programas y es |
una constante negación del
medio del que se sirve. En |
resumen, creo que esos
programas religiosos de RTVE |
hacen más mal que bien en
su actual estructura, y, por |
supuesto, están
dilapidando unos espacios de tiempo, |
unos caudales de dinero y
unas posibilidades de expre- |
sión que son valiosísimas.
Algún día se nos pedirá cuenta |
de ese derroche». |
Pilar URBANO, |
redactora de
"ABC" |
«O "lo
religioso" tiene una presencia en el fundamento |
mismo de la ordenación y
programación de RTVE, o no |
tiene sentido otro tipo de
presencia. Por razones varias |
(improvisación,
colonización de programas Made in |
USA; búsqueda del éxito
fácil sirviendo a los instintos |
animales del hombre; miedo
a las etiquetas", etc.), la |
programación de RTVE
vulnera, una y otra vez, la fe y |
la moral católica (que
sigue siendo la fe de la mayoría |
de los receptores
españoles). |
Que exista algún espacio
específicamente religioso no |
quiere decir que exista
una presencia real de "lo reli- |
gioso" en RTVE. |
Sobre los llamados
"espacios religiosos" desearía apor- |
tar sugerencias. Me parece
fundamental que estos pro- |
gramas se ciñan a los
temas que le son propios, que |
hablen sólo de Dios y
dejen las otras cuestiones (cultu- |
rales, sociológicas,
folklóricas, políticas, etc.) a los espe- |
cialistas. De este modo se
garantiza un serio tratamiento |
profesional, de estos
problemas, y se respeta ese ele- |
mental derecho a la
libertad de los telespectadores y |
oyentes, a quienes no se
puede imponer, como deberes |
religiosos, cuestiones
sobre las que pueden opinar li- |
bremente». |
7 (107) |
Manuel JIMÉNEZ QUÍLEZ, |
ex director general |
de prensa |
Mis noticias son que se
estudia el problema por quien |
compete. La presencia
actual de lo religioso en Tele- |
visión Española resulta
deshilachada y sospecho que |
ineficaz. |
Rafael de ANDRÉS, |
director del Secr. |
Nacional de MCS |
Pienso que el problema
fundamental de la presencia |
religiosa en RTVE radica
en que no se planteó desde |
un principio un diálogo de
la Administración con la |
jerarquía para acordar las
personas y los programas |
religiosos en las emisoras
nacionales, siendo siempre |
tales espacios y sus
programadores de exclusiva compe- |
tencia de los responsables
de RTVE. Y, en este decenio |
posconciliar, hubiera sino
conveniente, por no decir |
necesario, que la
presencia cristiana en las ondas y en |
la pantalla fuera
orientada por la jerarquía española, a |
fin de ayudar al Pueblo de
Dios a encajar la crisis de |
transición del Vaticano
II. |
Conclusión: falta en RTVE
un doble tipo de divulgación religiosa que conten- |
ga una información
adecuada sobre lo que hace la Iglesia en la actualidad, y |
una exposición sistemática
que presente el verdadero rostro del Cristianismo ac- |
tual en todas sus facetas:
personal, familiar y social. |
LAUS |
no se publica durante los
meses |
de JULIO, AGOSTO Y
SEPTIEMBRE. |
Reaparecerá el mes de
OCTUBRE. |
En los casos de cambio de
domicilio, y para |
evitar molestias a los
carteros y retrasos en |
la recepción, manden el
nuevo domicilio a: |
Apartado 182 |
ALBACETE |
8 (108) |
El hombre moderno
prefiere: |
• el conocimiento de lo
inmediato al de la |
substancia de las cosas; |
• la apariencia al ser; |
• lo visible a lo
invisible; |
• la materia al espíritu; |
• las causas próximas a
las últimas y supe- |
riores; • los propios
intereses a los del prójimo; |
• el presente al pasado y
al futuro; |
• la tierra al Cielo; |
• lo útil a lo honesto; |
• el placer al deber; |
• el mundo al paraíso; |
• el hombre a Dios. |
Nuestra sociedad está
faltada de seres ricos |
en interioridad, de grupos
y comunidades en |
las que prevalezca lo
espiritual y elevado, de |
corazones que acompañen y
sepan dirigir el |
camino de la humanidad
hacia su destino su- |
premo. |
PABLO VI |
9 (109) |
«No te pido que los saques |
del mundo» |
«Para que ellos tengan mi
alegría cumplida: les he dado tu Palabra, y el mundo les ha des- |
preciado porque no son del
mundo. Conságralos en la Verdad: tu Palabra es la Verdad». |
EN COPENHAGUE existe un
ba- |
rrio que el municipio ha
con- |
cedido a un grupo de
jóvenes |
disconformes con los
módulos de con- |
vivencia y las estructuras
impuestas |
en el resto de la
población. Detalles |
aparte, es una experiencia
que se ha- |
brá de tener en cuenta,
tanto si confirma |
la validez del proyecto
surgido de la |
contestación de esa
juventud, como |
si, al fin, fracasa
diluida, condiciona- |
da, asfixiada o recuperada
por el con- |
junto ciudadano del que
voluntaria- |
mente se ha segregado.
¿Será un |
experimento anti-burgués?
¿O será |
"otra"
burguesía? ¿O volverá, pasado |
el hervor de los
comienzos, al abur- |
guesamiento que maldijo? |
Huir del mundo que no nos
gusta, |
y hacer otro mejor,
posiblemente le- |
jos, independientes. No
discutir más |
nada, pero huir y salvar
la libertad |
para el experimento
óptimo. Esta es |
la reacción a veces
apuntada ante la |
disconformidad del mundo
que no |
nos entiende, o no nos
quiere enten- |
der, o que no entendemos o
no sabe- |
mos entender. |
El Cristianismo también
tiene que |
ver con el mundo. El
cristiano está |
en el mundo, pero su
dimensión no |
cabe, ni acaba en este
mundo. Las |
contradicciones de tal
planteamiento |
son evidentes cuando el
Evangelio es |
asumido de manera radical,
cuando la |
Verdad que se profesa no
puede ser |
archivada, sino proclamada
y tradu- |
cida en exigencia de vida. |
¡Habría sido todo tan
fácil si el an- |
tagonismo con el espíritu
del mundo |
se hubiese resuelto, desde
un princi- |
pio, para el cristiano,
con la huida! |
Pero el cristiano no puede
huir, y ni |
siquiera encerrarse. |
"Padre, no te pido
que los saques del |
mundo, sino que los
preserves del |
mal". ¡Ese es el
problema! |
10 (110) |
No es posible ni siquiera
construir |
un mundo paralelo, de modo
que sean |
evitadas las
intersecciones conflictivas |
con la verdadera historia
de los hom- |
bres. La Iglesia está
atada al tiempo, |
está de pies en el mundo.
No tendría |
misión alguna fuera de
este mundo. |
No ha recibido el encargo
de abrirse |
un paréntesis en la
historia para cons- |
truir, entre los siglos,
un refugio de |
afortunados; ni para hacer
la selección |
de los justos; ella no
puede discrimi- |
nar ni repartir
predilecciones. Ni ri- |
val de nadie, ni
monopolista de nada, |
tiene sólo el deber
esencial de repetir |
y repartir a todos la
Palabra de la |
Verdad recibida de Cristo. |
Si huyera lejos del mundo,
no al- |
canzaría al mundo, no
sería "salvado |
el mundo". |
El drama de este conflicto
inevita- |
ble, pero al fin glorioso,
fue la expe- |
riencia profunda de
Cristo, transmiti- |
da, como algo inacabado,
como lega- |
do misterioso, a la
Iglesia. |
Por eso la Iglesia, como
Cristo las |
tuvo, tendrá dificultades
cuando diga |
entera la Verdad, en el
momento |
oportuno (no más tarde,
como poste- |
rior justificación), en el
lugar que se |
encuentre (no más lejos,
inhibición |
disfrazada), y sin
ambigüedades apo- |
yadas en el pretexto de
salvar el me- |
dio (pero sacrificando el
fin). Si cedie- |
ra a los silencios y a las
estrategias |
de diplomacia y
autoprotección hu- |
mana, cuando callarían los
cristianos, |
"hablarían las
piedras", si falta hiciera. |
A veces "han hablado
las piedras" |
...Piedras vivas. |
Ha sido cuando las
estadísticas de |
los bautizados no
corresponden a la |
tensión de santidad que,
por princi- |
pio, debiera darse en su
ámbito. O |
cuando, rezagados en la
historia |
11 (111) |
―¿"confiados"
en la eternidad?― |
ha faltado,
momentáneamente o en |
algún lugar, a sus hijos,
la simple |
capacidad de visión del
parámetro |
de la fe en la parábola de
la vida, |
en un mundo cambiante y
que exi- |
ge igualmente al
cristianismo una |
fe inquebrantable y la
inteligencia |
lúcida y despierta para
intuir y re- |
coger a tiempo los valores
nuevos |
que había que redimir.
Porque el |
Cristianismo no es vivir
de una |
"renta" de fe,
sino vivir —morir y |
vivir, convertirse— en un
proceso |
de liberación, de
redención: hasta |
que la Verdad colme el
corazón, |
hasta que el gozo sea
pleno, y la Ver- |
dad libere todas las
inteligencias, |
comprendiendo todas las
cosas, en |
Dios: «todo es vuestro,
vosotros |
sois de Cristo, y Cristo
es de Dios». |
Pero, si la Iglesia ha de
estar en |
el mundo, si no puede
huir, podría |
seguir en él evitando lo
más difícil. |
El mundo le consentirá
todo, la |
asociará a sí mismo,
dejándole y |
sugiriéndole todas las
apariencias |
de santidad y de
honorabilidad que |
reclame, con tal de que
guarde si- |
lencio. Si, poco experta
en vanida- |
des, necesita pompas, el
mundo le |
prestará las suyas y, para
cuando |
éstas no sean suficientes,
le hará |
reverencias o mitificará a
sus mi- |
nistros transfiriendo a
ellos el sím- |
bolo de supuesta santidad,
y los |
domesticará para honrarse
a sí mis- |
mo, sin la molestia de
tenerse que |
convertir: que recen ellos
por todos. |
La Iglesia tendrá paz con
el mun- |
do si se limita a montar
diversio- |
nes inocentes; si se
preocupa para |
entretener a todos los
ociosos plan- |
tados mirando al cielo; si
reparte |
promesas eternas sin
exigir, a los |
más responsables, deberes
terrenos; |
si organiza la caridad,
pero no re- |
cuerda la justicia; si da
consejos |
morales, pero no denuncia
atrope- |
llos... El mundo no le
consentirá |
que repita, adecuada, una
sola pala- |
bra de Cristo: cada vez
que se atre- |
va a ello habrá una
réplica, y hasta |
una amonestación: los más
materia- |
listas le recordarán que
su misión |
es espiritual"; los
violentos le di- |
rán que hable sólo del
amor; los |
tiranos, que no se salga
del Evan- |
gelio; los que le pidan el
Evangelio, |
se referirán a los datos
arqueológi- |
cos de hace veinte siglos,
o a los |
aspectos poéticos que
enajenan. Pe- |
ro de "anuncio
nuevo", nada de |
absoluto. Para el mundo,
lo "nuevo" |
nunca es la verdad: es el
placer |
"nuevo" (más
placer), es el ascenso |
alcanzado (más poder), es
el dinero |
más fácil (orgullo y
poder). Eso es |
el mundo, su espíritu. |
Por esto el Señor pedía al
Padre |
que guardase a la Iglesia
de este |
espíritu malo, del mal del
mundo. |
No pedía que la sacase del
mundo, |
porque tenía una misión en
él, no |
terminada todavía: decir
al mundo |
una Verdad de parte de
Dios. Una |
Verdad que lo puede hacer
libre y |
feliz: que Dios es Padre
de todos y |
que todos son ―¡han
de llegar a ser!... ― |
hermanos. Decirlo, y
decirlo para |
concretarlo en este mundo:
esa es |
la misión hermosa y
difícil de la |
Iglesia. |
Por hacer, por acabar de
hacer, |
todavía. |
12 (112) |
Examen |
de conciencia |
para políticos católicos |
en el poder |
I |
¿Está convencido de que
cada español, por ser humano, es amado perso- |
nalmente por Dios y, por
ello, y por lo que es, merece respeto a sus ideas, |
opiniones y derechos? En
consecuencia (si contesta afirmativamente como todo |
católico) ¿evita votar y
hacer cumplir leyes o decretos o reglamentos que im- |
pidan pensar, hablar,
expresarse, reunirse, asociarse que son derechos inalie- |
nables de la persona según
la doctrina de la Santa Madre Iglesia cuyos princi- |
pios se ha obligado usted
a acatar al jurar su cargo oficial? Y en este orden de |
cosas ¿tolera, disimula o
trata de evadir su parte de responsabilidad en activi- |
dades coactivas de tales
derechos ejercitadas desde el poder? |
II |
¿Cómo anda de dinero?
¿Tiene el mismo que al empezar a ejercer su |
cargo? ¿Acepta sobres,
recompensas, regalos, cuentas abiertas a su nombre |
para fomentar ciertos
permisos o establecer ciertas concesiones? ¿Tiene dinero |
en bancos o empresas en el
extranjero o tolera que otros lo tengan en lo que |
dependa de usted? ¿En el
empleo de fondos públicos ―que son de todos― ex- |
trema la delicadeza, la
vigilancia, la exquisitez en su uso? |
III |
¿Se preocupa de leer y
meditar las actuales orientaciones de la Iglesia |
docente? ¿Busca usted a
los eclesiásticos complacientes con el dinero o el po- |
13 (113) |
der que están en contra o
al margen de la doctrina de la Iglesia tal como la |
expresa el Santo Padre y
los obispos cuando tienen propósito de enseñar la |
doctrina moral o de
costumbres? ¿Desprecia al Papa y a log obispos cuando no |
dicen lo que a usted le
gustaría que dijeran? ¿Coarta la libertad de la Iglesia |
para reunirse, hablar,
predicar todo el Evangelio? ¿Tolera que los que depen- |
den de usted lo hagan, da
órdenes en este sentido o consiente sin hacer saber |
su opinión que tales cosas
pudieran hacerse en el país? |
IV |
¿Ora usted? ¿Se relaciona
en la intimidad de su cuarto cerrado con el Pa- |
dre celestial que todo lo
ve y sabe lo que hace falta antes que se lo pidamos? |
¿Frecuenta como un fiel
más la eucaristía y los sacramentos de la Iglesia? |
¿Extrema la educación de
su vida práctica familiar, social y política a la profe- |
sión de cristiano que hizo
al jurar los Principios Fundamentales y que avala |
con su asistencia a actos
de culto a lo largo de su vida pública? ¿Le preocupa |
el escándalo que una
posible no adecuación pueda causar en los no creyentes? |
¿Utiliza como arma de
propaganda su fe, su calidad de católico, su posible per- |
tenencia a organizaciones
religiosas? |
V |
¿Abusa de su autoridad
para imponer sus ideas o su provecho personal? |
¿Le preocupa el trato que
pueda darse a los que no piensen de acuerdo con lo |
oficial actual? ¿Hace
cumplir a sus subordinados estrictamente la ley para la |
protección de los derechos
de terceras personas? ¿Odia de corazón la violencia |
y, en consecuencia, actúa
con energía frente a los que la emplean aunque de- |
pendan de usted y
pertenezcan a la Administración? ¿Extrema la delicadeza |
al remitir a la justicia
oficial de los Tribunales lo que sólo a ellos corresponde |
evitando dar la impresión
de utilizar vías administrativas para conculcar leyes |
de rango superior, incluso
constitucional? |
VI |
¿Es fiel a su esposa, caso
de que la tenga? ¿Participa en fiestas, reuniones |
o actos sociales en los
que se compromete gravemente la moral de la Iglesia en |
materia de castidad? ¿Se
preocupa desde su puesto de la salud moral del país |
impidiendo que se ofrezca
el sexo como medio barato de desviar la atención |
del pueblo de otros temas
importantes, aprovechando de la tendencia a satisfa- |
cer pasiones primarias que
todos tenemos? ¿Tiene querida o flirtea poniendo |
14 (114) |
en peligro la institución
matrimonial o dando la impresión de que no da valor |
a la castidad que el
católico tiene como consigna y señal de respeto exquisito |
a la mujer? |
VII |
¿Emplea adecuadamente su
tiempo, energías y conocimientos en bien de |
la nación? ¿Se mantiene
informado, en contacto con la vida real, con lo que |
desean hoy los ciudadanos?
¿Estudia a fondo los asuntos, se informa con espe- |
cialistas, consulta en el
silencio de su conciencia con su fe y su actitud moral |
antes de tomar decisiones
que puedan afectar a otros? ¿Acepta que se le corrija |
y que se equivoca? ¿Se
ensoberbece por lo que es o ha llegado a ser? ¿Deja |
que lo adulen o fomenta
usted la propaganda falsa de su persona o de sus actos? |
VIII |
¿Miente usted en público o
en privado, deformando la verdad o consin- |
tiendo que sus
subordinados o representantes de la autoridad de que partici- |
pa la deformen en
beneficio propio, del Estado o de las ideologías dominantes? |
¿Considera que diciendo la
verdad no se hace política? ¿Tolera usted las men- |
tiras o tergiversaciones
de la verdad que afectan a personas o acontecimientos |
colectivos realizados por
los medios de comunicación que, tal vez, directa o |
indirectamente dependen
del Gobierno del país? ¿Lucha usted en la medida de |
sus fuerzas para que se
erradique la mentira de esos lugares en el supuesto de |
que se produjera? ¿Se
niega a asumir responsabilidades en esas materias soli- |
darizándose con toda
apariencia de conculcar la verdad? ¿Estaría dispuesto a |
dejar su puesto, sea alto
o bajo, tan pronto comprobara que es difícil, o resul- |
taría imposible, desterrar
semejantes prácticas no conformes con el estilo de |
Jesús de Nazaret? |
IX |
¿Ama usted apasionadamente
a los pobres en quienes Dios se manifiesta |
de modo especial según las
bienaventuranzas de san Lucas? ¿Está obsesionado |
por lograr justicia
distributiva en el país, uso equitativo de los bienes del mismo |
en función de los más
necesitados? ¿Evita usted hasta la misma apariencia de |
desprecio a los pobres
llevando una actuación austera en su vida pública y pri- |
vada, combatiendo
denodadamente para que los ancianos, los enfermos, los |
presos, los débiles sean
tratados como los privilegiados de la sociedad porque |
usted conoce y practica el
Evangelio? |
15 (115) |
X |
¿Dios es para usted
alguien familiar que se pasea por la vida social y tiene |
sus delicias en los hijos
de los hombres? ¿Le ama usted con todo su corazón, |
con todas sus fuerzas, con
toda su inteligencia y, por tanto, actúa conforme a |
ese amor en todas las
manifestaciones de su vida? |
Se trata sólo de unas
sugerencias para la reflexión de los políticos católicos |
o de los católicos que
pretendan dedicarse a la política. Sólo para ellos. Los que |
no tengan la moral
católica deberán decidir cuál eligen, pero los que se procla- |
man católicos, y lo sean,
deben plantearse con absoluta seriedad sus responsa- |
bilidades. Está en juego
su felicidad temporal y eterna. La salvación de sus |
almas depende de sus
actitudes y comportamientos desde el punto en que se |
han colocado por libre
decisión. En cualquier caso conviene recordar algo que |
para la Biblia, la
Escritura Santa, es evidente: De Dios nadie se burla; nadie se |
ríe impunemente. |
A-J. Revuelta Lucerga, |
V. N. nº 1014. |
Los sacerdotes pueden, |
incluso deben, en
determinadas circunstancias, |
expresarse políticamente. |
Los sacerdotes pueden
pertenecer a un partido po- |
lítico. Pero no les está
permitido, dentro del partido, |
ocupar cargos y participar
activa y públicamente en |
favor de un partido; por
ejemplo participar como |
orador en los mítines,
hacer propaganda electoral, |
actuar en los medios de
comunicación activamente |
a favor de un partido. |
Pero siempre que se trate
de los valores fundamen- |
tales de nuestra
convivencia, la vida, la dignidad hu- |
mana, la libertad y la
justicia, los sacerdotes están |
obligados a intervenir.
Esta intervención no les ca- |
lifica como miembros que
actúan como delegados |
de un determinado partido,
sino que predican el |
Evangelio. |
Card. Julius Doepfner, |
Presidente de la Conf.
Episc. Alemana |
16 (116) |
De la crueldad, |
del pecado |
y de la inutilidad |
de la tortura |
«Hay personas que, como
los tigres, lamen asiduamente la |
sangre que han derramado.
Aquél que, aunque sea una sola |
vez, ha ejercido un poder
ilimitado sobre el cuerpo, la sangre, el |
alma de su semejante —su
hermano según la ley de Cristo, |
el que ha gozado de la
facultad de envilecer en grado máximo |
a otro ser hecho a imagen
de Dios, ese tal llega a ser incapaz |
de dominar sus
sensaciones... La sangre y el poder embriagan, |
engendran la brutalidad y
la perversión, de manera que el |
alma y el espíritu se
hacen accesibles a los goces más anorma- |
les. El hombre y el
ciudadano se eclipsan para siempre en el |
tirano... La sociedad que
contempla con indiferencia ese espec- |
táculo está ya minada en
sus cimientos. En una palabra, el |
derecho a imponer castigos
corporales sobre otros hombres es |
una de las plagas de la
sociedad; es un medio seguro de ahogar |
en ella todo germen de
civismo, un medio de provocar su des- |
composición». |
F. DOSTOIEWSKY, |
en "MEMORIAS DE LA
CASA |
DE LOS MUERTOS". |
«Es una crueldad
sancionada por la costumbre de la mayor |
parte de las naciones
someter al acusado a tortura para obli- |
garle a confesar un
delito, para descubrir a sus cómplices o |
para descubrir otros
delitos... » |
17 (117) |
«Es contrario a toda
lógica el pedir a un hombre que sea |
al mismo tiempo acusador y
acusado, y hacer que el dolor |
sea el crisol en que se
pruebe la verdad como si el criterio |
de la verdad estuviera en
los músculos y las fibras de la infor- |
tunada víctima. La tortura
es la forma más segura de absolver |
al bribón robusto y de
hacer confesarse culpable al inocente |
débil». |
CESARE BECCARIA, |
en "DEI DELITTI E
DELLE PENE". |
«Peligrosa invención son
las torturas, y parece que sean |
más bien pruebas de
paciencia que de verdad. Oculta la verdad |
el que las puede sufrir y
el que no las puede sufrir». |
MICHEL DE MONTAINE, |
en "ESSAIS". |
«Entonces se pusieron a
escupirle en la cara y abofetearle; |
y otros a golpearle,
mientras le decían: "Adivínanos, Cristo. |
¿Quién es el que te ha
pegado?"... Y los soldados del goberna- |
dor llevaron consigo a
Jesús dentro del pretorio y reunieron |
alrededor de él toda la
cohorte. Le desnudaron y le echaron |
encima un manto de
púrpura; y le trenzaron una corona de |
espinas, se la pusieron
sobre la cabeza, y en su mano derecha |
una caña... y le escupían
y le quitaban la caña para golpearle |
en la cabeza. Y después de
haberse burlado de él, le quitaron |
el manto, le pusieron sus
ropas y le llevaron a crucificarle». |
SAN MATEO, |
cap. 26. vv. 67-68 |
y cap. 27, vv. 27-31. |
18 (118) |
«No pudiendo subsistir en
vigor en el Código criminal de |
España ninguna ley que
repugne a los sentimientos de huma- |
nidad y dulzura que son
tan propios de una nación grande y |
generosa, sin ofender la
liberalidad y religiosidad de los prin- |
cipios que ha proclamado
desde su feliz instalación el Congreso |
Nacional, pido que
declaren las Cortes abolida la tortura... » |
AGUSTÍN ARGÜELLES, |
en las CORTES DE CÁDIZ,
sesión 2.4.1811. |
«Si un ladrón o un
salteador es capturado y niega aquello |
de que se le acusa, decís
vosotros que el juez debe hacer llo- |
ver palos sobre su cabeza
y atravesar sus costados con puntas |
de hierro hasta que diga
la verdad. |
Pero ni la ley divina ni
la ley humana consienten esto: las |
confesiones no deben ser
forzadas, sino espontáneas; no deben |
ser arrancadas a la
fuerza, sino obtenidas voluntariamente. Si |
sucede que después de
haber infligido estos castigos no descu- |
brís absolutamente ninguno
de los delitos de que se acusaba |
al prisionero, ¿no os
sonrojáis, al menos entonces, y no reco- |
nocéis cuán impío era
vuestro juicio? Del mismo modo, si el |
prisionero, incapaz de
resistir tales torturas, confiesa delitos |
que no ha cometido,
¿quién, pregunto, carga con la responsabi- |
lidad de tal impiedad si
no es el hombre que le obligó a hacer |
esas confesiones falsas? |
Es más, si alguien
pronuncia palabras que no proceden de |
su corazón, habla pero no
confiesa. Abandonad, pues, esas |
execrables prácticas y
renunciad, desde el fondo de vuestro |
corazón, a lo que tan
locamente habéis hecho en el pasado. |
¿Qué beneficios habéis
obtenido de aquello que ahora os aver- |
güenza?» |
NICOLÁS I, Papa, |
a los húngaros, en 866 |
19 (119) |
HORARIO DE MISAS |
JULIO - AGOSTO -
SEPTIEMBRE |
DOMINGOS Y DÍAS FESTIVOS: |
10, 11 Y 12 DE LA MANANA |
SÁBADOS Y VÍSPERAS DE
FIESTA: |
8 DE LA TARDE |
DÍAS LABORABLES: |
7,45 DE LA MANANA Y 8 DE
LA TARDE |
LAUS |
Director Ramón Mu
Casanelles - Edita e imprime Congregación del Oratorio |
Placeta de S. Felipe Neri,
1 - Apartado 162 - Albacete - D.L. AB 100/62 - 19. 6. 76 |
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