BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 40. FEBRERO. 1964.
1. VOLVER SIEMPRE AL EVANGELIO
Esta audiencia tiene lugar después de nuestra peregrinación a Tierra Santa, y es la primera después de nuestro regreso (...).
Os diremos, con toda sencillez, cuán conveniente y beneficioso es, para todo el que quiera ser verdaderamente cristiano, ir hasta las fuentes de la propia fe, de la propia religión; volver al Evangelio debe ser lo que ocupe incesantemente la actividad del pensamiento, lo que mantenga vivo nuestro fervor del alma, lo que nos renueve moralmente, lo que ocupe nuestra sensibilidad religiosa y humana.
Esta vuelta continua al Evangelio, sin embargo, no exige necesariamente un viaje, en sentido propio y verdadero, a los lugares santificados por la vida del Señor; pero sí que exige un atento y afectuoso conocimiento de su manifestación en el mundo; exige que nos hagamos, cada vez más de verdad, discípulos fieles, atentos y siempre dispuestos a seguir las enseñanzas vitales que el Maestro nos ha dado (...). Dios, haciéndose hombre, nos permite que transformemos en cristianas las más diversas manifestaciones de la vida humana, mientras sean buenas; o sea, mientras sean verdaderamente humanas.
PAULO VI.
{1 (9)}
2. EL ESPÍRITU DE LA PEREGRINACIÓN PAPAL A TIERRA SANTA
El P. Giulio Bevilacqua, amigo y padre espiritual del Papa, por voluntad de éste, ha sido también el director espiritual del pequeño séquito que le acompañó a Tierra Santa. A tal efecto, en la víspera de emprender la peregrinación, tuvo lugar, en el Vaticano, un retiro espiritual, en el que el Sumo Pontífice y las personas con quienes iba a partir, disponían sus almas para corresponder sobrenaturalmente a tan providencial empresa Resumimos, a continuación, las ideas maestras desarrolladas por el P. Bevilacqua, a través de las meditaciones que dirigió.
Tomaba pie, el ilustre oratoriano, de algunos pensamientos de S. Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses, cuando les escribía (cap.
II) conjurándoles para que caminaran dignamente ante el Señor.
Peregrinar significa emprender un viaje a la luz del Señor; desasirse, por lo tanto, de lo que nos rodea, y poner los ojos en un fin querido por Dios, buscarlo con ahínco, ir a él de una manera concreta, evitando el vagabundeo y la dispersión de energías propios del espíritu del mundo.
La Iglesia siempre ha caminado hacia adelante y hacia arriba.
Esta peregrinación, como ha querido el Papa, ha de ser humilde y rápida. La rapidez es una característica de nuestra época y un modo de agradecer el tiempo que Dios nos da, aprovechándolo mejor; la humildad es la característica {2 (10)} necesaria, indispensable de todo lo que quiera ser cristiano, porque sólo la humildad es garantía de la verdad, de la autenticidad, y nos libra de todo lo que es artificio o ilusión.
El Cristianismo es verdad.
Vamos al encuentro del Señor. Nos repetirá, sin duda, lo que dijo a Nicodemo: que es preciso nacer de nuevo, reformarse, y que este nacer de nuevo es obra del espíritu.
Vamos a por cosas difíciles, pero sabemos que lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios (Lucas, 18, 27). Creer y servir, ver incluso el mal, pero sin ceder al desaliento ni perder la serenidad y la clara visión de la realidad. Por encima de todo está la verdad que se mantiene y defiende por sí misma, sin que nada ni nadie pueda, ni podamos hacer en contra de ella. Descansar en esta convicción.
La Iglesia es columna y fundamento de la verdad.
Unir los espíritus al del que nos es Cabeza visible en la Iglesia, para pedir a Cristo, fundador de la misma, la paz y el bien del mundo.
ORACION MORTIFICACION LIMOSNA Es el plan cuaresmal que propone la Iglesia, para expiar los pecados y para renovar espiritualmente el alma.
{3 (11)}
3. LA PALABRA DE DIOS
Como primer paso en la aplicación de la reforma litúrgica acordado en el Concilio Vaticano II, desde principio de esta misma Cuaresma, tendremos, en todas las misas dominicales y festivas, la homilía, de manera preceptiva.
Es una revalorización de la palabra de Dios que, por medio del ministro de la Iglesia, se acomoda al momento, al lugar y a la condición de cuantos asisten al divino sacrificio. Epístola, Evangelio y Homilía, son, en conjunto, la instrucción oficial que nos da la Iglesia, maternalmente, para guiarnos en los caminos del espíritu y en el progreso del conocimiento de Dios y de Jesucristo, presente y activo en los sacramentos, especialmente en la celebración eucarística.
Asistamos a misa, si cabe, más atentos que hasta ahora. Evitemos en nosotros y en cuantos dependen de nosotros, la descortesía y la irreverencia de llegar tarde, siempre digna de censura, y más cuando vamos a comparecer ante el Señor, Evitemos la disposición mezquina, a la que basta «cumplir» con el precepto de oír misa, y vayamos a ella, como hijos a la audiencia del Padre de todos. Y oigamos con atención la palabra de Dios, tal como está en el misal en las lecturas que nos ofrece, y tal como la Iglesia nos la sirve, para alimento de nuestra fe.
{4 (12)} BIENAVENTURADOS seremos nosotros si, con pobreza de espíritu, sabemos librarnos de la engañosa confianza en los bienes económicos y poner nuestros deseos, ante todo, en los bienes espirituales y religiosos, y si respetamos y amamos a los pobres como a hermanos nuestros y como a imágenes vivientes de Cristo.
BIENAVENTURADOS nosotros, si formados en la dulzura de los fuertes, sabemos renunciar al funesto poder del odio y de la venganza, y alcanzamos la sabiduría de preferir al miedo que inspiran las armas, la generosidad del perdón, la alianza de la libertad y del trabajo, la conquista de la bondad y de la paz.
BIENAVENTURADOS nosotros, si no hacemos del egoísmo el principio director de nuestra vida, y del placer su fin, sino que sabemos descubrir en la sobriedad una fuente de energía, en el dolor un medio de redención, y en el sacrificio la cima de la grandeza.
BIENAVENTURADOS nosotros, si más bien preferimos ser oprimidos que opresores, y si mantenemos siempre viva el hambre de justicia y de progreso.
BIENAVENTURADOS nosotros, si por el reino de Dios, en el tiempo y más allá del tiempo, sabemos perdonar y luchar, obrar y servir, sufrir y amar.
No seremos confundidos eternamente.
PAULO VI.
Sermón de Nazaret, 5 de enero de 1964.
{5 (13)}
4. LA IGLESIA DE LOS POBRES
El diario L'OSSERVATORE ROMANO refiere, en uno de sus últimos números, que la comunidad protestante de Taizé, en Francia, en un gesto de solidaridad con los obispos católicos de la América latina, han iniciado lo que ellos llaman «Operación esperanza», para recabar medios a fin de secundar la campaña de reparto de las propiedades eclesiásticas que, desde hace un tiempo, vienen llevando a cabo varios obispos de aquellas latitudes, con el propósito de remediar, en lo que ellos son capaces, la pobreza que aflige a la mayor parte de los medios rurales hispanoamericanos.
La iniciativa de los monjes de Taizé se ha hecho pública en estas últimas semanas, por medio de una proclama repartida por todo el mundo, y firmada por el Prior de estos protestantes, Roger Schuts, y por el conocido escritor católico François Mauriac. Entre otras cosas, en dicho documento, se pone de manifiesto, que, el mundo actual, tiene más necesidad de obras que de palabras, y que ante el peligro de la disgregación que lo amenaza, siente la urgencia de la unidad y de señales de esperanza.
«La operación esperanza, termina diciendo, quiere ser uno de estos gestos: quiere ser un auxilio en favor de los hijos del continente latino-americano, empleados actualmente en la {6 (14)} creación de cooperativas agrícolas emplazadas en los terrenos de la Iglesia. Al dar sus tierras a los más pobres, los obispos quieren despertar la esperanza en aquellos que están al borde de perderla, y quieren demostrar que la Iglesia es pobre y que está al servicio de los pobres».
5. OBISPO FILIPENSE
El Santo Padre acaba de designar para la sede episcopal de Cremona, en Italia, al reverendísimo P. Carlo Manziana, del Oratorio de Brescia. Al tiempo que comunicamos a los amigos del Oratorio, con la natural alegría, dicho nombramiento, les pedimos un recuerdo en sus oraciones, para un santo y fecundo pontificado en servicio de la Iglesia. Es un hombre culto, prudente, profundamente apostólico, de espíritu joven y abierto, que ha prestado ya relevantes servicios al Oratorio, del que ha sido también Prepósito. Nuestro gozo se une al de toda la ciudad de Brescia y de otras partes de Italia, donde es conocido y amado por el mucho bien que ha hecho, en la dirección espiritual y en la formación cristiana de las almas, especialmente de hombres y de jóvenes.
La designación del P. Manziana para el episcopado, lo mismo que otros nombramientos recientes, forma parte, sin duda, del vasto plan renovador que se propone llevar a cabo Paulo VI en la Iglesia.
Su consagración episcopal tendrá lugar el día 2 de Febrero.