BOLETIN
DEL ORATORIO DE ALBACETE. |
N.º
65. DICIEMBRE. 1967. |
1.
ESPERANZA DEL MUNDO |
Ya
no basta recordar que Cristo fue esperado por los Patriarcas, vaticinado por
los Profetas, concebido por la Virgen, enunciado por el Ángel, descubierto
por los pastores y adorado por los Magos... |
Desaparecida
su presencia histórica, temporal, el discípulo que más le amaba —que más le
conocía— cierra la revelación del Nuevo Testamento con estas palabras:
"¡Ven, Señor Jesús!" (Apoc. 22, 20). |
Cristo
aún es esperado. Más esperado. Los que conciban el mensaje cristiano como un
logro que se adquiere y se conserva, o como un bastión que se defiende, no
comprenderán nunca qué es el Evangelio de Cristo y mantendrán, decorativo y
estéril, su bautismo. |
Cristo
viene. |
Cristo
es la esperanza universal de todos los que esperan el bien, la justicia, la
paz, la libertad... No hace falta reproducir las palabras de San Pablo, para
decir todo lo que Cristo es para la Humanidad peregrinante, conozca o no
conozca aún al que es su paz, su Justicia, su libertador, su bien y su
premio, su perfección y su vida. |
Todos
los que esperan eso, esperan a Cristo. Tal vez no lo sepan aún. Pero lo
sabrán. |
El
mensaje de Cristo no es un bando, una proclamación que se fija en los muros
de las ciudades; no es una bandera que se iza en lo alto de las torres. |
El
mensaje de Cristo es una corriente de vida, que salta de Dios & Cristo,
de {1 (69)} Cristo a la Iglesia y de la Iglesia a los hombres, y de los
hombres a la transformación del mundo. Corriente que se hace rio, y río que
se hace mar, y mar que se hace océano... Crece, crece, sin cesar, Su empuje
es irreversible, infrenable. |
Estamos
en la corriente de este crecer, y no podemos nadar en contra de la corriente
de este río de Dios, que es la Iglesia, que es la fuerza de su Espíritu, que
unas veces vemos que se dilata y ensancha sus orillas, y otras se profundiza
ahondando su cauce, camino del infinito... —"La voz del Señor, como voz
del agua que salta en cascadas sonoras", canta el salmista. |
Los
que hemos sido iluminados con la máxima revelación de Dios, que es *
Jesucristo, no debemos impedir que nos acabe de penetrar la llama de ese
fuego que El trajo al mundo, y hemos de hacernos claridad y luz del mundo,
para que el número de los que gimen y esperan, caminando entre sombras y
tinieblas de error y de muerte, descubran al fin la gran luz de Cristo. |
Sólo
así dejaremos que la Iglesia, como el ángel que anuncia, se acerque al mundo
para decirle: "Eso de bueno que hay en ti, oh mundo, es del Espíritu. No
temas. Dios ha obrado maravillas antes de ahora, en mundos más viejos. Ahora
las realizará en ti, mundo joven, virgen ante el futuro, que será de gran
gozo, porque será de Dios". |
Y
el mundo se alegrará como la Virgen: "Mi alma glorifica al Señor... Me
espera la dicha". |
La
Iglesia es el ángel que Cristo ha dejado en el mundo. Se hace cada vez más
espiritual. Vemos en ella, más que en otras edades, cómo se dispone para el
gran anuncio: las palabras y las actitudes santas de sus obispos; las
reacciones de pueblos enteros que quieren acercarse al verdadero camino del
Evangelio; la impaciencia de los seglares por preparar el reino de Dios... Y
hasta los temores y la turbación de los Herodes que no han oído, que no han
querido oír al ángel. Y por esto no saben que no hay que temer, que Cristo ha
de ser un gran gozo para todos, que viene siempre para ser la paz y para
hacer nuevas todas las COSAS. |
{2
(70)} |
2.
LEY DE PRENSA |
En
el número 1 del artículo 24 de la vigente Ley de Prensa e Imprenta, de 18 de
marzo de 1966, para proteger el derecho del público que lee y sostiene las
publicaciones periódicas españolas, se dice textualmente que "CON
INDEPENDENCIA DEL CARACTER PUBLICO DEL REGISTRO DE EMPRESAS PERIODISTICAS,
ANUALMENTE, PARA INFORMACION DE LOS LECTORES. |
EN
LAS PUBLICACIONES PERIODICAS SE HARAN CONSTAR, EN ESPACIO PREFERENTE, LOS
NOMBRES DE LAS PERSONAS QUE CONSTITUYEN LOS ORGANOS RECTORES, LOS DE LOS
ACCIONISTAS QUE POSEAN UNA PARTICIPACION SUPERIOR AL DIEZ POR CIENTO DEL
PATRIMONIO SOCIAL, Y UNA NOTA INFORMATIVA DE SU SITUACION FINANCIERA". |
De
los dos últimos requisitos de este precepto legal, quedan exceptuadas, de
acuerdo con el artículo 21 de la misma Ley, las "REVISTAS QUE
REGLAMENTARIAMENTE SE DEFINEN COMO DE CARACTER TECNICO, CIENTIFICO O
PROFESIONAL", como es el caso de este Boletín del Oratorio de Albacete,
acogido a dicha Ley de Prensa e Imprenta, y que se publica con el nombre
registrado de "LA U S". |
El
boletín "LA U S", pertenece a la Congregación del Oratorio de San
Felipe Neri. Los nombres de las personas que componen el modesto equipo
redactor, que confecciona o revisa los textos que en él se imprimen, son los
siguientes: Ramón Mas, Fernando Ugena y Miguel Abia, el primero director de
la revista y todos ellos miembros de la Congregación editora. |
El
carácter y, en realidad, también la escasa importancia material de nuestro
pequeño boletín, nos eximen de la urgencia legal de publicar detalles sobre
La financiación de la revista y también de erigir un precio, por la misma, a
quienes la reciben y la leen. Y aprovechamos esta oportunidad para agradecer
a los benefactores que, con sus donativos, han hecho posible su publicación
hasta ahora, De antemano, también, agradecemos a todos los que nos ayuden
para que el boletín pueda seguir repartiéndose gratuitamente, y a más
personas amigas y mejorando su presentación. |
Pensamos
que así, en esta misma página, cumplimos con la ley y cumplimos con nuestros
amigos. Y que éstos también cumplirán con nosotros, como hasta ahora y mejor
que ahora. |
{3
(71)} |
3.
EL TEMOR RESPONSABLE |
La
esperanza siempre mira al bien, pero hasta que el bien no llega, ansias y
temores agitan el pobre corazón del hombre. |
La
esperanza que para la Iglesia y para el mundo despertó el Concilio, y las
tensiones que suscita esta esperanza que busca el bien, se hacen llama
ansiosa de vivísimo anhelo, por un lado y, por otro, temor y preocupación
cuando más pesada es la responsabilidad de los que deben caminar adelante y
precisamente delante de los demás. |
Caminar
adelante, aunque es ineludible deber vital, ya representa un esfuerzo; pero
caminar delante, sabiendo que si se camina mal, se hace caer o se desvía a
los que siguen, y que si por evitarlo se detiene la marcha, la vida se
paraliza, no es extraño que despierte temores y hasta angustias. El Señor,
que caminaba delante, también las tuvo en el huerto de los Olivos... |
Estas
angustias hacen santos a los pastores y a los jefes. Es una parte de la
conversión que a ellos les pide esta hora, porque el Concilio —hecho
cristiano —ha impuesto a todos—, de un modo u otro, que nos convirtamos. Y
veros que no nos falta el ejemplo de los pastores. |
Si
además de contemplar las actitudes externas más elocuentes, pudiéramos
penetrar sus corazones, acortadas las distancias, descubriríamos una cantidad
inmensa de amor solicito y preocupado, que se esfuerza por comprender las
exigencias de los que, desde fuera y desde abajo, se hacen voz ansiosa del
pueblo de Dios, para que se acelere el andar. Esa voz que nos llega expresada
casi a diario en noticias que, tal como se nos presentan, nos turban, porque
tampoco son la verdad entera, pero que valen, como síntoma, para que nos
demos cuenta que la parálisis no es posible, que el Concilio no se ha
congelado; que no es posible parcelar ninguna región del mundo, ninguna
categoría de personas, ninguna comunidad humana, con la pretensión de
mantenerla, más a la avanzada, o más atrás, o más al lado, o simplemente
"diferente de las demás, cuando se trata de la ley natural, de los
derechos de los hombres, de la libertad de la Iglesia. |
El
Espíritu sopla fuerte en nuestros días y, más que nunca, su impulso "no
debe ser extinguido" y es imposible resistirle, cuando, como en otros
tiempos, se hace profecía en los imprudentes según el mundo, sabiduría en los
humildes y fuerza en los débiles. |
Esto
lo perciben los que van delante elegidos para apacentar la grey de) {4 (72)}
Señor. A los que está encomendado el testimonio del Evangelio, que han
recibido el don del Espíritu. |
En
estas mismas páginas ofrecemos algunos de estos testimonios, suficientes para
reconocer que nuestros pastores son fieles a su misión, y viven preocupados,
santamente preocupados, no solamente para que la Iglesia siga siendo luz
puesta en lo alto pan orientar el camino de los hombres, sino que sea además,
sal y levadura: sal que dé sabor de Dios, levadura que haga fermentar este
mundo. Porque, si la Iglesia se resignara a ser solamente luz, podría
confundirse con un inmenso monolito estático, monumento del pasado, de
interés turístico para los curiosos en religión. |
Pero
hacer esto, con responsabilidad, no es tarea fácil. Las dificultades, y el
tener necesariamente que resolverlas sin posibilidad de aplazamiento ni de
inhibición, corresponde principalmente a los que caminan delante. |
Los
que seguimos, hemos de comprender, secundar y agradecer los esfuerzos de
nuestros pastores, en sus mismos temores Impuestos por la responsabilidad,
para que así se transformen en valentía cristiana; máxime cuando la urgencia
de dar testimonio del Evangelio, no se impone como una necesidad circunscrita
a un solo lugar de determinadas circunstancias, sino que ha de entenderse a
escala universal, sin olvidar que lo universal cada vez se nos hace más
cercano, como el reino de Dios, que también "se acerca". |
{5
(73)} |
4.
LA GUERRA DEL DINERO |
La
revista sacerdotal "ILLUMINARE", de la "Unión Misional del
Clero" de España, en el número del pasado mes de octubre, dedicado
especialmente al "DOMUND", reproducía unas palabras del Documento
que un grupo de obispos del llamado Tercer Mundo (Brasil, Oceanía, Egipto,
Colombia, Líbano, China, Laos e Indonesia) habían redactado, como
manifestación de su actitud cristiana frente a la encíclica de Paulo VI
Populorum Progressio, la Pacem in Terris de Juan XXIII y la constitución
conciliar Gaudium et Spes. Algún periódico español se ha hecho eco del
Documento, y nos parece interesante reproducir aquí sus párrafos más
expresivos. |
Los
pueblos del tercer mundo forman el proletariado de la Humanidad actual,
explotados por los grandes y amenazados en su misma existencia por los países
que, por ser los más fuertes, se arrogan el derecho de ser los jueces y los
policías de los pueblos materialmente ricos. |
SENTIDO
DE LAS REVOLUCIONES |
En
la actual evolución del mundo se han producido y se producen revoluciones. No
hay en ello nada sorprendente. Todos los poderes establecidos en la
actualidad han nacido, en una época más o menos lejana, de una revolución, es
decir, de una ruptura con un determinado sistema que ya no 92rantizaba el
bien común y de la instauración de un orden nuevo con el que se quería
asegurarlo mejor. Lo cual no quiere decir que todas las revoluciones sean
necesariamente buenas. Algunas no pasan de ser revoluciones palaciegas que
sólo sirven para cambiar, de unas manos a otras, la misma opresión del
pueblo, y hacen más mal que bien porque dan lugar a "nuevas
injusticias", como dice la Populorum Progressio. El ateísmo y el
colectivismo a los cuales creen deber subordinarse ciertos movimientos
sociales, constituyen graves males para la humanidad. Pero la historia nos
muestra que ciertas revoluciones eran necesarias y que han terminado
desligándose de su momentánea antirrellgión para acabar produciendo buenos
frutos. Hoy nadie discute la revolución que en 1789, en Francia, permitió la
afirmación de los derechos del hombre. Muchas de nuestras naciones han debido
o deben llevar a cabo cambios así de profundos. |
La
Iglesia sabe que el Evangelio exige la primera y más radical revolución que
recibe el nombre de "conversión". Esta conversión reviste un
aspecto comunitario cargado de exigencias en orden a la sociedad toda {6
(74)} entera. Por esto el Evangelio ha sido siempre, visible o
invisiblemente, para la Iglesia o fuera de las Iglesias, el más poderoso
fermento que, en el transcurso de veinte siglos, ha sometido a cambios más
profundos a la humanidad. |
sin
duda que, en su peregrinación histórica terrestre, la Iglesia se ha 1gado
prácticamente al sistema que, en un momento dado, aseguraba el bien común o,
al menos, un cierto orden social. Se ha ligado decimos, pero jamás desposado
a ningún tipo de sistema y, en modo alguno, al imperialismo internacional del
dinero. |
La
doctrina del Vaticano II desliga del todo a la Iglesia de este imperialismo.
Y después del Concilio se levantan enérgicas voces pidiendo que se termine
con la colusión temporal entre la Iglesia y el dinero. Nosotros mismos
tenemos el deber de hacer un serio examen de conciencia para liberar a
nuestras Iglesias de todo tipo de servidumbre ante la grandeza del poder
financiero internacional. |
LOS
SUCESOS QUE DERRIBAN A LOS PODEROSOS Y ELEVAN A LOS HUMILDES |
Bi
los cristianos y sus jefes jerárquicos no saben desligarse, por si mismos, de
los privilegios y del dinero, de buen grado y por amor, sepamos, por lo
menos, reconocer la mano de Dios como a hijos suyos, por medio de los sucesos
que nos obligan a estas renuncias. |
Sin
entrar en juicio de cada caso particular, faltan a su deber los cristianos
que emigran de su país para evitar las consecuencias de las revoluciones,
porque no permanecen solidarizados a su país y a su pueblo, precisamente en
el momento más necesario, sobre todo si estos cristianos son ricos y do
huyen, en realidad, nada más que para poner a salvo sus riquezas y sus
privilegios. En cuanto a nosotros, sacerdotes y obispos, con más razón si
cabe debemos permanecer en nuestros puestos, porque somos como los vicarios
del Buen Pastor que, en vez de huir como los mercenarios en el momento de
peligro, permanece junto al rebaño dispuesto, si es preciso, & dar la
vida por los suyos. |
No
solamente conviene que se solidaricen y que no huyan de su pueblo, sino que
además, los cristianos y sus pastores, deben saber reconocer la mano del
Omnipotente en estos sucesos que, periódicamente, derriban a los poderosos de
sus tronos y elevan a los humildes, y despiden a los ricos con las manos
vacías y sacian a los hambrientos. (Lucas, 1, 52-53). |
Si,
teniendo en cuenta ciertas necesidades para determinados progresos
materiales, la Iglesia en el último siglo ha tolerado el capitalismo con el
préstamo del interés legal y otras de sus costumbres poco conformes con el
Evangelio, hoy no puede más que alegrarse de ver aparecer en la Humanidad un
nuevo sistema social menos alejado de esta moral. Los cristianos tienen la
obligación de demostrar que {7 (75)} el verdadero socialismo es el
cristianismo íntegramente vivido en la justa repartición de los bienes y en
la Igualdad fundamental. En lugar de gastar fuerzas censurándolo, sepamos
adherirnos a él con alegría, como a una forma de vida social mejor adaptada a
nuestro tiempo y más conforme al espíritu del Evangelio. |
NO
ESPERAR PASIVAMENTE HASTA LA CONVERSION DE LOS RICOS |
El
pueblo de los pobres y los pobres de los pueblos en medio de los cuales nos
ha colocado como pastores el que es Misericordioso, saben por experiencia que
han de contar sólo consigo mismos y con sus propias fuerzas más que con el
auxilio de los ricos. Aunque sea verdad que algunas naciones ricas y que
algunos ricos concedan ayudas apreciables a nuestros pueblos. Pero sería una
ilusión esperar pasivamente la libre conversión de todos aquellos de quienes
nuestro padre Abraham nos previene que "tampoco se dejarían persuadir
por un muerto que resucitara" (Lucas, 16, 31). Son los mismos pueblos
pobres y los mismos pobres de los pueblos a los que corresponde llevar a cabo
su propia promoción. |
No
es lícito cubrirse con el Evangelio para defender o tolerar un mundo
repartido entre ricos y pobres. No, Dios no quiere que haya ricos que se
aprovechen de los bienes de este mundo explotando a los pobres. |
A
los pobres corresponde instruirse y unirse para obligar a los ricos a que se
rindan a la justicia. A los poderes públicos corresponde la imposición del
reparto que no se ha aceptado de buen grado. Y lo mismo debe decirse de las
naciones, aunque, por desgracia, no se da ningún gobierno verdaderamente
establecido para regir el mundo entero, de manera que pudiera imponer la
justicia entre todos los pueblos y hacer el reparto equitativo de los bienes
entre ellos. Un gobierno mundial así debe pedirse y debe instaurarse. |
Los
obispos que firman este documento, en modo alguno desean fomentar la lucha de
clases, y se dirigen especialmente a los ricos para que pongan fin,
precisamente ellos, a la misma. Los gobiernos deben aplicarse a acabar con
esta lucha de clases que demasiado a menudo los ricos han suscitado y aún
mantienen contra los trabajadores a los que explotan con salarios
insuficientes y condiciones inhumanas de trabajo. Es como una guerra
subversiva que el dinero viene desarrollando desde hace tiempo solapadamente
a lo ancho del mundo, aplastando pueblos enteros. Es hora de que los pueblos
pobres, sostenidos y guiados por sus gobiernos legítimos, defiendan
eficazmente su derecho a la vida. |
La
proyección de la fe en las estructuras sociales humanas debe realizarse así:
trabajando dentro de ellas, ordenándolas según sus valores y sus fines, pero
refiriéndolas siempre a Dios. |
N.
JUBANY, obispo de Gerona. |
{8
(76)} |
5.
La Púrpura en el Lazareto |
Con
este mismo título, el 10 de noviembre, comentaba "L'Osservatore
Romano" la decisión del cardenal Léger, arzobispo de Monreal, en el
Canadá, de renunciar a su diócesis, para trasladarse a una leprosería
africana y, bajo la dirección del obispo correspondiente, dedicar su servicio
y sus ministerios sacerdotales, a aquellos pobres enfermos. |
Según
parece, desde hace tempo el cardenal Emilio Léger sentía la llamada de su
conciencia para abrazar esta decisión y, solamente ahora, el Papa Paulo VI,
ha accedido a que la ponga en práctica. |
Con
ocasión del Sínodo de Obispos, celebrado en Roma recientemente, na declarado
que "ha sido precisamente durante la discusión sobre la fe y el ateísmo,
que ha convertido en una cuestión de conciencia plantearse su futuro, 1 que
el Senior Le pedía que convirtiera en obra lo mismo que se atrevía a decir de
palabra". |
El
cardenal Léger, promovido a la sagrada púrpura por el Papa Pío XII, cuenta,
actualmente, 63 años, y en el transcurso de su solicitud pastoral, ha
demostrado siempre su predilección y su gran preocupación por los pobres del
mundo; esta preocupación se hizo patente también en sus intervenciones
conciliares. Por otra parte, como mentalidad, se ha manifestado siempre
abierto a la comprensión de los problemas más dramáticos y espinosos de la
moral moderna, en particular sobre libertad religiosa y en asuntos
relacionados con el control de natalidad. |
Cuando
le han objetado por qué toma el esta decisión, cuando tanto bien puede hacer
desde el lugar preeminente que ocupa en la Iglesia, replica que, para este
lugar, no será difícil encontrar a otros mejores que él y que no entiende por
qué razón, el cardenalato, le ha de ser impedimento para hacer la obra buena
que se propone. |
{9
(77)} |
6.
ESQUEMA 14 |
Hace
dos años, precisamente el 7 de diciembre de 1965, se repartía a todos los
Padres Conciliares, una declaración firmada por la cuarta parte de los
obispos asistentes al Concilio Vaticano II que, sin que se tratar de un
documento oficial del Concilio, era de todos modos indicador del deseo de
reforma según el espíritu del Evangelio, que animaba a ese gran número de
obispos que se imponían el compromiso de una revisión profunda en su vida y
ministerio de pastores de la Iglesia de Jesucristo. Podemos suponer que este
deseo se harta extensivo a los demás obispos. |
Consta
de una breve introducción y trece puntos, que vamos a reproducir
íntegramente, para edificación de los fieles. A continuación de cada punto,
aducimos las citas neotestamentarias inspiradoras del texto. |
Dice
así el documento: |
Nosotros,
obispos reunidos en el Concilio Vaticano II; habiendo recibido luz sobre las
deficiencias de nuestra vida de pobreza según el Evangelio; animados los unos
por los otros, en un camino en que cada uno de nosotros quisiera evitar la
singularidad y la presunción; unidos a nuestros hermanos en el Episcopado;
contando sobre todo con la fuerza y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas
diócesis; puestos por el pensamiento y por la oración delante da la Trinidad,
ante la Iglesia de Cristo, ante los sacerdotes y los fieles de nuestra
diócesis, humildemente conscientes de nuestra debilidad, pero a la vez con
toda la decisión y la fuerza que Dios tiene a bien concedernos, nos comprometemos
a lo siguiente: |
1.
Intentaremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo
concerniente a la habitación, el alimento, los medios de locomoción y todo lo
que con esto se relaciona.. |
—Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque suyo es el reino de los cielos. (Mt 5, 3). |
—Buscad
primero el reino de Dios y su Justicia, y todo lo demás se os dará por
añadidura. (Mt 6, 33). |
—Las
raposas tienen cuevas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no
tiene donde reclinar la cabeza. (Mt 8, 20). |
{10
(78)} 2. RENUNCIAMOS para siempre a la apariencia y a la realidad de la
riqueza, especialmente en los vestidos (telas ricas, colores llamativos), las
insignias de materiales preciosos, porque estos signos deben ser realmente
evangélicos. |
—Envió
a los doce... encargándoles... que se calzasen con sandalias y no llevasen
dos túnicas (Mc 6, 9). |
—No
llevéis oro rad plata ni cobre en puesto cinto, ni alforja para el camino, Ni
dos túnicas, ni sandalias, ni bastón, porque el obrero es acreedor de su
sustento. Mt 10, 9-10). |
—Y
Pedro dijo: no tengo oro ni plata. (Act 3, 6). |
3.
No poseeremos ni Inmuebles, ni muebles, ni cuentas bancarlas, u otras cosas a
nuestro propio nombre; y si es preciso poseer, pondremos todo a nombre de la
diócesis o de las obras sociales o caritativas, —No alleguéis tesoros en la
tierra, donde la poluta y el orín los corroen y donde los ladrones horadan y
roban. Donde está tu tesoro allí estará tu corazón. (Mt 8, 19, 21). |
—Vended
vuestros bienes y dadlos en limosna: haceos bolsas que no se gastar, un
tesoro inagotable en los cielos, donde ni el ladrón llega ni La polilla
corroe. (Lc 12, 33). |
4.
Siempre que sea posible confiaremos la gestión financiera y material en
nuestras diócesis a un comité de seglares competentes y conscientes de su
función apostólica, con el fin de ser menos administradores y ser mas
pastores y apóstoles. |
—Lo
que recibís gratis, dadlo gratis. (Mt. 10,8). |
—No
es justo que nosotros desatendamos la palabra de Dios para servir las mesas.
Elegid, pues, oh hermanos, de entre vosotros, a siete varones de buena fama,
menos de espíritu y sabiduría, a los cuales entreguemos este cargo. Nosotros,
empero, perseveraremos en la oración y el ministerio de la palabra. (Act. 6.
2-4, y contexto). |
5.
Renunciamos a ser llamados de palabra o por escrito con nombres y títulos que
indican grandeza y poder (eminencia, excelencia, monseñor). Preferimos ser
llamados con el nombre evangélico de Padre, 6. En nuestro proceder y en
nuestras relaciones sociales evitaremos lo que puede parecer que damos
privilegio, prioridad e incluso cualesquiera título de preferencia a los
ricos y los poderosos, por ejemplo, banquetes ofrecidos o aceptados, clases
en los servicios religiosos. |
{11
(79)} —Viéndola Jesús la llamó y le dijo: Mujer, estás curada de tu
enfermedad. Le impuso las manos y al instante se enderezó, v glorificaba a
Dios. Interviniendo el jefe de la sinagoga, lleno de ira porque había curado
en sábado, decía a la muchedumbre: Hay seis días en los cuales se puede
trabajar, en éstos, venid y curaos, y no en día de sábado. |
(Lc.
13, 12-14). |
—Ha
ordenado el Señor que los que anuncian el Evangelio vivan del Evangelio. Yo,
por mi parte, no me aprovecho de nada de esto... De todos me hice esclavo
para ganar al mayor número posible. (1 Cor. 9. |
14...
19). |
7.
Igualmente evitaremos fomentar o adular la vanidad de nadie con la Intención
de recompensar o solicitar dones, o por cualquier otro motivo. Invitaremos a
nuestros fieles a considerar estas aportaciones como una participación normal
en el culto, en el apostolado y en la acción social. |
—Cuando
hagas limosnas no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los
hombres, en verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Cuando des
limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea
oculta, y el Padre, que de lo oculto, te lo premiará. (Mt. 6, 2-4). |
—Alegraos
conmigo... La alegría de los ángeles en el cielo por un pecador que hace
penitencia. (Lc. 15, 9-13). |
—No
os seré cargoso; que no busco lo vuestro, sino a vosotros. (2 Cor. |
12,
14). |
8.
Daremos cuanto sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios,
etc., al servicio apostólico y pastoral de las personas y grupos de
trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que esto
perjudique & los demás grupos y personas de la diócesis. Apoyaremos a los
seglares, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llame 4 evangelizar
a los pobres y obreros participando de la vida obrera y del trabajo. |
—El
Espíritu Santo está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los
pobres... (LC. 4, 18). |
Ningún
profeta es tenido en poco sino en su patria y entre sus parientes y en su
familia. (Mt. 8, 4). |
—Venid
a mi todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré. |
(Mt.
11, 28). |
{12
(80)} —Y por ser del mismo oficio se quedó con ellos, y trabajaba, porque
eran de oficio fabricantes de tiendas de campaña. Discutía cada sábado en la
sinagoga y se esforzaba en convencer a judíos y a griegos. (Act. 18, 3-4). |
—Plata,
oro o vestido, de nadie lo codicié. Vosotros mismos bien sabéis que a mis
necesidades y a las de los que andan conmigo han proveído estas manos.
Siempre os mostré que así, trabajando, hay que socorrer a los débiles, y
acordarse de las palabras del Señor, que dijo: Mejor felicidad es dar que
recibir. (Act. 20, 33-35). |
—Nos
fatigamos trabajando con nuestras propias manos. (1® Cor. 4, 12.— Ver también
9, 1-27). |
9.
Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad y de sus
relaciones mutuas, intentaremos transformar las obras de
"beneficencia" en obras sociales basadas en la Justicia y la
caridad, que tengan en cuenta a todos y todas las exigencias, como un humilde
servicio a los organismos públicos competentes. |
—..Venid
benditos de mi Padre... tuve hambre y me disteis de comer… cuantas veces
hicisteis esto a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me to
hicisteis... (Mt. 25, 31-46). |
10.
Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de
nuestros servicios públicos decidan y pongan en aplicación las leyes, las
estructuras y las instituciones sociales necesarias para la justicia, la
igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y, por este
camino para el establecimiento de un orden social distinto, nuevo, digno de
hijos de hombre y de hijos de Dios. |
—Todos
los que habían abrazado la fe vivían unidos y tenían las cosas en común; y
vendían las posesiones y los bienes, y lo repartían entre todos, según la
necesidad de cada cual. (Act. 2, 44-45). |
—La
multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, y ninguno
decía ser propia suya cosa alguna de las que poseía, sino que para ellos todo
era común. (Act. 4, 32 y siguientes). |
—2ª
Cor. capítulos 8 y 9 enteros. |
—Si
alguna mujer fiel tiene viudas allegadas, socórralas de lo suyo y no sea
grabada la Iglesia, a fin de que se pueda socorrer a las que verdaderamente
son viudas. (14 Tim. 5, 16). |
{13
(81)} 11. Puesto que la colegialidad de los obispos encuentra su más
evangélica realización en el interés común por las masas humanas en estado de
miseria física, cultural y moral—los 2/3 de la humanidad nos comprometemos: |
—a
participar, en la medida de nuestras posibilidades, en las inversiones
urgentes de los episcopados de las naciones pobres; —a conseguir juntos, en
el plano de los organismos internacionales, pero como testimonio del
Evangelio, tal como hizo el Papa Paulo VI en la O.N.U., la puesta en marcha
de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones proletarias
en un mundo cada vez más rico, sino que permitan a las masas pobres salir de
su miseria. |
12.
Nos comprometemos a compartir con amor pastoral nuestra vida con nuestros
hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y seglares, para que nuestro
ministerio sea un verdadero servicio; por lo tanto: |
—nos
esforzaremos en "revisar nuestra vida" con ellos, —suscitaremos
colaboradores, con el fin de ser más bien animadores según el espíritu, que
jefes según el mundo; —procuraremos que nuestra presencia sea más humana y
acogedora; —nos mostraremos abiertos a todos, sea cual sea su religión. |
—El
que quiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Pues quien quiera salvar su vida, la perderá, y quien pierda la vida por mí y
el Evangelio, ese la salvará. (Mc 8, 34-35). |
—Que
los diáconos sean respetables, sin doblez en sus palabras, que no sean
bebedores, ni dados a sórdidas ganancias; que guarden el misterio de la fe
con una conciencia pura. Probados primero; luego ejercitados en las funciones
del diaconado, si fueren hallados irreprensibles. (Act 3, 8-10). |
13.
Vueltos a nuestra diócesis respectivas, daremos a conocer a nuestros
diocesanos nuestra decisión, rogándoles nos ayuden con su comprensión, su
colaboración y su alegría. |
Que
Dios nos ayude a ser fieles. |
Toda
la vida he luchado para que se avengan este poeta y este león que viven
dentro de mí. |
Cardenal
LEGER. |
{14
(82)} |
7.
Holanda, o la osadía del Espíritu |
Todas
las revistas católicas, más o menos preocupadas por dar a sus lectores las
noticias o estados generales de opinión o conocimiento de los movimientos
importantes suscitados en el seno de la Iglesia, se han ocupado del
"fenómeno de Holanda", porque lo que allí ocurre no es un suceso o
una serie de sucesos más, en la línea de lo avanzado, sino una verdadera
reacción o cambio de actitud, si se tienen en cuenta las características de
un pasado tradicionalmente conservador, hasta colocarse en la vanguardia,
osada y valientemente, de la renovación despertada por el Concilio Vaticano
II. |
Al
enjuiciar el "fenómeno holandés", se manifiestan inevitablemente
los prejuicios progresistas o conservadores de los que dan su parecer, sea
porque ven en Holanda un anuncio esperanzador hacia el paso que debe dar la
Iglesia en todas partes, o sea, por el contrario, porque piensan encontrar
motivos para temer una incipiente herejía o cisma religioso. Como quiera que
se juzgue, no puede pasarse por alto la significación que todo ello tiene
para la Iglesia y, por este motivo, es conveniente se conozca, de algún modo,
lo que allí ocurre. |
En
vez de resumir las interpretaciones que, de uno u otro bando, se han dado
desde fuera de Holanda, nos parece más útil reproducir el texto de unas
declaraciones hechas a un periodista por un eminente monje benedictino, de la
Abadía de S. Pablo, en Oosterhout: un hombre en el que convergen la
experiencia de la edad nació en 1880...) y la juventud de corazón; de la
generación de Jacques y Raisa Maritain, autor de numerosos libros —¿quién no
conoce "Nostalgia de Dios"?— traducidos a todas las lenguas
europeas, director de la Editorial Desclée de Brouwer, por los 30; varias
veces condecorado... Se trata del P. Pieter van der Meer de Walcheren,
O.S.B., holandés. Reproducimos, a continuación, sus palabras: |
"A
los ojos de muchos, los católicos holandeses, somos neoprotestantes. Nuestras
grandes figuras teológicas, como Schillebeeckx, Schoonenberg y otros, son a
veces consideradas como herejes por ciertos ambientes. Herejes de una herejía
que aún no se le ha dado nombre, pero que no por eso les parece menos
peligrosa. Estos teólogos, que yo conozco personalmente y de los que he leído
atentamente la obra, son sin {15 (83)} embargo gente que osa pensar. Es quizá
esa osadía la que se les toma mal. Si esa gente, que muy frecuentemente se
preocupa con la mejor voluntad, me preguntara lo que yo pienso, los
tranquilizaría. Les diría que Holanda vive un tiempo de maravilloso
rejuvenecimiento, de renovación. Y como no puede ser de otro modo: también un
tiempo de transición. Pero es que el Espíritu Santo es así: es un Espíritu
renovador y creador, que cada día, como decimos en la oración, "renueva
la faz de la tierra", que cada día "envía su Espíritu y son creadas
todas las cosas". |
"Porque
Dios no es un rentista; Dios es Creador, un continuo Creador. Y ese es el
Dios que se ha despertado como una primavera en la sangre de los católicos
holandeses. Nuestro pueblo no es un pueblo de entusiastas y de ilusos; el
temperamento holandés es flemático, realista." "Ahora hemos abierto
las ventanas y las puertas... y se nos han enfriado los viejecitos de
corazón. Pero respiramos aire fresco". |
"A
los que nos pregunten si lo que pasa entre nosotros es una crisis de
adolescencia o el mal de la anarquía, que minará, por fin, hasta la autoridad
de los obispos sobre el clero y los fieles, hemos de contestarles que los
holandeses tenemos una larga historia como defensores de la libertad de
conciencia. Desde Descartes y Espinosa, pasando por los Anabaptistas hasta
Ortega y Gasset, son muchos los que han encontrado en Holanda un lugar donde
refugiarse en su destierro y pronunciar profecías que no eran comprendidas o
toleradas en su patria". |
Nuestro
pueblo aprecia la sinceridad. El ecumenismo lo llevábamos en la sangre y sólo
haciendo violencia a nuestra naturaleza hemos construido una estructura
intolerante. Hoy descubrimos nuestro ser profundo y comprendemos que hemos
vivido a contrapelo. Y nuestros obispos saben lo que es sinceridad. El tiempo
de la centralización y el clericalismo han pasado aquí. Quizá la transición
vaya acompañada de algunos excesos, como cuando los jóvenes cambian de voz,
que se les escapan gallos disonantes. Pero el crecimiento trae un progreso de
la conciencia católica de los fieles, que ahora se hace adulta y que compensa
con creces esas pequeñas disonancias". |
"Personalmente,
pues, no me alarma lo que veo aquí. Soy optimista por naturaleza y por
gracia. Existen católicos a los que falta sensibilidad para integrar lo
humano en su fe, y yo me inclino a creer que esta insensibilidad es
pecado". |
"Si
los que buscan abrirse al mundo y a los hombres como Cristo lo hizo, pueden
parecer anarquistas, es porque hay quienes se empeñan en considerarse
amenazados o agredidos. En realidad, nadie piensa en {16 (84)} agredirlos:
son ellos los que se tornan agresivos. Pero esta es una vieja historia y se
repite cada vez con los que promueven la renovación. |
"A
veces se ha dicho que la transformación que se opera aquí se debe 4 estar
encerrados en un espíritu provincial, falto de visión universal. Pero basta
para rebatirlo el enunciado de este hecho: en Holanda somos cuatro millones y
medio de católicos y contamos con 15.000 sacerdotes. De ellos 5.000 trabajan
diseminados por todo el mundo. Solo en Brasil hay 1.000 sacerdotes
holandeses. Fuera de Holanda hay setenta diócesis de misión 4 cargo de
obispos misioneros holandeses, cuando resulta que Holanda no tiene más que
siete diócesis. Y eso que con estas cifras no contamos con los religiosos y
religiosas y apóstoles laicos. (Compárese con las cifras que pueden ofrecer
otros países masivamente "más" católicos...)". |
"El
clima de rejuvenecimiento que hoy vivimos en Holanda es consecuencia y
prolongación de la renovación del catolicismo europeo, en el que se
destacaron las figuras de Jacques Maritain, León Bloy. Peguy, Lagrange, en
los últimos cincuenta años. León Bloy, por ejemplo, era un hombre de Iglesia,
a pesar de sus críticas a obispos y sacerdotes, huraños y alejados del mundo,
e lo sumo gente de libros. León Bloy había reconocido en los sacerdotes
obreros al sacerdote de sus sueños: |
hombre
para los hombres, que no se siente "élite" ni "elegido".
Cuando yo veo en el fin de mi vida este despertar y rejuvenecerse de la
Iglesia con el que soñé toda mi vida, pienso que el presente es siempre más
hermoso que todo lo pasado. Uno experimenta que Cristo está en el centro de
lo que ocurre". |
Veo
cómo dentro y fuera de Holanda surgen nuevas figuras que recogen la antorcha
de los precursores. Hombres extraordinarios que viven la responsabilidad de
la hora". |
"Hay
quienes se asustan viendo lo que está pasando. Se asustan de la voz del
Señor, como los Apóstoles cuando lo veían resucitado. Pero Él nos
tranquiliza: "No temáis, yo estoy con vosotros y yo he vencido el
mundo". |
"Si
nos asustamos es porque somos hombres de poca fe y nos falta la osadía del
Espíritu". |
{17
(85)} |
8.
LA VOZ DE LOS SEGLARES |
Nada
nos parece mejor, para dar una idea del dinamismo eclesial imprimido on el
III Congreso Mundial del Apostolado Seglar, celebrado en Roma el pasado mes
de octubre, que ofrecer resumido, el discurso de clausura, interesante por
diversos motivos. En primer lugar, porque ocupó, en el programa general, el
lugar en que debía polarizar la aportación de todos los seglares, como último
y significativo latido de una asamblea viva e impaciente, que quería hacerse
voz concreta ante los pastores (por descontado ante el Papa, que luego
recogería y refrendaría en su discurso memorable; y también por la
circunstancia de celebrarse, paralelamente, el Sínodo de Obispos); en segundo
lugar, por la representación del orador, presidente internacional de Paz
Romana y miembro del Consejo de los Laicos, de nombramiento pontificio; y en
último lugar, y sin apasionamientos nacionalistas, por ser un español, seglar
y español, aun cuanto su presencia y su cometido sobrepasaba la simple
representación patria, pero precisamente por este motivo aún más elocuente y
esperanzador, si cabe, porque él solo bastaba para demostrar, ante el mundo,
que no todo el catolicismo español es "catolicismo viejo", cuando
hay hombres de espíritu tan universal, tan verdaderamente católicos, que nos
los pueden poner en la cima de las asambleas de la Iglesia, cuando éstas
rebasan el cerco doméstico, en el que demasiadas veces, el catolicismo es
sólo un adjetivo nacional, He aquí el resumen del discurso de Joaquín Ruiz
Jiménez: |
{18
(86)} Ha sido éste un Congreso masivo, con el mérito de la universalidad y el
defecto del agobio, de espacio y de tiempo; ha sido un Congreso ambicioso,
con el afán de abarcar todo el panorama de la problemática humana de nuestra
época, de oír los gritos de los hombres y hasta los tremendos y acusadores
silencios de los pueblos mudos... Ha sido un Congreso caliente y vibrante. No
ha sido, en suma, un Congreso de ángeles, intemporal y etéreo, sino una
apasionada e impaciente asamblea —¡Iglesia!— de cristianos en el corazón de
una tierra de hombres. |
Hemos
experimentado tres acuciantes sensaciones: |
—La
sensación de marcha, de movimiento, porque en pocos años se ha caminado un
trayecto de siglos en la apertura de la Iglesia al mundo, en la búsqueda de
la unión de los cristianos, y en la participación activa de los seglares en
la misión de la Iglesia. |
—La
sensación de urgencia, de marcha acelerada, atosigante a veces, porque ese es
el ritmo de la historia y ante ese ritmo cualquier detención—10 ya cualquier
retroceso—sería un tremendo pecado colectivo, que tal vez el Señor no nos
perdonaría... |
—La
sensación de que, en esa marcha—muy imperfectamente todavía, pero con pasos
inequívocos— los obispos y los fieles, la Jerarquía y los seglares avanzamos
juntos y dialogamos cada vez más y aunque nosotros seamos impacientes, lo
hacemos por amor a la Iglesia misma y a sus Pastores... |
Para
el futuro se adivinan tres perspectivas fundamentales: |
—La
perspectiva de una Iglesia cada vez más comunitaria y vital, con sangre del
Pueblo de Dios desde abajo, y luz y orientación y guía desde arriba... |
No
se trata de contra poner a la Jerarquía una especie de "sindicato de
laicos", ni armar una lucha de clases en la Iglesia: los Jerarcas con el
"poder" y los fieles más o menos a su conquista... Se trata de algo
inmensamente más hondo y más sencillo: la coparticipación activa (desde la
Liturgia hasta la transformación del orden temporal querido por Cristo) en
una enorme tarea común. |
—La
perspectiva de una Iglesia cada vez más testimonial desde el corazón del
mundo, más coparticipe de toda ella —Jerarquía, sacerdotes, seglares— de las
angustias y de las esperanzas de los hombres... Pero eso, a su vez, requiere
iniciativa, audacia, incluso en los seglares, y verdadero respeto a la
legitima órbita de libertad en la reestructuración del orden temporal. Para
dar ese testimonio hay que hablar el lenguaje de los hombres, no sólo el de
los hombres {19 (87)} de Roma, ni el de los de Occidente, sino el de todos
los pueblos del mundo: un lenguaje nuevo, con categorías mentales nuevas, con
sentimientos nuevos... |
―La
perspectiva de una Iglesia en marcha donde todos palpitaremos con una fe a la
vez sencilla y existencial. Es el año de la fe. El Papa nos lo recuerda una y
otra vez y se lo debemos agradecer desde lo más hondo y pedirle que nos ayude
a ser fieles a esa fe, no sólo en roce con los que no la temen, sino también
en contacto con los que tienen "demasiada fe"... Esos, los que ten
peligros por todas partes y quisieran guardar a la Iglesia como un bastión, y
esconder la luz bajo el celemín... A ellos nos atreveríamos a decirles:
"Hombres de mucha fe ¿por qué dudáis?" Porque nosotros, seglares en
la brecha, con nuestra fe pequeña, erosionada por la vida, una fe agónica más
de una vez, pero que se reactiva v nos hace vivir, nosotros... no dudamos de
la marcha de la Iglesia, nosotros tenemos la viva esperanza de que el Pueblo
de Dios camina, tiene que caminar, a la cabeza de la enorme caravana de los
hombres. |
|