BOLETIN DEL ORATORIO DE ALBACETE.
N.º 78. ABRIL. 1969.
1. ¡ES PRIMAVERA!
Para el cristiano la vida siempre es esperanza; pero ésta es más fácil de entusiasmar cuando el logro parece más cercano, cuando lo que se espera ya comienza a tenerse. La alegría pascual tiene precisamente este sabor para el alma; tenemos, a pesar de que todavía nos falta; nos falta, pero ya comenzamos a tener. Pascua florida, Pascua granada... Flor y fruto.
También para esta época —II Domingo después de Pascua— se celebra en el mundo el DIA UNIVERSAL DE LAS VOCACIONES. Porque las vocaciones son, para la Iglesia, como las flores de su campo: flor y esperanza que ha de cuajar en fruto y cosecha. El fruto y la cosecha de la Iglesia siempre es la santidad.
Por esta razón, cuando le pidamos al Señor que mande más obreros a la mies, porque la mies es mucha, antes, todavía, que pensar en el número mayor de operarios, pidámosle por la santidad de los mismos.
Ni dejemos que cunda en nosotros el desaliento por los efectos de noticias relativas a hechos concretos según las cuales mengua, relativamente, el número de los candidatos al sacerdocio y a la profesión de la vida evangélica. La Iglesia, por impulso del Señor que jamás la abandona, crece siempre y su crecimiento, cuando se hace menos aparente en la cantidad, es que profundiza en la calidad. Las circunstancias del mundo que nos toca vivir, no impiden ni excluyen, sino que siguen reclamando, si cabe con mayor fuerza, que se preste atención a la llamada de Cristo: "Ven, sígueme". Lo único que ocurre es que se necesita más generosidad, más maduración personal, una fe más profunda.
Pidamos todo esto, al Señor de la mies, para todos y todas las que El llame a su campo, para que, por medio de ellos, la presencia de Cristo en el mundo se {1 (41)} extienda y fructifique, ya que "Dios los ha predestinado para que reproduzcan  la imagen de su Hijo, para que sea como el primogénito entre muchos hermanos: por esto los que ha predestinado, también los ha llamado" (Romanos 8, 29-30). Y serán, en frase también de San Pablo, "el olor de Cristo" en el mundo, el campo florido, la primavera del reino de Dios.
2. DIOS TE NECESITA
Si: Dios te necesita.
La mies es mucha y los que quieran trabajar para llevar la cosecha a los graneros de Dios, son pocos. Es verdad que hacen falta más operarios. Aquí y lejos de aquí. Sin sueños de aventuras ni romanticismos: hacen falta operarios de verdad, que trabajen como hijos de Dios en los campos de la Iglesia. O mejor: hijos de Dios de verdad, que trabajen con el amor de hijos.
Porque siempre será cierto que trabajan más y mejor los hijos para el Padre que aman, que los operarios para el Amo que temen.
Dios te necesita. La inquietud que demuestran los hombres y esa agitación que zarandea el mundo, lo demuestran. Es la masa que espera la levadura. Son, 4 veces, tinieblas en espera de luz; pero de una luz que ha de elevarse prendida en la antorcha de una vida. ¿La tuya?
¿Tienes miedo?.. Hay quien tiene miedo de que Dios le pida demasiado y acaba en la tristeza del joven rico del Evangelio: "Anda, ve, vende todo lo que tienes y da su precio a los pobres; y luego ven y sígueme, que tendrás un tesoro en los cielos"... Pero es que el joven, por lo visto, sólo quería más alabanzas en la tierra. Volvió a lo suyo; se encerró en sí mismo. No quería dar, sino que quería aún más. No miraba fuera, en el campo de Dios, las cosas grandes, hermosas, santas que había por hacer.
También hoy hay cosas grandes, hermosas y santas por hacer: grandes y hermosas como el mundo; urgentes y santas como el amor.
Cosas por hacer...
Muchos de los que más declaran podrían comenzar a hacerlas. Pero es más cómodo esperar a que otros den u otros me den, que decidirse a dar y a darse. Una cosa es dar, otra recibir. Y los hombres se acostumbran fácilmente a que les den: si son pobres, el alivio de su pobreza; si son ricos, honores y privilegios. El que es rico, no piensa que así puede dar más, sino que así tiene más derechos. Indiscutibles.
(Rico de tener, rico de saber, rico de poder).
"¿Dónde dan? ¿Dónde dan?"... Y la gente corre avariciosamente veloz, egoísta. Hay negocios fabulosos montados sobre el engaño de "dar" y "regalar". Hasta en las mismas cosas de Dios, hay un número inmenso de personas "buenas" que no buscan mucho más, en su religiosidad, que una bendición que facilite sus deseos temporales, o un remedio que cure sus males, o un socorro que compense su pereza, o tranquilizantes de conciencias, o diversiones "santas" si ya están tranquilos.
{2 (42)} Se quejan, juzgan, critican; pero no hacen, o hacen poco, tan poco, que su labor no rebasa el límite de lo meramente —pobremente— simbólico. Algunos "piensan" y acaban, en el pensar, todo su hacer: luego se encierran en su vida cómoda, tranquilizados por haber resuelto teóricamente el pleito entre el bien y el mal del mundo que les corresponde vivir. Otros, ni siquiera piensan, porque ni saben, ni pueden pensar. Hay también los que renuncian{1} a pensar, ante el presentimiento horroroso de verse acusados o comprometidos. Es como un suicidio de la inteligencia y del corazón. Nada de car y menos darse. Jamás entregarse del todo a lo que pueda exigir algo más que la elegancia del gesto inicial, teatral pero infructuoso. No son bastante desprendidos para ser humildes; ni bastante humildes para limpiarse de la avidez interior, sensualizante, de consuelos: hasta en lo bueno necesitan o el aplauso del mundo o, por lo menos, el de sus propios sentidos y satisfacción.
Y así, quedan tantas cosas hermosas, grandes y santas por hacer. La mies es mucha y los obreros pocos...
¿Has pensado, alguna vez, en hacer cosas grandes para Dios? ¿Has pensado que Dios puede necesitarte?
Hombre o mujer, corazón joven: tal vez Dios te necesite. Y te muestra un programa inmenso de bien, por hacer aún, que Él ha dejado al cansancio de tus manos y al amor de tu corazón, para que, muy por encima de los aplausos o de las censuras y oposiciones del mundo, puedas participar —ahora o más tarde— del gozo divino de "hacer el bien": verdadero gozo de Dios y en Dios.
Dios te necesita, porque no quiere hacerlo sin ti. No obrará milagros mientras queden, en el mundo, reservas de almas que le puedan seguir como los apóstoles, como las santas mujeres del Evangelio...
Dios te necesita para que hagas y digas y recuerdes con tu ejemplo y tus palabras, sumado al impulso de la Iglesia, movido dócilmente por la gracia, porque lo reciban de ti directamente, o a través de las obras a las que entregues todo tu esfuerzo y tu vida...; Dios te necesita para que el fermento del Evangelio vaya transformando el mundo y se despierten del letargo tantas perezas, y se abran a la generosidad tantos egoísmos, y se rectifiquen tantas actitudes y se conozcan mejor las ideas, las "palabras de vida" que {3 (43)} salieron de la boca del Señor, para que los que digan tener fe, no se limiten a profesarla con los labios sin llevarla a la vida; para que tantos sabios de las cosas de este mundo, no sigan ignorantes de las de Dios; para que Dios y la Iglesia no sean utilizados, sino amados y servidos, para que venga el reino de Dios, ese que no es ni se confunde con los reinos de este mundo.
Si lograras pensar y desear todo esto olvidándote de ti mismo, puedes pensar fundadamente, también, que le aprovechas a Dios, que cuenta contigo, para todas esas cosas grandes, hermosas y santas que hay que hacer, sin reclamar sueldos al consuelo o a la vanidad; resignándote a que te crezca el amor, día a día, más limpio y más grande. Un amor que ni el mundo o los hombres pueden dar ni, muy a menudo, entender.
*** Si te decides —ni el Señor, ni la Iglesia fuerzan a nadie—, en el mismo momento en que te propones seguir a Cristo con una entrega verdaderamente total, olvídate de que Él te necesita y hasta olvídate de proyectar las cosas que vas a hacer por El. Piensa, más bien, que eres tú quien le necesitas, que eres tú a quien has de permitir que se te haga el bien, y abre los ojos de la fe para reconocer ese bien que recibes.
Y asimílalo, sin demasiados cálculos, pero con la humildad de un gran espíritu de pobreza: con esa necesidad de que Dios te lleve y te vaya transformando. Una necesidad que se hace "hambre y sed" del alma. Y luego no cuentes ni juzgues lo que vale o lo que sirve lo mucho o lo poquísimo que aciertes a hacer. Porque, en realidad, no vas a hacer, sino a hacerte. Deja que Dios te moldee. Lo contrario sería "jugar a apostolados". El apostolado no es computable por estadísticas. El apostolado es imitación de la vida de Cristo llevando a la tuya el Evangelio.
Otras ideas sensualizan, industrializan o convierten en reino del mundo lo que es reino de Dios. Son profanaciones del Evangelio.
En realidad, la verdad más profunda, es que sirves para lo que Dios te necesita si descubres que tú le necesitas. Antes que nada Él te llama a una transformación, a que apures todo lo posible las exigencias de tu bautismo:
sin esta convicción profunda, durarías poco tiempo en el camino que emprenderías. Porque no es un camino de aventuras, sino una vida.
Una vida que enriquece, día a día, el corazón; una vida en la que crece incesantemente la libertad del alma, sincera, abierta a la verdad; una vida caminando hacia la verdad completa.
Y un camino, ciertamente abnegado, pero que ya tiene gusto de llegada.
De una estadística, hecha en 1952, se llegó a esta conclusión en cuanto a la procedencia de las vocaciones, en función de la situación económica de las respectivas familias: procedían de familias:
ricas, el 0’8 por ciento,
acomodadas, el 13’5 » »
situación media, el 60'5 » »
pobres, el 17'2 » »
míseros, el 3’2 » »
Las reflexiones brotan espontáneamente.
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3. AFIRMACIONES CONCILIARES (L. G., cap. VI)
Los consejos evangélicos (castidad, pobreza, obediencia), fundados en las palabras y los ejemplos del Señor y recomendados por los apóstoles, son un DON divino que la Iglesia recibió del Señor.
La autoridad de la Iglesia no impone a nadie la profesión de estos consejos, pero interpreta y regula su práctica.
Las diversas familias religiosas que profesan la vida de perfección, ofrecen a sus miembros todas las condiciones para una mayor ESTABILIDAD en su modo de vida, una DOCTRINA EXPERIMENTADA para conseguir la perfección, una COMUNDAD FRATERNA en la milicia de Cristo y una LIBERTAD mejorada por la obediencia, para avanzar en la vida de amor con espíritu gozoso.
Accesible al clero y a los laicos, es el GOCE DE UN DON particular para contribuir a la misión salvífica de la Iglesia.
Es una ENTREGA TOTAL AL SERVICIO DE DIOS para conseguir un fruto más abundante de la gracia bautismal.
Es una LIBERACION de los impedimentos que podrían apagar el fervor de la caridad y la realización perfecta del culto divino.
La profesión de los consejos evangélicos UNE DE MANERA ESPECIAL con la Iglesia y su ministerio.
De ahí el deber de la ORACION y del TRABAJO para implantar en las almas al reino de Dios.
La profesión de los consejos evangélicos es una SEÑAL para ayudar a los demás cristianos a cumplir sus deberes.
Es una MANIFESTACION ANTICIPADA de los bienes del cielo; es un TESTIMONIO de la vida nueva y eterna conseguida por Cristo; un PREANUNCIO de la resurrección futura; una IMITACION más aproximada de la forma de vida que escogió el Hijo de Dios al venir al mundo y que propuso a los que quisieran seguirle.
Pone a la vista de todos la ELEVACION del Reino de Dios sobre todo lo terreno.
Pertenece, de manera inseparable, a la misma VIDA Y SANTIDAD de la Iglesia.
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4. EL MATRIMONIO Y EL CELIBATO
En relación con el tema vocacional, pueden ayudar a clarificar conceptos y decisiones algunos de los párrafos que publicaba, hace poco, "La Croix", de Paris, firmados por Paul Chauchard, y que seleccionamos del siguiente modo.
El celibato, libremente escogido, supone que aquellos que prefieren el matrimonio, no se casan para escapar del celibato. También el matrimonio debería descansar sobre una "vocación", que es menos común de lo que imaginamos.
El que no esté seguro en el celibato corre el peligro de no estarlo tampoco en el matrimonio, y de llegar a la separación y al divorcio.
Cuando un adulto, que lo es verdaderamente, siente que le asalta la duda de si se ha equivocado en su celibato o en el matrimonio, debe aprender a asumir libremente aquello que se ha impuesto. En esto está la verdadera libertad humana: no en la fantasía caprichosa de hacer lo que sea, persiguiendo un equilibrio que jamás se encuentra, porque la equivocación está en pretender realizarlo buscándolo fuera y no en uno mismo, que es donde debería.
El verdadero célibe no entiende su estado como apoyándose en una actitud negativa, sino todo lo contrario: si ha renunciado al matrimonio y a la familia, es precisamente para estar más disponible en las relaciones viriles y paternales o femeninas y maternales. Y convertirse, de esta manera, en testigo y ejemplo del verdadero amor en un mundo que quita valor al amor y lo confunde con la sensualidad. Lo que Dios ha querido es el diálogo del masculino y del femenino, de lo que la pareja conyugal no es más que un caso particular.
Valorizar de este modo el celibato es mostrar que la situación normal de la pareja exige renuncias: renuncia, en ciertos momentos, al servicio del amor; renuncia a la sensualidad, cosa que es más difícil que en el celibato; renuncia, sobre todo, para una caritativa disponibilidad total, porque hay que dedicar el tiempo al otro y a los hijos.
No se puede tener un concepto justo del matrimonio sin tenerlo también del celibato. No se puede llegar a este concepto para uno y otro estado, sin aprender a controlarse desde la adolescencia, y prepararse así para la libertad de la opción y para un equilibrio de vida tanto si es elegido el matrimonio como si se decide el celibato. No debe ser casarse, simplemente, porque no se puede guardar la continencia. ¿Qué matrimonio resultaría?..
No olvidemos que el ideal monogámico fue presentado por Cristo al mismo tiempo que el celibato cuyo aspecto positivo señaló: "... por el reino de los cielos" (Mateo, 19, 12).
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5. Las cartas del Papa Juan a sus familiares
Recogida y prologado por mons. Loris Capovilla —que fue su fiel Secretario—, se ha publicado, en Italia, la correspondencia del Papa Juan XXIII a sus familiares, y se anuncia, también, su próxima aparición vertida al castellano. Tendrá, sin duda, una acogida parecida a la del DIARIO DEL ALMA, y constituye otro documento para penetrar en el espíritu de este gran hombre de Dios que ha marcado proféticamente el camino de la Iglesia de nuestros días.
El amor a los suyos, su espíritu evangélico, su fidelidad a la Iglesia, fluyen con sencillez y sinceridad en cada una de sus páginas.
Ofrecemos el anticipo de unos breves fragmentos de las mismas.
SU PRIMERA CARTA DE SEMINARISTA ROMANO
Roma, 12 de enero de 1901.
Queridísimos familiares:
A buen seguro que hace tiempo que esperáis noticias mías. El Señor no podía bendecirme más de cuanto lo ha hecho... La acogida que me hicieron apenas llegado a Roma está por encima de todo elogio, y el afecto y lo que me quieren los Superiores. He encontrado excelentes compañeros con los que ya me he hecho tan amigo, que puedo considerarme casi como de los antiguos en el Seminario. Tengo una habitación para mí solo, en la que la cama, a decir verdad, es algo dura, pero que me hará mucho bien, y tengo todas estas comodidades: cómoda, mesa, sillón, estantería para los libros, lavabo, etc. La clase y el estudio no me causan fastidio alguno; más bien me resultan agradables.
También en lo que respecta a la piedad aquí pueden hacerse las cosas muy bien...
RECIEN ORDENADO SACERDOTE
Roma, 1 de enero de 1905.
Amadísima madre:
Siento inmensamente que usted haya podido dudar ni siquiera por un momento de mi amor por usted. Después de Dios, después de las cosas del cielo, ¿cuál es la persona más querida que yo tengo sobre la tierra, sino usted?
{7 (47)} Aunque yo fuese papa, usted sería siempre para mí la más grande mujer de este mundo...
CONCIENCIA CRISTIANA FRENTE AL FASCISMO
Roma, 4 de abril de 1924.
Mis queridos padres y hermanos:
Hubiera podido ir a veros con ocasión de las elecciones: pero, a deciros la verdad, prefiero no moverme, por varias razones que también vosotros comprenderéis. Votar por los fascistas no me lo consiente mi conciencia de cristiano y de sacerdote. Cada uno es dueño de pensar lo que quiera. Veremos al final quién lleva razón; vosotros hacer como os parezca. Mi consejo sería éste:
dar el voto a la lista popular, si hay libertad de votación. Si por el contrario existe el peligro de complicaciones, quedaros en casa y dejar que el mundo vaya como quiera. Podéis estar seguros de una cosa: que la salvación de Italia no puede venir por medio de Mussolini, por más ingenio que tenga. Sus fines quizá sean buenos y rectos, pero los medios empleados son inicuos y contrarios a la ley del Evangelio. Por consecuencia, quien viva verá...
REPRESENTANTE PONTIFICIO EN BULGARIA
Sofía, 7 de febrero de 1928.
Mis queridos primos:
He tenido que ir a Filipópolis, una ciudad a 5 horas de tren desde Sofía, por causa de un incendio que destruyó completamente la gran casa de los sacerdotes. Apenas llegado leo la noticia de la muerte de vuestra venerada madre y querida tia mía, Ancila.
Podéis muy bien imaginar qué sorprendido y dolorido he quedado. He pensado en seguida en vosotros y en mi padre, que pierde así a la única hermana que tenía. Y he comenzado a rezar:
De veras os doy mi pésame...
Pero viendo las cosas de aquí abajo a la luz de la fe, tenéis razones para consolaros. El Señor os ha dejado disfrutar de su compañía durante mucho tiempo; pudo asistir hasta lo último a su marido y seguir todavía mucho tiempo para repetir las buenas enseñanzas cristianas, que serán un gran tesoro para toda la familia.
En cuanto a su alma sólo merece envidia de nuestra parte. Ella está ahora contenta, sonriente y alegre como nunca lo estuvo sobre la tierra: ahora saborea todos los méritos de los muchos dolores soportados en la tierra. Todas las tribulaciones, las penas, las preocupaciones han pasado... Y se encuentra en condiciones de ayudar a su familia más que antes...
Yo recordaré siempre el amor que me mostró desde cuando, siendo todavía {8 (48)} niño de unos diez años, me llevaba adentro de la viña, hasta la escalera, para darme con gran secreto diez o veinte céntimos mientras me prometía que siempre rezaría por mí a la Virgen de Caneve, hasta el último día de mis vacaciones en Sotto il Monte, cuando asistió a mi Misa, precisamente en Caneve, comulgó con tía Catalina y luego se dejó fotografiar junto conmigo. Y ahora estoy muy contento de conservar el recuerdo de aquel último encuentro que tuvimos sobre la tierra.
¡Oh, la alegría de aquel día, en que volveremos a encontrarnos en los cielos, y ya no harán falta fotografías, porque nos veremos todos juntos en la luz del Señor, eternamente!
NUNCIO EN FRANCIA
Orleans, 7 de mayo de 1952.
Mi queridísima sobrina, sor Josefina Roncalli:
Me he retirado aquí, en las tierras del Loira.
Yo te acompaño profundamente en tu alegría, en tus incertidumbres y en alguna que otra inquietud. Todos en nuestra vida hemos pasado y pasamos por ahí. A veces el cansancio, la misma 1.0sotonia de las ocupaciones repetidas nos dan la impresión de que se apaga nuestro fervor espiritual, Pero mientras nuestra voluntad sea fuerte, mientras reine el amor de Jesús en nuestros corazones y exista el deseo de hacer e interpretar en todo la voluntad divina más bien que la nuestra, no tenemos nada que temer... No es nada. Un acto de abandono en Dios, como yo te dije, como veo que te esfuerzas en hacer; abrirte a tu excelente Superiora, volver a tus ocupaciones ordinarias, y todo se habrá pasado.
... Querida sor Ángela, puede ser que alguna vez oigas palabras elogiosas de tu tío. Al menos son exageradas. Pero si hay algo de verdad en ellas, todo proviene de la respuesta del Señor a mi esfuerzo y a mi búsqueda de sencillez y de humildad absoluta. Y de la voluntad de Dios, no de la mía.
Entre las grandezas de este mundo, en medio de las cuales me encuentro, No sé cómo ni por qué, aprecio cada vez más la modestia y la pobreza, no menos que el respeto y el amor de Dios como tiene nuestra gente de Sotto il Monte, de donde el Señor ha querido sacarnos a ti, a mí y a tus sobrinos de la Gerola. Animo y adelante. Estamos en el buen camino.
Mi salud es buena. Ciertamente envejezco en años y en el aspecto. Pero ésta es una bendición del Señor: vivir mucho tiempo para trabajar por la santa Iglesia conservando la juventud del Espíritu.
{9 (49)}
LOS HONORES NO VALEN NADA
París, 30 de noviembre de 1952.
Mis queridos hermanas, hermanos, sobrinos y parientes:
Como veis, ciertas noticias se propagan rápidamente sin que les dé tiempo a los interesados para anunciarlo. Es verdad: mi pobre nombre ocupa un lugar en la lista para nuevos cardenales...
Aceptadlo con sencillez y humildad, como hago yo también. Ni aun el ser cardenal sirve de nada si no está ordenado para nuestra santificación. Este fue el camino que recorrieron el santo Padre Pio X, ahora beato, y el cardenal Ferrari, que quizá también lo sea dentro de poco. Seguir estas huellas en la vida es lo que vale; lo demás, es decir, la púrpura, honores mundanos, satisfacciones de la tierra, no vale absolutamente nada.
Os recomiendo a todos vosotros sencillez y reserva absolutas. Especialmente libraros de los periodistas: aun los mejores son indiscretos, incluso con buena intención. Ya saben bastante de mí sin que les digáis más cosas.
"PERTENEZCO AL MUNDO"
Roma, 15 de agosto de 1959.
Querida sobrina Enrica:
Os perdono de todo corazón por no haberos dejado ver durante todos estos largos años. He terminado por no pertenecer casi a nadie, y a la vez pertenezco al mundo entero. El Señor, en su gran bondad, ha querido servirse de mi humilde persona para grandes cosas. Debo servirle lo mejor que pueda.
Con independencia de las creencias e ideologías de cuantos se dedican a la información, es inmoral —entre cristianos es pecado— la actitud que tiende a seleccionar y destacar las noticias, verdaderas o menos verdaderas, que contribuyen a la difamación de la Iglesia y de sus ministros. Tales informadores harían muy bien en ocuparse, imparcialmente, de aquellos asuntos profanos y civiles que son de su competencia.
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6. La «Gaudium et spes» y el Cardenal Tabera
De su última pastoral, que nuestros lectores pueden encontrar publicada en la integridad de su texto en el Boletín de la archidiócesis de Pamplona, nos limitamos a reproducir, únicamente, las palabras que él mismo cita de los números 41, 43, 58, 74, 75 76 y 87 de la constitución conciliar "Gaudium et spes" De paso alude, también, a los números 27, 59 y 73. La carta pastoral —que es un ejemplo de fidelidad a los principios doctrinales de la Iglesia— discurre sobre el entramado de las palabras del Concilio.
Hay en el hombre moderno una conciencia y una afirmación cada día más aguda de la dignidad de la persona humana y de sus derechos, y la Iglesia, en virtud del Evangelio a ella confiado, proclama y estima en mucho el dinamismo con que en todas las partes se promocionan tales derechos.
*** Los seglares pueden esperar de sus sacerdotes orientación e impulso, sin que puedan pensar que sus pastores están en condiciones de poder dar inmediatamente solución a todas las cuestiones graves que surjan: no es ésta su misión.
*** La Iglesia, por razones de su misión y competencia, ni se confunde en modo alguno con la comunidad política, ni está ligada a sistema político alguno.
*** Es de justicia que la Iglesia pueda, en todo momento y en todas partes, dar su juicio, incluso sobre materias referentes al orden público cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona, {11 (51)} Sólo dentro de una ordenación legítimamente establecida y respetada por todos (gobernantes y gobernados), es posible el ejercicio de las libertades.
*** Esto exige que el ejercicio de la autoridad política pueda realizarse según un orden legítimamente instituido o por instituir, que establezca la protección eficaz e independiente, el reconocimiento, el respeto y la promoción de los derechos de las personas, de las familias y de las asociaciones y, al mismo tiempo, los deberes cívicos de cada uno.
*** Los ciudadanos han de estar informados, con garantía de verdad, acerca de los acontecimientos públicos y sobre la situación y las necesidades del país.
Del mismo modo que Cristo tuvo más éxito cuando curaba enfermos o multiplicaba panes, que cuando proponía la abnegación de sí mismo, la conversión de corazón, el «nacer de nuevo», ha sucedido siempre que, el mundo, ha alabado o tolerado que otros abracen la vida evangélica, según el beneficio temporal que le reporte la actividad de los consagrados a ella.
Su egoísmo le ha llevado a olvidarse de lo principal:
que los que profesan la vida evangélica se esfuerzan en imitar la misma vida del Señor para que ellos mismos y todos los hombres amen la vida en el tiempo, no como un término, sino como una oportunidad maravillosa para entrenarse y prepararse a la eterna bienaventuranza.
{12 (52)}
7. UN CONCILIO PASTORAL CIMENTADO SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La aparición en España, de dos ediciones simultáneas del famoso Catecismo holandés, coincidiendo con el Día del Libro, nos sugiere la oportunidad de transcribir el siguiente artículo de André Vimeux, publicado en Témoignage chrétien del 16 de enero de 1969.
"Cardenal Alfrink; su posición ante Roma, ¿no se parece más bien a la de Dubcek frente a Moscú?" Así apostrofaba una joven delegada, en uso de la palabra, a pocos pasos de distancia del arzobispo de Utrecht, en el concilio pastoral de la Iglesia holandesa, que se celebró del 5 al 8 de enero, en Noordwijkerhout (a unos treinta kilómetros al norte de La Haya). Por sí solas estas palabras ponen de relieve la libertad de expresión que ha campeado en las sesiones. No fueron pronunciadas entre dientes, en el auditórium del colegio diocesano "Leeurwenhorst", donde 109 delegados con derecho a voto (64 laicos, de los cuales 29 eran mujeres, 4 religiosas, 2 hermanos legos, 30 sacerdotes y los nueve obispos), asistidos por expertos y en presencia de invitados y de observadores no católicos, a los que era permitido tomar parte en los debates, han discutido largamente las "recomendaciones pastorales" presentadas después de tres ponencias sobre: la actitud moral del cristiano en el mundo; el matrimonio y la familia, las condiciones necesarias para el desarrollo de la juventud.
¿UN CONCILIO O UN CONSEJO?
Para esta tercera asamblea plenaria del Concilio pastoral holandés, los periodistas son tan numerosos como los delegados: son holandeses, pero también extranjeros, franceses, alemanes, belgas... Ante tal muestra de interés por estar al corriente de lo que pasa en la Iglesia holandesa, no es rara una situación entre halagadora e incómoda. Porque por más que sea cierto que los holandeses viven una experiencia original, no quisieran aparecer, ante el mundo, como si intentaran dar lecciones a la Iglesia universal. Y puesto que, en último término, es preferible que la resonancia recogida por la prensa internacional, sea lo más fiel posible —sin deformaciones, ni amplificaciones—, se ha proporcionado a cada grupo lingüístico algunos intérpretes alrededor de los cuales se agrupan, más o menos, los periodistas.
La técnica usada en las discusiones desconcierta un poco. Las tres ponencias {13 (53)} básicas estudiadas en las diferentes diócesis han dado pie a la redacción, por comisiones especializadas, de las "recomendaciones pastorales" que han sufrido numerosas modificaciones durante los debates. Tanto es así, que el texto discutido y aceptado resulta sensiblemente distinto del establecido inicialmente por el ponente.
Para poder comprender la originalidad del Concilio holandés, es preciso prescindir  de un espíritu excesivamente cartesiano. La asamblea de Noordwijkerhout no tiene por objeto tomar decisiones. En este sentido, el paralelo que pudiera establecerse entre este tipo de asamblea y, por ejemplo, un sínodo protestante, es falso. La misma palabra "Concilio", mantenida en la terminología de los participantes, es cuidadosamente evitada por el cardenal Alfrink, que la substituye por la de "Consejo", más limitativa.
No como un organismo para tomar decisiones, sino como un órgano de reflexión y profundización, el Concilio pastoral se esfuerza, sin tabú alguno, en expresar su parecer sobre todo lo que preocupa, en el día de hoy, al cristiano holandés verdaderamente deseoso de vivir su fe.
Lo cual no significa que se realice sin dificultades, ciertamente que no, y no faltan delegados laicos que se levantan a preguntar, sin rodeos, y tal como lo facilita el clima de abierta franqueza que caracteriza a la Iglesia de Holanda, si los obispos están allí presentes sólo para registrar o tomar el pulso a la opinión común, pero conservando, finalmente, la última palabra a la hora de cerrar todas las discusiones.
Nada de eso. Los obispos participan con todos en la búsqueda y la reflexión, y aceptan con buen humor y simplicidad las interpelaciones de que son objeto.
Cada voto, levantando la mano, va precedido por la consulta de los obispos hecha del mismo modo. Y no es extraño que, como ocurre con la configuración de la sala, los obispos se dividan en muchas posiciones.
Si las opiniones más audaces se expresan libremente con calma y tolerancia, las minorías adictas a una concepción más tradicionalista de la Iglesia —y que allí han dado en llamarles "los inquietos"—, intervienen con la misma libertad y consiguen muchas veces que los textos admitidos sean modificados en un sentido más moderado.
Algunos —por ejemplo el padre Maltha, dominico—, discutirán la representatividad de la sala, la cual, aunque la cifra sea incontrolable y rehusada por los otros, viene a ser la imagen de un cuarenta por ciento de los católicos holandeses: los otros, la gente del campo, tienen una concepción mucho más tradicional.
LA "HUMANAE VITAE"
Pero, después de la "Humanae vitae", es evidente que el debate sobre el "matrimonio y la familia", es el que capta principalmente la atención. El cardenal Alfrink ha puesto en él toda la mesura de su agudeza y de su habilidad diplomática, puesto que, finalmente, el texto propuesto por los obispos será admitido {14 (54)} por la mayoría de la asamblea (100 votos favorables; 4 contrarios; 5 abstenciones). No ha pasado desapercibida la notable ausencia —seguramente intencionada— del internuncio, durante este debate: la faja morada y la sotana del represente de Roma aportaba una curiosa nota de anacronismo indumentario en este ambiente donde, cardenal y obispos, en "clergyman", no se diferencian demasiado de su clerecía.
La primera redacción del texto relativo a la "Humanae vitae" era contrario a la encíclica que calificaba de "inaceptable"; lo cual habría obligado a los obispos, por lo menos, a abstenerse de votar. El texto definitivo, no sin habilidad, dice así: "la asamblea plenaria solicita un dialogo ulterior con el episcopado mundial, el Papa, los matrimonios y los expertos, sobre un concepto cristiano del matrimonio que sea de nuestro tiempo". Por otra parte "la asamblea considera que los argumentos que suministra la encíclica para rehusar en absoluto los medios artificiales anticonceptivos, no son convincentes", y precisa que "conviene respetar los factores que determinan la decisión bien ponderada de la conciencia de los esposos".
La asamblea cree, pues, "que las discusiones sobre la vida del matrimonio no están cerradas". Por lo cual, en contra de los que deseaban que la asamblea se expresase de manera tajante contra la encíclica, ha prevalecido una posición más matizada que los obispos han aprobado unánimemente.
CRITICAS A LA PONENCIA SOBRE LA JUVENTUD
La ponencia sobre la juventud ha sido objeto de fuertes críticas. Lo ha reconocido  el mismo cardenal Alfrink: es necesario organizar el diálogo con los jóvenes. Una participación más efectiva de los jóvenes ha sido a diversos niveles del Concilio de pastoral de la Iglesia holandesa, del cual, en verdad, han estado demasiado alejados. Efectivamente, algunos delegados jóvenes (el más joven de todos tenía diecisiete años) forman parte de la sala; pero la edad media de la asamblea no baja de los cuarenta años. De todos modos, ya desde la primera sesión, se celebra una asamblea compuesta por jóvenes invitados, que se desenvuelve según la moda más pura de "Sorbona ocupada", con banderines, trompetas.
etc... bajo la mirada benevolente del cardenal Alfrink, mientras fuma tranquilamente su cigarro.
ENSAYAR "EXPERIENCIAS"
Otra noción poco habitual es la de la "experimentación". Un texto adoptado por unanimidad (pero sobre el cual el obispo de Roermond, Mons. Moors, de tendencia {15 (55)} conservadora, se abstendrá de pronunciarse) precisa que "cuando la situación no aparezca bastante madura para pronunciar un juicio, las autoridades eclesiásticas deben abstenerse de emitirlo como definitivo, para dejar abierta la posibilidad de ensayar experiencia". Esta fórmula, muy poco jurídica por cierto, facilita la posibilidad de un cierto número de pruebas y tanteos —por ejemplo litúrgicos— donde ello sea posible sin necesidad de que deriven de una ley general.
A pesar de que la cuestión del celibato eclesiástico no haya sido abordada, cabe imaginar que la tesis de la experimentación será defendida por algunos obispos holandeses, en el próximo sínodo, para obtener mayores posibilidades en favor de los episcopados nacionales, en lo relativo a la ordenación de hombres casados, o sobre las tareas pastorales que puedan confiarse a sacerdotes ya casados, EL CATECISMO: UN GUIA SEGURO {t} Y he aquí un último gesto, simbólico, de la asamblea reunida en Noordwijkerhout: expresar su parecer sobre el catecismo holandés (90 votos favorables; 2 contrarios; 7 abstenciones; los obispos no participaron en esta votación), y declarar que "en su forma original continúa siendo un guía seguro y digno de confianza". Esta fórmula, de la cual el cardenal Alfrink no ha disimulado "que gustaba" a los obispos en la medida en que les manifestaba confianza, evita, además, pronunciarse sobre las "adiciones" reclamadas por Roma. En cuanto a esto ha dicho el cardenal que "cuando se mira el catecismo sin prejuicios, se encuentra en él una expresión de fe cristiana. Pero que puede compararse con el código de circulación: siempre hay gente que quiere más señales de tráfico".
PRIMAVERA DE LA IGLESIA HOLANDESA
Durante mucho tiempo encerrada en sí misma, la Iglesia católica en Holanda, se despierta bruscamente en el mundo, sin perder ninguna de las precauciones que caracterizan el entramado, muchas veces lento y difícil, de otras iglesias europeas. Esta actitud de querer encararse con todos los problemas, de analizarlo  todo, a veces desconcierta. Pero es preciso decir a los que se irritan por ello, que por encima de nuestras prudencias seculares, actualmente se vive en los Países Bajos una experiencia que merece mucho más que una mirada escéptica.
Dios nos necesita; pero si antes nosotros nos damos cuenta que «necesitamos de Dios».
En general la Iglesia es como son los ojos de quien la mira.
El Señor ya dijo: «Si tu ojo es limpio...» Hay ojos sucios a los que daña la luz y por eso buscan las tinieblas.
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8. LA «ACCIÓN» DEL P. FERRER
"Alberto Oliveras, del equipo USTEDES SON FORMIDABLES, se halla gravemente enfermo en la India, con motivo de un viaje que está realizando allí con el padre Ferrer, con quien salió de Madrid el pasado día 28 de marzo". Esta noticia recogida de los periódicos, y el inmediato regreso del popular locutor a España, ha puesto otra vez, indirectamente, en primera plana la figura del famoso jesuita, cuya benéfica labor y consiguientes dificultades, son conocidas. Tal vez lo sea menos "su filosofía", o lo que el insigne benedictino, padre Mauro M. Boix, viene en llamar "paradojas elementales" y que tan bien expone en este artículo que reproducimos.
Oír hablar al padre Ferrer, que explica sus experiencias en la India, es encontrar otra vez, de alguna manera, las formas originarias del Evangelio. Al padre Ferrer le gusta hablar, sobre todo si se encuentra envuelto por un clima de interés y confianza. Su conversación en fluida, ligeramente vacilante a la hora de elegir ciertas palabras, inicialmente apoyadas en el inglés, mientras se desliza el amable buen humor del catalán despabilado, que ha conseguido superar múltiples situaciones, y las evoca con ojos vivos y palabra cordial, repasando sus increíbles incidencias. "Es de miedo", dice a menudo. "No os lo podéis imaginar:
es como una novela". Y el ancho gesto de sus brazos, siempre activos, ponderativos, enmarca las pequeñas pausas del relato en unos silencios breves, vibrantes, envueltos en la sonrisa de una manifiesta, juguetona, complacencia. Contemplamos al hombre acostumbrado a actuar en función de multitudes, que es consciente de su propia popularidad y siente el gozo espiritual de sentirse llamado, él solo, entre amigos y enemigos, encumbrados a bajos, desvalidos o poderosos, a ser, como Jesucristo, un signo de contradicción. Porque, en el fondo de todo está, firmemente, sencillamente, el cristiano.
El padre Ferrer os advierte, desde un principio, que él "ha repensado la teología". Sobre todo desde el momento que la teología no son los libros, sino la vida. Y en concreto, la acción, el acontecimiento. Su estimación entusiasta, totalmente vital, casi mística, del acontecer, como a suceso divino de la existencia, os conduce fácilmente a pensar en otro jesuita, sumamente discutido. Al padre Teilhard de Chardin le gustaba tomar la idea de un geólogo, Pierre Termier, cuando decía que "el acontecer es adorable", y lo glosaba así en una carta: "porque tiene el privilegio de ser la forma tomada por la Realidad que nace".
En el principio era la acción, han proclamado modernamente muchos autores, desde Fausto hasta nuestros días, como si enmendaran la frase inicial del evangelio de San Juan, pero en realidad apoyándose en ella, en tanto que la {17 (57)} Palabra de Dios es esencialmente Acción. También el padre Ferrer, que ha repensado en la actividad de la vida los viejos libros de su formación sacerdotal, la teología de acción: que no se hace con palabras, conceptualmente, sino con las obras. En el acontecer de la vida se nos manifiesta la acción de Dios, pero esta sobre todo es manifestada, participada, por la acción del hombre.
Propiamente, esta acción, humana, divina, no es más que una: el amor. Actuamos verdaderamente sobre los demás, sólo cuando les ayudamos a descubrir el amor fraterno de hombre a hombre, cuando los ponemos en el camino de amar a todos como a hermanos.
"Los hombres somos hermanos, pero no lo somos", concreta el padre Ferrer con una de sus frecuentes paradojas. Continuamos también por ahí en los orígenes del Evangelio. La fraternidad entre todos es fundamental, esencial, "ontológica", puntualiza el padre Ferrer. Pero de hecho no la vivimos. Es preciso actuarla. Los hombres no somos hermanos porque, en realidad, no llegamos a ser hombres. La concepción sorprendente, formulada como una paradoja con regusto de contrasentido evangélico, es que no hemos de hacernos primero hombres para acabar siendo hermanos, sino que solamente actuando como hermanos llegaremos a ser hombres. De rechazo, al ser realmente hombres nos convertiremos más plenamente en hermanos.
NO SE TRATA DE RECIBIR, SINO DE DAR
La acción que hermana, la acción propiamente fraterna, es dar. El egoísmo que se encierra en sí mismo ignorando a los demás, busca solamente recibir. En cambio, tratamos al otro como a un hermano, cuando nos abrimos a él, cuando le damos algo con el propósito de ayudarle.
Y reaparecen los contrasentidos: El que solamente desea recibir, el egoísta, es pobre, porque siempre quiere más y, naturalmente, siempre echa de menos algo.
En cambio, el que da es rico, porque aprende a desprenderse de las propias apetencias y, cuanto más da, más liberado se siente; en el bien del otro, y no en el bien egoísta, encuentra el propio bien.
Estas son, más o menos bien expresadas, las paradojas elementales que han desencadenado la acción del padre Ferrer en la India. Está claro que no se trata de imitar a los ermitaños de aquella primitiva colonia, empleados en pasarse sucesivamente, de unos a otros, para mejor gozo del vecino, un racimo de uvas que alguien había traído, hasta que, terminada la vuelta, era recuperado por el primero, que había iniciado la vuelta, al recibir el obsequio. De lo que se trata en realidad es de potenciar los recursos materiales y morales del conjunto, mientras se constituye entre los miembros una cadena de solidaridad fraterna. La generosidad de cada uno hará mayor el beneficio de todos.
Ya es conocido el procedimiento puesto en práctica por el padre Ferrer: los pozos. Facilitar un pozo a un hombre, a una familia, significa darles el impulso {18 (58)} inicial para levantar el propio nivel de vida y hacerles capaces de proporcionar otro pozo a otro hombre, a otra familia.
Puede decirse que el clásico do ut des, bilateral, del mercantilismo egoísta, queda proyectado linealmente hacia fuera, siempre en vistas a un tercero: "te doy para que puedas dar".
UN MILAGRO
Es así como, una y otra vez, el padre Ferrer ha hecho "el milagro", como dice él mismo, de convertir en económicamente prósperas a familias y regiones enteras, en beneficio también del desarrollo general del país. Su "milagro" económico, precisa aún el padre Ferrer, consiste simplemente en tener en cuenta un factor generalmente infravalorado en los libros de economía: el espíritu. Es decir, el hombre impulsado por el espíritu, el hombre convertido de verdad en hombre por el espíritu de hermano.
APOSTOL DE JESUCRISTO
Ante los hindúes, por naturaleza muy desinteresados, los misioneros cristianos aparecen demasiado preocupados en hacer proselitismo, conversiones, estadísticas bautismales. Parece como si trabajasen más bien en vistas al éxito apostólico que interesados en hacer el bien a los propios del país. El padre Ferrer se ha sentido siempre fuertemente impresionado por todos los que se lo han recordado. De donde su atención tan señalada por una base material, Ahora contempla con gozo que su actuación misional, más bien de misión que de misiones, más de aproximación humana y de diálogo, que de conquista, ha sido apoyada por el Concilio —que por otra parte es solamente un punto de partida— y por la doctrina de Pablo VI sobre la evangelización de los pueblos subdesarrollados, Es necesario darse realmente, humildemente, de hombre a hombre, en la máxima generosidad de un contacto recíproco, sin otros títulos que el de ser apóstol, no de una civilización bimilenaria, en verdad defectuosa, sino del hombre divino que se ha entregado él mismo para todos. Todos podemos vivir participando de su generosidad. La fe en él nos hace máximamente hermanos. Dispuestos a dar también la vida por los demás. Sirviéndoles. Hasta donde sea preciso. Tal vez hasta morir. El apóstol siente siempre la tentación, el anhelo de ser mártir.
VOLVER A EMPEZAR
Cuando la acción del padre Ferrer, al cabo de años, hizo sentir su influjo no {19 (59)} solamente en la tierra baja de los descastados, sino también entre los miembros de las castas, surgió el enfrentamiento con el hinduismo oficial. La expulsión, las protestas multitudinarias, las gestiones insospechadas a altos niveles. Finalmente, hace bien poco, le ha sido permitido volver a la India; pero a un territorio diferente del primitivo. El padre Ferrer confiesa su alegría al verse tan absolutamente pobre. Y no solamente porque tenía que volver a empezar de nuevo, Sentía, además, como los ojos de todos estaban puestos en él, con una mirada de exigencia cargada de recelo, vaticinando fracasos. Amigos y enemigos. Por razones diferentes, pero coincidentes.
AYUDA FRATERNA
El filósofo Lavelle escribía que "el mayor bien que podemos hacer a los demás, no es entregarles nuestra riqueza, sino descubrirles la suya propia", aunque con estas palabras no era bastante preciso, bastante completo. Porque, en realidad, la mejor manera de revelar a los otros su riqueza puede ser, precisamente, comunicándoles la nuestra.
La acción del padre Ferrer en la India, con un designio misionero llevado a la raíz de la conciencia fraterna, mediante unos procedimientos de realismo muy concreto, no es más, a fin de cuentas, que una proyección, a nivel muy amplio y elevado, de nuestro antiguo espíritu gremial, de cálida hermandad... Se trata de que cada uno afirme su derecho y su deber de ser lo que es y lo que ha de ser, para ayudar de verdad a los demás a ser lo que son. En todos los campos, idílicos o crispados, de nuestra vida de hombres, Mejor dicho, de hermanos. Para una acción efectiva como la de este hombre que ha hecho tanto ruido y tanto trabajo en la India.