BOLETIN
DEL ORATORIO ALBACETE |
N.°
91. DICIEMBRE. 1970. |
1.
CREER EN EL HOMBRE |
Lo
difícil, de la fe cristiana, no es creer en la divinidad de Cristo, aceptarle
como Dios; sobre todo si esta fe no supusiera algo más que la adhesión a una
idea, o conjunto de ideas meramente especulativas o que, a lo sumo,
inspiraran solamente algunas normas de moral interior, personal,
estereotipada, aséptica, sin más valor o proyección exterior que el
simbólico. Una fe de tal género, no pasaría de constituir el simple
desarrollo, hacia dentro, de otra dimensión egoísta; pero nada más. No sería
la fe cristiana. |
La
fe cristiana es creer en Cristo. Y Cristo es el Hombre-Dios. Imposible
aceptarlo como Dios y no seguirlo en su compromiso de hombre. El bautismo del
cristiano sería una mentira si descansaba sobre una fe en la divinidad y
excluía lo humano de Cristo, o lo diluía y confundía en la sublimidad de una
absorción. Ya, desde el principio del cristianismo, no faltaron los herejes
que se perdieron en tales desviaciones... Desviaciones que han ido
rebrotando, a través de la historia, y que es posible descubrirlas también en
nuestros tiempos y que, so pretexto de espiritualidad, quisieran un
cristianismo muy interior, divinizante, celestial, inhibido, que podría obrar
en las conciencias como tranquilizante y, en la sociedad, a lo sumo, como
decoración. Pero esto equivaldría a suponer que la vida es una estupidez y
que el cristianismo es una distracción. |
Precisamente
para que esto fuese menos posible, Dios se ha hecho hombre en Jesucristo y
por él nos traduce, en lenguaje humano, sus exigencias divinas. |
La
exigencia es renovar el mundo, es hacer el "hombre nuevo". Ahora.
Aquí. |
Evidentemente,
desde lo humano, desde lo que somos; con estilo divino, pro sin inhibiciones,
sin huidas. |
Y
eso es lo difícil. Difícil no solamente por la entrega que requiere en el
bautizado consciente y sincero, sino difícil, además, porque el mundo, con su
espíritu, no admite su realización y, a veces, ni siquiera su anuncio; salvo
que se {1 (73)} introduzcan correcciones equivalentes a esa inhibición
imposible en todo cristianismo auténtico, de compromiso universal, sin
recortes. Es decir, "encarnado". |
Cristo
murió, no porque había pasado noches en oración, sino porque se insirió en
una sociedad, por la que no pasó con indiferencia, a la que no fue
indiferente. Le acusaron de blasfemo, de que se hacía pasar por Dios; pero
tales acusaciones no habrían surgido ni se habrían utilizado, si él no
hubiese hecho y hablado palabras de sinceridad divina, que constituían una
denuncia para las mentiras y egoísmo s de los hombres. |
No
se complació en denunciar, aunque fueron terribles sus alegatos. Señaló el
mal para curar: anunció la verdad para iluminar. "Si fueseis de la
verdad aceptaríais mis palabras". Y otra vez: "Vosotros no sois del
mundo... No os extrañe si el mundo no os quiere". |
El
inició una corriente, al hacerse hombre y vivir entre los hombres. "Id a
los hombres... Enseñad". Si la Iglesia enmudeciera traicionaría a
Cristo. Cristo aquí, Cristo ahora. |
Esto
es lo difícil; pero esto es la verdad. La Iglesia, decía Bossuet, es la
extensión de la Encarnación a través del mundo. No solamente un recuerdo,
sino un compromiso que se transmite para obrar la renovación del mundo. Y se
transmite y se cumple por medio del hombre: "Vosotros enseñad a todos...
Lo que hagáis al más pequeño a mí lo hacéis". |
"Algo
debe valer el hombre, cuando Dios se hace hombre", exclamaba Tertuliano,
en el s. II. Dios ha creído en el hombre. El cristiano no puede desmentir a
Dios. El cristiano ha aceptado el compromiso de creer, hacer y proclamar, a
pesar de todo, siempre, a todos los hombres, hasta el fin de los tiempos,
abnegadamente, la fe en el hombre, en todo lo humano, respetable, amable,
porque Dios lo ha creado y, El mismo, se ha sembrado en el mundo, ungiéndolo
con su gracia. |
{2
(74)} |
2.
"LAUS" Y LA LEY DE PRENSA El artículo 24 de la vigente Ley de |
Prensa
e Imprenta, establece que "con independencia del carácter público del
Registro de Empresas Periodísticas, anualmente, para información de los
lectores, en las publicaciones periódicas se harán constar, en espacio
preferente, los nombres de las personas que constituyen sus órganos rectores,
los de los accionistas que posean una participación superior al diez por
ciento del patrimonio social, y una nota informativa de su situación
financiera". |
De
acuerdo con lo cual, y a la vista del también artículo 21 de la misma Ley,
declaramos desde este lugar: |
Que
según se reconoce en la Orden del Ministerio de Información y Turismo,
del 30 de marzo de 1967, el Boletín LAUS pertenece a la Congregación del
Oratorio de San Felipe Neri, como Empresa propietaria y editora, debidamente
inscrita en el Registro de Empresas Periodísticas. |
Que
los nombres de las personas que componen el equipo redactor que confecciona o
revisa los textos que en él se imprimen, son los siguientes: Ramón Mas,
Fernando Ugena, Miguel Abia; el primero como Director de la revista. |
Que
la revista se reparte gratuitamente y sus gastos se cubren con las
aportaciones espontáneas de los 42gos del Oratorio. La propaganda que a veces
figura en ella es totalmente desinteresada y obedece a fines solamente
apostólicos y al fomento de la información y de la cultura religiosa y
difusión de la buena Prensa, según la finalidad especificada en nuestros
Estatutos fundacionales. |
Esta
formalidad nos brinda la ocasión de agradecer a nuestros "amigos"
su simpatía y su ayuda material, no sólo porque hacer posible concretamente
nuestra modesta labor, sino todavía más por el aliento afectivo con que nos
acompañan. |
La
PAZ será palabra vana mientras no se funde sobre el orden basado en la
VERDAD, establecido de acuerdo con las normas de la JUSTICIA, sustentado y
henchido por el AMOR y realizado bajo los auspicios de la LIBERTAD. |
JUAN
XXIII |
{4
(76)} |
3.
EL CRISTIANISMO IMPOSIBLE |
"El
cristianismo imposible podría ser el subtítulo de la novela galardonada con
el premio Planeta de este año, "La cruz invertida", de Marcos
Anguinis. Más que novela podría decirse que es un "flash"
esperpéntico en el que, de una vez, se quieren decir muchas cosas
—¿demasiadas?— a propósito de América y a propósito del cristianismo, con
ritmo nuevo, rápido, iluminado y desgarrado por el clamor de tantos dolores,
vicios, perversiones, ignorancias, mentiras, opresiones, injusticias... y
esperanzas de aquel continente —¿sólo aquél?— crucificado. |
En
realidad no inventa el tema, pero lo hace redivivo, ahora que el mundo se
convulsiona, que se revoluciona la sociedad y que también entra en crisis el
cristianismo —o una forma de cristianismo— todo corteza e institución: la
cruz invertida. |
Esta
cruz que está en todo: moral, política, dinero –soportada, aprovechada,
prostituida– más influida que influyente... Por lo menos allí, por lo menos
desde allí. |
¿Será
verdad? ¿Es imposible el cristianismo? |
Este
es el gran tema, vivo, actualísimo. Del que cabe discutir la forma de
tratarlo, porque ciertas apresuradas simplificaciones de efecto instantáneo,
pueden desvirtuar, a la larga, la validez de la denuncia. Porque quiere ser
un clamor de denuncia y también un grito de esperanza. |
Hace
pocos días, en este mismo mes de diciembre, Concha Alós —otro premio Planeta,
en 1962— hablaba de la "novela reportaje". En nuestra época, la
narrativa se sitúa, con frecuencia, entre la historia y el periodismo: dice
en extensión y en parábola lo que no cabe en el periódico, y anticipa lo que
tendrá que tener presente el futuro historiador para interpretar nuestra
época. |
Nuestra
época... La de la "crisis del cristianismo". Porque el cristianismo
preocupa; en las zonas más agitadas no se sabe no se puede prescindir de él.
El cristianismo, tomado en serio, no admite indiferencias, e inquietará a los
más sinceros, en todo tiempo y lugar, cuando lo invoquen, no como una fórmula
que resuelva todos los problemas de la vida, sino como un espíritu —un
"fermento" activísimo— que conduce siempre a las exigencias más
universales y radicales de la generosidad y de la verdad. El cristianismo no
se entiende cuando no se busca y no se procura vivir así, o cuando no se hace
entender así. |
Para
nosotros el cristianismo —la Iglesia, si se prefiere— no es un sacerdote, ni
un obispo, ni mil obispos, ni cinco Papas... Es peligroso e inexacto reducir
el concepto de Iglesia a sólo la jerarquía. Iglesia y cristianismo debemos
suponer {5 (77)} que somos todos los bautizados: solamente así puede ser
contemplada, encaminada, "criticada", renovada; no puede ser ni
comprendida, ni menos juzgada desde la irresponsabilidad. Allí donde no se dé
esa capacidad de responsabilidad no vale ni el bautismo. De acuerdo que pueda
haber grandes colectividades nominalmente cristianas, prácticamente paganas,
más folklorizadas que evangelizadas... |
En
"La cruz invertida" se formula una denuncia válida, pero nos parece
que se restringe el concepto de cristianismo y de Iglesia. Aunque pensamos
que desemboca en una esperanza inédita, incontaminada por el fracaso
anecdótico. |
Vemos
que una vez más —mitificado o maldito— no se sabe prescindir de la figura del
sacerdote en la literatura. Y preguntamos: ¿para denunciar cualquier
pseudo-cristianismo histórico, no pierde universalidad la denuncia si se
carga el énfasis en lo clerical, que es sólo un aspecto, aunque
significativo? |
Marcos
Anguinis idealiza, sin duda, en su héroe Carlos Samuel, al sacerdote
colombiano Camilo Torres, que constituye, en América por lo menos, todo un
símbolo y un testimonio, a pesar del mito, por un lado, y de las
denigraciones, por otro. |
Identificarlo
con Cristo, el grande, divino, sublime fracasado, no nos parece ninguna
irreverencia: el Cristo místico sigue creciendo en el mundo, purificándose,
padeciendo. |
Pero,
¿este sufrimiento es absurdo? ¿Permanece en la apariencia constante del
fracaso, inevitablemente?.. Es decir: ¿el cristianismo es imposible? ¿Por
qué? |
¿Es
que encierra exigencias utópicas? ¿Es que renuncia a sí mismo? ¿Es que se
ignora a sí mismo?.. |
En
el mundo, el cristianismo, reducido, no ha sido bastante eficaz. Pero: |
¿qué
es la eficacia? |
El
cristianismo, "domesticado por los poderosos, ha sido una mentira.
¿Pero: qué es la Verdad? |
(Preguntaríamos
nosotros: ¿qué es el cristianismo? El cristianismo, más allá de supuestos
fragmentarios, de afinidades simbólicas o apresuradas; no un cristianismo). |
El
marxismo no, ni con esa ductilidad marcusiana que se puede insinuar. |
El
marxismo es poco, ante el Evangelio. Ese sacerdote, el héroe para los
comunistas es un simulador y para los conservadores es un comunista".
Cuando en realidad, lo que sucede es que él y el otro sacerdote anciano
"decidieron asumir el Evangelio, aunque significara el martirio",
sencillamente. No fue, pues, para ellos, un fracaso, sino su identificación
con el Gran Mártir. |
El
cristianismo fue posible en ellos y, con más martirios, será, finalmente,
posible en el mundo. Lo que ocurre es que el cristianismo todavía no ha
comenzado — todavía no ha terminado. |
Hay
una visión introductoria: el pantano de oro, la cruz y la bota que han caído
en él, que se hunden... Pero "la cruz trabada a una bota en el fango de
oro, no era la cruz; en realidad era una espada sostenida por el extremo de
su hoja". |
{6
(78)} En realidad no era el cristianismo. |
Explicarlo,
ahora, llevaría muy lejos. Por eso Cristo ha de ser atado a más cruces, más
veces. Atado a cruces de oro; clavado a cruces de odio. |
Y
Cristo es América, y Cristo es cada hombre. |
¿Es
un mensaje amargo? |
¿Es
una denuncia humillante? |
¿O
es el clamor desesperado de una esperanza irreemplazable, todavía dolorosa? |
Sospechamos
que algo de eso quiere decirnos, desde un principio, el autor. |
|