BOLETIN
DEL ORATORIO ALBACETE. |
N.°
92. ENERO. 1971. |
1.
HISTORIA Y PERIODISMO |
Historia,
información, opinión pública, periodismo... He aquí unas palabras que no es
difícil relacionar, Hasta sería posible reducir a expresiones de simplicidad
elemental para dividir la reseña de la vida de la humanidad sobre la tierra,
en dos grandes espacios: el de la historia, cuando el periodismo solamente
podía ser historia, y el del periodismo, cuando la historia es periodismo. Es
decir, hasta la Revolución francesa, aproximadamente, y desde la Revolución
francesa. |
Es
evidente que, sin tomar su aceleración por un paroxismo, el mundo se mueve a
mayor velocidad desde 1789, a raíz, principalmente, de que las máquinas
colaboran a la actividad del hombre y de que éste, suma a su pulso acelerado,
una mentalidad más abierta a la revisión de todos los valores espirituales
que acepta o rechaza a través del tamiz crítico de su razón fuertemente
secularizada, todavía sin bastante serenidad que le recupere en medio del
torbellino técnico y crítico, en esta fase de superación humana que le toca
vivir. |
Saber,
conocer, estar informado, sopesar criterios, formar opinión, dialogar,
conjugar propósitos, empujar el mundo esperanzadamente... Esa tarea que ha
sido la de siempre, pero que ahora nos acucia con mil voces que ningún sueño
puede silenciar. |
En
el Renacimiento todavía, los precedentes del periodismo solamente podían
llamarse historia; los hechos tenían una vigencia perdurable. Así, César
Baronio, discípulo predilecto de San Felipe, y luego cardenal, podía compilar
sus Anales Eclesiásticos, en medio de una actividad que creía multiplicada
por la imprenta de que podía disponer en el mismo Oratorio romano, pero que
no era ni lejanamente comparable a la febril diligencia que John-Henry
Newman, tres siglos más tarde, emplearía en la redacción de los Tracts, que
darían origen al "Movimiento {1} de Oxford", en Inglaterra y más
tarde en la dirección del Rambler, en unas circunstancia en verdad críticas,
en las que le serían igualmente imprescindibles la valentía, la seguridad, el
tacto y el entusiasmo. Si más tarde Newman pudo ser calificado como "el
Cardenal de los gentiles", entonces era el campeón de la opinión pública
en la Iglesia de Inglaterra. |
Cuando
se habla de este celebre oratoriano, las miradas se suelen detener en su
preocupación por la problemática de la fe, que él, profundamente sincero,
nunca eludió y le condujo hasta la serenidad de una profunda lucidez pan vi
mismo y de un respeto absoluto para los demás. Pero cuando tantas
dificultades han encontrado los que han intentado calificar su obra,
debatiéndose entre lo adjetivos de historiador, o apologista, o teólogo...
tal vez acercándose a su temperamento, hubieran acertado si, sublimando la
nobleza de todo lo demás, la hubiesen compendiado en la de periodista, sin
temor a rebajar su talla, ciertamente eminente. |
En
el Oratorio, todavía hoy, como vigencia de aquella ejecutoria newmaniana nos
quedan, entre otros ejemplos, la meritoria misión de los Padres de la
Congregación de Leipzig, que poseen el único periódico católico —TAG DES
HERRN— legalmente autorizado en la Alemania Oriental e, igualmente, la única
editorial católica. Y en unas circunstancias totalmente diferentes, la labor
de los Padres del Oratorio de Roma que trabajan habitualmente en
L'OSSERVATORE ROMANO. Dos ejemplos para un símbolo. A un nivel más local,
pero entrañable, la relación de los Padres del Oratorio de Brescia con la
familia Montini —familia de periodistas— y el diario IL CITTADINO y la
editorial MORCELLIANA, cuya revista HUMANITAS fundó el Padre Bevilacquia,
luego cardenal. |
...
Desde Cesare Baronio, cuando el periodismo era historia, pasando por
John-Henry Newman, cuando la historia, inmediata y detallada, se ha hecho
periodismo. |
{2} |
2.
EL CUARTO PODER |
El
pasado mes de diciembre, una revista de Génova, publicaba una entrevista con
el arzobispo de aquella ciudad italiana, cardenal Siri, que titulaba "La
dictadura de la opinión". Realista, casi pesimista, el cardenal
lamentaba, entre otras muchas cosas, que el hombre actual se dejara
impresionar más por lo que tiene razón de utilidad, que por lo que tiene
razón de verdad; ello era posible gracias a una sensualización progresiva,
administrada técnicamente como una anestesia capaz de incapacitarle para las
superiores apetencias del espíritu, incluso entendido como realización
simplemente natural de la personalidad humana. "El hombre es considerado
como una pasividad pura y simple —decía el cardenal Siri—, indefinidamente
manipulable por medio de un eficaz sistema disimulado de persuasión". Y
añadía: "El mal está en que frente al orden de la verdad se opone, no ya
el del error, sino la dictadura de la opinión". Por esto, señalaba el
purpurado, toca a la Iglesia, especialmente llamada y comprometida para
defender la obra de Dios, denunciar el abuso que constituye tal situación, y
recordar y exigir que el hombre, puesto en el centro de la Creación visible,
sea respetado como criatura que lleva, en su espíritu inteligente y libre, la
imagen de su Hacedor. |
La
solicitud de la Iglesia por tales materias información, opinión pública,
medios de comunicación social... no es nueva, sino que corre paralela con el
mismo surgir y desarrollarse de la Prensa, la radio, el cine y la televisión:
medios que recogen y transmiten en la fluidez producida entre el mito y la
verdad, las tendencias emocionales y optativas que van de la masa a la
información o de la información a la masa; medios cuyo empleo exige, para su
honestidad, una constante revisión ética; medios, en fin, poderosísimos,
tanto que el mismo Papa Pablo VI, con ocasión de la 53 Semana Social de
Francia (julio de 1966), no dudaba en parangonarlos con los de la misma
autoridad civil cuando decía que "se ha llegado a hablar de la opinión
pública como del cuarto poder, junto a los poderes legislativo, ejecutivo y
judicial". Y añadía: "Cualquiera que sea la exactitud de esta
metáfora, destaca muy bien la realidad de este poder difuso que se ejerce al
margen de las instituciones y que permanece a nivel de la presión
moral". |
El
Decreto del Concilio Vaticano II sobre los Medios de Comunicación Social
nos suministra la más reciente doctrina positiva de la Iglesia sobre la
necesidad y el derecho de la información, sobre la libertad y sobre la
legitimidad directamente apostólica en el uso de tales medios, además de
exhortar "a todos los hombres de buena voluntad a que se esfuercen en
utilizarlos en bien de la sociedad humana" y para que "sea
glorificado el nombre del Señor". |
No
vamos a comentar, ni siquiera reproducir este Decreto conciliar, para
limitarnos i algunos textos pontificios, que fueron su antecedente o que se
han inspirado en él. |
{3}
En España, a la hora de reproducir textos y evocar figuras, sería preciso
referirse a Jaime Balmes y, más recientemente, al cardenal Ángel Herrera;
ambos por sus posiciones cristianas y precisamente por ello polemizadas al
salir en defensa no ya de lo que podría entenderse como "derechos de la
Iglesia" sino, más concretamente, de la defensa que ésta tiene el deber
de hacer frente a la verdad y al bien general de los hombres. Pero lo dejamos
para otra ocasión; bástenos, hoy, la adjunta antología de textos pontificios. |
3.
OPINIÓN SOBRE EL CONCORDATO |
Nadie
quisiera un concordato sorpresa.. Apresúrese a adquirir el n.° 766 de la
revista «VIDA NUEVA», lea su editorial y responda luego, conscientemente, a
las cuestiones fundamentales que plantea: |
1.ª
¿CONCORDATO SI, O CONCORDATO NO? |
2.ª
¿CONFESIONALIDAD DEL ESTADO? |
3.ª
¿INTERVENCION DEL ESTADO EN EL NOMBRAMIENTO DE OBISPOS? |
4.ª
¿APOYO ECONOMICO DEL ESTADO A LA IGLESIA? |
5.ª
¿PRIVILEGIO DEL FUERO A LOS CLERIGOS? |
6.ª
MATRIMONIO CANONICO Y CIVIL. |
7.ª
OBLIGATORIEDAD DE LA ENSEÑANZA CATOLICA. |
8.ª
FINANCIACION DE LAS ESCUELAS CATOLICAS. |
9.ª
AMBITO DE LA LIBERTAD DE LAS ASOCIACIONES CATÓLICAS. |
10.ª
LA IGLESIA Y LOS MEDIOS DE DIFUSION. |
El
próximo 15 de febrero los obispos españoles estudiarán la prevista revisión
de algunos puntos de concordato. ¿Qué piensa sobre estos puntos el pueblo
español? ¿Qué piensa usted?.. |
«También
le faltaría algo a la vida de la Iglesia si la opinión pública le faltase»,
observaba Pio XII (182 50), que añadía: «De que esto sea así no tienen que
admirarse sino aquellos que no conocen a la Iglesia o que la conocen mal». |
{4} |
4.
ANTOLOGÍA SOBRE LA INFORMACIÓN |
NECESIDAD
DE LA INFORMACIÓN |
El
primer postulado de la libertad es tener acceso a la verdad. |
Como
la experiencia ha probado frecuentemente, a la larga no se le sirve nunca al
bien con la desfiguración de los hechos. Al mundo no se le libertará del
cenagal de inhumanos sufrimientos e injusticias en que agoniza mientras la
sospecha, la desconfianza y ambiciones vergonzosas oculten la verdad a
aquellos que tienen derecho a conocerla para el bien común de todos. |
También
el pueblo corriente posee sus derechos en esta materia. |
PIO
XII (11 julio, 1946) LA OPINION PUBLICA {t} La opinión pública es el
patrimonio de toda sociedad normal, compuesta por hombres que, conscientes de
su conducta personal y social, están íntimamente ligados con la comunidad de
la que forman parte. Ella es en todas partes, y en fin de cuentas, el eco
natural, la resonancia común, más o menos espontánea, de los sucesos y de la
situación actual en sus espíritus y en sus juicios. |
Allí
donde no apareciera ninguna manifestación de la opinión pública, allí, sobre
todo, donde hubiera que registrar su real inexistencia, por cualquier razón
que se explique su mutismo o su ausencia, se debería ver un vicio, una
enfermedad, una irregularidad de la vida social. |
Dejamos
aparte, evidentemente, el caso en que la opinión pública se calla en un mundo
de donde aún la justa libertad está desterrada y donde sólo la opinión de los
partidos en el poder, la opinión de los jefes o de los dictadores está
autorizada a dejar oír su voz. Ahogar la de los ciudadanos, reducirla a un
silencio forzado, es, a los ojos de todo cristiano, un atentado contra el
derecho natural del hombre, una violación del orden del mundo, tal como ha
sido establecido por Dios. |
PIO
III (18 febrero, 1950) 5 |
¿CAÑAS
AGITADAS POR EL VIENTO, U HOMBRES GUIADOS POR LA RAZON?... |
El
hombre moderno adopta gustoso posturas de independencia y desenvoltura. Las
más de las veces no son más que una fachada tras de la cual se protegen
pobres seres vacíos, flojos, sin fuerza de espíritu para desenmascarar la
mentira, sin fuerza en el alma para resistir a la violencia de los que con
habilidad saben poner en movimiento todos los resortes de la técnica moderna,
todo el refinado arte de la persuasión, para despojarles de su libertad de
pensamiento y hacerles semejantes a las frágiles caras agitadas por el viento
(Mateo, 11, 7). |
¿Se
atrevería alguien a decir con seguridad que la mayoría de los hombres son
aptos para juzgar, para apreciar los hechos y las corrientes en su verdadero
peso, de suerte que la opinión sea guiada por la razón? He aquí, sin embargo,
una condición sin la cual es imposible que sea válida y sana. |
PIO
XII (18 febrero, 1950). |
Todo
ser humano tiene el derecho natural al debido respeto de su persona, a la
buena reputación, a la libertad para buscar la verdad y, dentro de los
límites del orden moral y del bien común, para manifestar y defender sus
ideas, para cultivar cualquier arte y, finalmente, para tener una objetiva
información de los sucesos públicos. |
JUAN
XXIII (11 abril, 1963) EL DERECHO A LA INFORMACION {t} Dado que se trata de
un derecho basado en la naturaleza del hombre, no basta, evidentemente, que
sea proclamado en teoría; es necesario también reconocerlo en la práctica,
defenderlo, servirlo, dirigir su realización para que sea conforme a su
finalidad natural. Es un derecho, a la vez activo y pasivo, buscar la
información y la posibilidad de que todos la reciban. |
PABLO
VI (17 abril, 1964) LA FINALIDAD {t} Desde los grabados y escritos de los
tiempos más remotos hasta las técnicas contemporáneas, deben todos los
instrumentos de comunicación humana realizar el elevado fin de manifestar que
los hombres, también en este campo, están al servicio de Dios. |
{6}
Es contrario a la doctrina cristiana y a las mismas finalidades superiores de
la técnica de difusión la actitud de quienes tratan de reservar el uso
exclusivo de ella para fines políticos, propagandísticos o económicos. |
PIO
XII (8 septiembre, 1957). |
El
periódico católico debe no sólo informar, sino también formar al lector; debe
estimular esa sana mentalidad que clasifica los hechos según los principios
superiores y que, en un sentido u otro, los idealiza, los convierte en
fermento de pensamientos en quien, mediante el periódico, los conoce; es
decir, debe servir a esa verdad propia del alma, que es apta para iluminarla,
dirigirla, perfeccionarla, santificarla, y provocar en el lector ese proceso
de juicio que lo introduce en la verdad liberadora y salvadora. |
PABLO
VI (2 mayo, 1964). |
Con
demasiada frecuencia, indiferente ante los valores de la fe, la opinión se
forma de la Iglesia una idea sacada de los aspectos que le presentan la
Prensa, la literatura, la radio, el cine, la televisión, las canciones, que
son otras tantas expresiones y catalizadores de las mentalidades humanas.
Corresponde a los cristianos trabajar con inteligencia en estos sectores de
actividad tan importantes que forman la opinión pública, para presentarle el
verdadero rostro de la Iglesia. |
CARD.
CICOGNANI (julio, 1966). |
LIBERTAD
Y OPINION PUBLICA |
La
opinión pública requiere, para ser sanamente constituida, un verdadero clima
de libertad fuera de la presión de los mitos y de toda intimidación que
quisiera imponer una uniformidad cuya aparición es el signo humillante de una
peligrosa regresión. De esta forma se ha podido galvanizar a todo un pueblo
hacia empresas que suscitaron la reprobación de la conciencia universal, y
que desembocaron, finalmente, en una catástrofe, cuyo horror está todavía
presente en el recuerdo de todos. (Segunda Guerra Mundial). |
Si,
ciertamente, el hombre trata, de forma natural, de hacer compartir sus ideas,
puede sentir la tentación de emplear con este fin medios que atentan contra
la dignidad de la persona humana y la libertad de su juicio. La publicidad
comercial puede llegar a transformar al consumidor en autómata condicionado.
Pero es en el campo político donde se cometen las más graves agresiones, y
las mismas palabras empleadas —"violación de multitudes",
"lavado de cerebros"— condenan ya estos métodos degradantes. Pío
XII estigmatizó la "violencia de quienes son hábiles para utilizar todos
los resortes de la técnica moderna, todo el arte {7} refinado de la
persuasión para despojar a los ciudadanos de su libertad de pensar y hacerles
semejantes a frágiles arbustos agitados por el viento". |
Asimismo,
una de las reivindicaciones más firmes y una de las conquistas más notables
del hombre moderno ha sido el reconocimiento, desgraciadamente verbal todavía
en ciertos países, del derecho del hombre a expresar libremente, tanto en
grupo como individualmente, sus opiniones libremente formadas. |
CARTA
DE LA SECRETARIA DE ESTADO A LA 53 SEMANA SOCIAL DE FRANCIA, EN 1966. |
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