Publicación
mensual del Oratorio. |
Núm.
162. NOVIEMBRE. Año 1978 |
0.
SUMARIO |
Publicación
mensual del Oratorio Núm. 162 NOVIEMBRE Año 1978 SUMARIO UN PAPA nuevo, más
bien que un nuevo Papa, va a ser por su origen, por su carácter, por sus
actitudes, Karol Wojtyla. La Iglesia, con él, se rejuvenece y abre a nuestras
esperanzas, mientras el mundo entero lo recibe con simpatía y entusiasmo.
¡Ojalá los cristianos ayudemos a convertir en realidad las esperanzas de la
Iglesia y del mundo! |
BLANQUERNA |
LA
VALENTÍA DE LA IGLESIA |
EL
PAPA WOJTYLA, PAPA NUEVO |
DEJAD
QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MÍ. |
CREO
EN LA SANTA IGLESIA |
{1
(121)} |
1.
BLANQUERNA, PAPA LEGENDARIO DE LLULL |
CONCORDARON
unánimes todos los cardenales en elegir que Blanquerna fuese creado Papa. Y
todos quisieron y dijeron en una voz que el fuese Papa, y luego
inmediatamente cantaron el Veni Creator Spiritus y el "Te Deum
laudamus", y tomaron a Blanquerna para sentarlo en la silla apostolical;
pero Blanquerna no lo quiso, y dijo estas palabras: |
―Fama
es por todo el mundo que el Papa podría con sus hermanos los cardenales
ordenar y poner en buen estado 1 todo el mundo, si quisiese. Y como el mundo
ahora se halla en tan gran discordia y desorden, es cosa temerosa el ser
Papa, y en él es significada gran culpa mientras no use de su poder en
ordenar el mundo, siguiendo su voluntad todo el poder que Dios le dio para
ordenarle. Y, como yo sea indigno de tener poder tan grande, en cuanto me
falta el saber y el querer, por esto tan noble y tan grande poder como es
este poder apostolical, no debe ser encomendado a mi flaco saber y querer. Y,
por tanto, yo renuncio el poder apostolical y pido que sea dada respuesta a
las diez cuestiones que yo he propuesto a esta corte. |
Cuanto
más fuertemente el obispo Blanquerna se excusaba y renunciaba al pontificado,
con tanta mayor fuerza se movía la voluntad de los cardenales a que el fue se
Papa, siendo condición de la elección que aquellos que más fuertemente se
excusan y renuncian, deben ser preferidos en la elección, como se convenga en
las demás condiciones que corresponden al hombre digno de ser elegido. Y por
este motivo, el obispo Blanquerna consintió entonces en recibir el oficio
papal, y dijo estas palabras. |
―En
mí hay falta de saber y querer que se iguale al poder apostolical. Si por
vosotros soy elegido Papa, os pido que me ayudéis, como por igual querer y
saber usemos del poder que se me ha dado en procurar que Dios sea conocido y
amado, y que su pueblo sea por el bienaventurado. Y si no lo hiciereis, me
haréis grande injuria y gran pecado. ―Todos los cardenales prometieron
gustosamente al Papa que le ayudarían en todo lo que era su voluntad, según
la libertad del saber y del poder que Dios les había dado y según el Cargo
que Dios había sujetado su voluntad a servírsele. Y, de esta forma, el obispo
Blanquerna fue elegido Papa. |
RAMÓN
LLULL., místico del s. XIII, traducción castellana del s. XVII revisada por
Batllori y Caldentey. |
{2
(132)} |
2.
La valentía de la Iglesia |
LA
elección de Juan Pablo II no ha sido un desafío al mundo, ni un reto al
comunismo, ni un desprecio a los cardenales italianos, ni una maniobra de la
jerarquía pastoralista contra la curia romana... Aunque corrieran ríos de
tinta y zumbieran las rotativas, aunque resonaran las ondas o destellaran
imágenes manipuladas para llamar, como sea, la atención perezosa del
consumidor vulgar de noticias sensacionales, lo bien cierto y lo que explica
este suceso sin duda notable en la historia de la Iglesia de la que somos
miembros, e darnos cuenta de que la Iglesia es valiente, y precisamente
fijándonos en la debilidad de los hombre que la componemos, porque, en
conjunto, en todo este evento, las aspiraciones, los deseos manifestados por
todo el mundo expresados de forma genérica, pero insistente, han encontrado
expresión en la elección obtenida. |
Han
sido valientes los cardenales, valiente el pueblo de Dios y valiente el
propio Papa. |
La
valentía del senado de la Iglesia ha sido proclamada, inmediatamente, sólo
dos días después de su elección, por el Papa mismo, en el curso de la
audiencia concedida a los cardenales, que les ha dicho que «no sólo ha sido
un acto de confianza el llamar como obispo de Roma a un no italiano, sino
también un acto de valentía». Él, para decirlo, usaba una palabra italiana,
que significa valentía, pero que tiene un sentido más preciso que la
fonéticamente equivalente de nuestro castellano; esta palabra es "coraggio"
y en castellano "coraje". |
Pero
el significado italiano es más preciso: es poner toda la fuerza en el corazón
y poner el corazón en todas las fuerzas. |
Por
lo demás, les decía, es propia de lor cardenales la valentía, in la cual
carecería de sentido el {3 (123)} símbolo de la púrpura ―sangre―
que se les impone y que significa el compromiso para confesar la fe y servir
a la Iglesia de Dios. Sacó a la memoria el mártir inglés John Fisher, quien
mientras estaba en prisión, poco antes de ser decapitado, era creado cardenal
por el Papa. También hoy ha habido y hay personas «a quienes ni les ha sido,
ni les es ahorrada la experiencia de la cárcel, de los sufrimientos, de la
humillación por Cristo». |
Valientes
han sido los cardenales también, una vez más, porque cuando los reinos del
mundo en sus "crisis" se hacen larguísimas en la búsqueda de
hombres y soluciones, el conclave ha dado ejemplo designando con serena
diligencia y en menos de dos días, a otro sucesor de Pedro, que nos llega con
todas las apariencias de haber sido una óptima elección. |
Valiente,
además, el pueblo de Dios. No la multitud informe que goza y busca los
acontecimientos de muertes dramáticas o los encumbramientos o coronaciones
teatrales como otra enajenación más, sino esa gran masa de creyentes que
deseaba y pensaba en un verdadero hombre de Dios, en un hombre espiritual y
no mojigato, en un hombre sensato, claro demente , pero con luz en los ojos y
fuego en el corazón. Deseo cultivado en las aspiraciones más puras del alma,
traducido en oración informal pero viva y constante, que finalmente se ha
alegrado y ha sentido que tenía derecho al gozo porque ese Papa era
"suyo" cuando en las primeras imágenes, ha visto que ponía el pie
firme y la serenidad humilde con el ardor y la claridad de la palabra segura,
capaz de dar confianza a los más pusilánimes y de abrir nuevos caminos a los
generosos, para el bien de la Iglesia y del mundo que, consciente o
inconscientemente, lo necesita. |
Pero
a la hora de la valentía del pueblo de Dios, no podemos pasar por alto a una
porción importante del mismo, del cual ha sido extraído este Papa. Esta
valentía ―este "coraje": de juntar fuerza y corazón―
que merece allí, colectivamente, en el conjunto de sus cristianos, casi la
investidura de una púrpura colectiva, porque ha sido, a través de su
historia, mártir y torturado, creyente católico y siempre fiel a la Iglesia
de Cristo. El Papa viene de Polonia, que siempre fue fiel, aunque nunca tuvo
un Papa. Polonia es una llanura inmensa — "Polonia" quiere decir,
etimológicamente, y desde nuestras tierras tenemos derecho a una leve
emoción..., quiere decir "los llanos"― Llanura inmensa que
solo hacia el sur inicia suavemente su elevación para asomarse a la
balaustrada de los Sudetes y de los Cárpatos, como para volver un poco el
rostro de las brumas del norte y de los helores de la tundra {4 (124)}
inhóspita. Y la tierra sube porque, de más allá, le vino la fe, que ninguno
de los terribles asaltos sufridos ha conmovido, lo largo de su bella,
dolorosa, esforzada y milenaria historia. Como ejemplo próximo a nuestra
época, bastaría decir que en menos de dos siglos, ha sido troceada y
repartida cuatro veces, hollada y escarnecida su cultura, relegados sus
sabios, silenciados sus poetas, arrinconados sus artistas y perseguidos sus
creyentes. Pero han seguido teniendo fuerzas en medio del frio de la soledad
y de las amenazas de los cuchillos del odio, y del dolor de los pies llagados
por las deportaciones (4.000.000 en la última guerra mundial), para mantener
incólume su fe y hoy mismo, a pesar de los esfuerzos y la opresión de una
dictadura que ha intentado de varios modos erradicar la religión, casi la totalidad
de los polacos son católicos, pero católicos no de simple adscripción
sociológica, sino católicos convencidos y practicantes, entrenados,
endurecidos en las dificultades, discutidos en su libertad de conciencia,
pero invictos en la fe. Ningún tirano ve atrevería a hacerles mártires porque
lo serían todos. Esa fe les abre a lo universal, más allá del mar, más allá
de la estepa, más {5 (125)} allá de los montes y de los márgenes fronterizos
impuestos... para que el pensamiento de un Dios de todos los hombres y una
libertad igualmente universal, les redima del exceso de la obcecación
nacional, y les haga puro el mismo amor a la tierra, a "su" tierra,
hombres y cosas. |
Curiosamente,
este pueblo de santos, de mártires y de valientes en la fe: ese pueblo de
trabajadores, de artistas y de sabios, no había tenido nunca un Papa. Por
esto, ahora, el que la Iglesia da al mundo, es una gracia y un regalo para
todos los cristianos, pero es, especialmente y además, un premio para ellos,
para Polonia, tierra de llanos y llanura; tierra de fe, de esperanza, de
abnegación, de constancia y de valientes. |
Finalmente,
también el papa Juan Pablo II ha sido valiente. Cuando el mundo, sumido en
las distracciones forzadas de las técnicas materialistas, siente sin saber
expresarla, la soledad del corazón y habla de socialismos, sociologías y
sociedades para liberarse o protestar del individualismo que le corroe y del
miedo que le paraliza, desesperado de desconocer el sentido de la vida;
cuando ocurre todo esto, vemos que la Iglesia se hace más universal y,
restañadas las heridas de viejas divisiones, abre su mirada y sus brazos a
este mundo, necesitado, problemático y difícil, pero que es de Dios, y llama
a un hombre de mirada azul, sin artificios de cristales, pero que no puede
disimular su sabiduría, acostumbrado a hurgar en los libros y a otear los
horizontes, que ha pasado penas y trabajos, que no ha tenido ni ganas, ni
medio, ni tiempo para posturas aburguesadas ni ha pensado jamás en rentas
protectoras ni grandezas humanas, y la Iglesia lo sienta en la silla de
Pedro. Y él acepta: acepta porque es valiente, como lo han sido los que le
han elegido y porque es de tierra de valientes. Y acepta porque pone el
corazón en las fuerzas y pone todas las fuerzas en el corazón para decirnos,
como a martillazos de amor y de fe, que tiene miedo, pero que se abre a Dios;
son palabras como el repicar del bronce en los campanarios del cielo y en el
corazón de los hombres, cuando las dice desde la balaustra donde pone las
manos, para que los arcos enormes de piedras que de allí se abren, le sean
brazos más largos que acojan fraternalmente a todos: «Hermanos, hermanas, he
tenido miedo, pero me he dirigido al Espíritu... Y estamos aquí para confesar
nuestra fe común... y también para reemprender el camino en la vida de la
historia y de la Iglesia, con la ayuda de Dios y de todos vosotros». |
Amémosle.
Amémosle, sin mitos. |
Caminemos
con él, en la Iglesia, por el mundo, con los hombres, hacia Dios. |
{6
(126)} |
3.
EL PAPA WOJTYLA, PAPA NUEVO |
LA
historia de cada hombre, la historia de la humanidad, la misma historia de la
Iglesia, es una sucesión que discurre a través del tiempo, influida por él,
por los hombres de cada época: lo que podemos exigir en un momento dado no
puede ser incondicionalmente válido para otra situación temporal histórica.
La que puede ser sorpresa por tener en la sede de Pedro a un Papa no italiano
entra en estas relativaciones que, por lo demás, mantienen inalterado el
principio de la universalidad en la sucesión del Sumo Pontífice. |
Por
esta misma razón es previsible, para épocas futuras, otros sistemas de
elección del mismo modo que, el actual, no es parecido al originario y a
otros intermedios. |
Pero
hemos de dar gracias a Dios del resultado actual en el que la nota de
universalidad resplandece más que en elecciones anteriores. |
Por
motivos históricos hubo un cierto nacionalismo remoto en la práctica de la
designación y representatividad de la sede Vaticana. |
Se
dio un paso importante con Pio XI por medio de la invención del minúsculo
Estado Vaticano, que aseguraba la supranacionalidad del Papado. Con Pío XII
la nota de internacionalidad de la Iglesia adquiere {7 (127)} una
esplendorosa manifestación, después de las grandes guerras, en la memorable
celebración del Año Santo de 1950. Pero el que marca un hito definitivo en la
Iglesia de nuestros días, es Juan XXIII, que quiere que la Iglesia pueda
hacerse entender al mundo de hoy: |
convoca
e inicia el Concilio y multiplica el nombramiento y la diversidad de los
cardenales, que llevan al Sacro Colegio la representatividad de todos los
continentes. En realidad recogía un intento no culminado de Pío XII. |
El
papa Montini ―sucesor de Pío XII a través de Juan XXIII― entra en
una Iglesia universalizada: |
termina
el Concilio y, con a cuestas todo el peso de su aplicación, se lanza a los
caminos del mundo, llevado de su sentido humano universal y del anhelo
ecuménico, latente desde los tiempos de Mercier y los más lejanos de Newman y
León XIII, pero como descubierto y acuciante desde el Concilio, por Juan
XXIII. |
Pablo
VI, con plena conciencia, dedicará todas sus fuerzas a la tarea heredada y,
por ello, encontrará las dificultades que le llegarán de tres frentes:
principalmente de los tradicionalistas conservadores ―comparables a los
judaizantes que obstaculizaban al apóstol Pablo y, como reacción impaciente
frente a la rémora tradicionalista, las imprudencias progresistas, menores en
importancia que el cerrilismo tradicional. En medio, un tercer elemento,
constituido por una porción indolente y numerosa, de los que vieron en el
Concilio poco más que un recurso para reponer alguna modulación restauradora
en el cansino repertorio de sus ideas desvitalizadas, esclerosadas. |
La
breve presencia de Juan Pablo I no fue inútil, y ha sido a través de su
transparencia evangélica que nos llega Juan Pablo II, con esa visión nueva,
refrescante y sólida que parece dispuesto a superar los últimos restos de las
barreras que separan mundo de hoy e Iglesia. |
Juan
Pablo II no llega sólo como un "nuevo Papa", sino como un {8 (128)}
"Papa nuevo". Cierto que es la consumación, sin rupturas, de etapas
de un camino que han preparado los predecesores, y en cierto modo los resume,
pero es otro hito desde el que se definirán nuevas actitudes en la Iglesia
por las que el Concilio no solamente no sea discutido, sino que deje de ser
referencia tópica y se lleve a todas sus consecuencias y que el mundo pueda
entender a esa Iglesia que también se acerca a él para darle la mano y
responder a las ansias más profundas de este viejo mundo, que se ha hecho de
nuevo adolescente, cara a crecimientos en los que pide, sin saber, que le
comprendan y que le llenen el espíritu. |
Tenemos
nuevo papa y papa nuevo: heredero y renovador a la vez; no hay rupturas sino
consumación de etapas en un mismo camino que han preparado y dispuesto los
predecesores. Es todo un símbolo el gesto del Papa que, al acercársele para
la "obediencia" el cardenal Wyszynski, el viejo campeón de la
libertad en Polonia, se puso en pie él, el Papa, para besar las manos del
hermano mayor, como lo haría el hijo con el padre. |
Abajo,
en los ríos de las palabras, los hombres discuten, barruntan, deciden o
suponen, pero ―dándose o sin que se den cuenta― es Dios el que
gobierna, resume y realiza, sin milagros ―no hace falta―, pero
providencialmente, la nave de Pedro. |
Jóvenes: |
sois
el futuro del mundo, sois la esperanza de la Iglesia y sois mi esperanza. |
Juan
Pablo II, 22.10.1978 |
Adolescentes. |
El
amor los madura de repente y, adultos de improviso, cogidos de la mano
caminan en tropel: |
son
corazones fluidos von pájaros cazados, perfiles de tiniebla todavía. |
Yo
sé que dentro late, del corazón indómito, el pulso de este mundo. |
Cogidos
de la mano se sientan en silencio a la orilla del río de la vida, sobre un
tronco de árbol de la tierra. La luna se mueve en un triángulo de luces
mortecinas. |
Las
brumas no se atreven a alzarse todavía. |
Crecen
sus corazones sobre el rio. |
¿Será
también así, yo me pregunto, cuando se alcen de nuevo para seguir andando? |
¿Será
quizá la luz entre las plantas que les descubrirá la hondura no sabida, hasta
el momento? |
¿Lograréis
соnѕеrvar lo que en vosotros nace? |
¿Separaréis
por siempre el bien del mal? |
KAROL
WOJTYLA, 1958. |
{9
(129)} |
4.
«Dejad que los niños se acerquen a mí» |
NINGÚN
papa contemporáneo ha mostrado el do minio magistral de la situación en la
ceremonia inaugural de su pontificado, como Juan Pablo II: dominio
sorprendente al dirigirse a un cuarto de millón de fieles en las más de tres
horas transcurridas desde el aplauso que saludó su presencia hasta que se
despidió desde el balcón diciendo: «Es la hora de ir a comer todos, y también
el papa». |
Este
es el comentario que hacía, al día siguiente, el diario inglés "The
Times". El vigor de este principio, la profunda convicción de las
palabras y la cordialidad patente de sus gestos nos ponían a todos en
contacto con la profundidad de sus ideas compactas, llenas de coherencia
intelectual y, al mismo tiempo, de fácil conexión popular. Una homilía
magnífica y habló en once idiomas, entre ellos, como un abrazo que se tendía
especialmente a los pueblos de la Europa oriental, en polaco, lituano, checo
y ruso. |
Concluidas
las oraciones finales, el papa se entusiasma y rompe el protocolo y ritual
previsto para ir hacia las primeras filas del pueblo y en particular hacia
los polacos presentes alli en un grupo de cerca de cuatro mil, y luego hacia
la hilera de autoridades. Pero hay una anécdota que nos llevaba visible. |
{10
(130)} mente a los días del Evangelio: «Dejad que los niños se acerquen a mí,
y no se lo impidáis». y un niño se aproximó al papa y el papa al niño, y el
papa recibió sus flores y el niño la caricia del papa. |
Y
al final, antes de volver a la basílica, el papa Wojtyla, inventó un nuevo
rito: cogió el báculo rematado en cruz y, con gesto solemne y vigoroso, con
la unción de un nuevo Moisés, levantándolo, dio la bendición, como para
decir, que era Cristo quien bendecía y no él. |
Hermanos,
hermanas: |
no
tengáis miedo! |
Hermanos
y hermanas: no tengáis miedo a acoger a Cristo y de aceptar su potestad: |
ayudad
al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo. |
En
nuestro conocimiento y con la potestad de Cristo, servid al hombre y a la
humanidad entera. |
No
tengáis miedo. Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo.
Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, tanto los sistemas
económicos como los políticos, los campos extensos de la cultura, de la
civilización y del desarrollo. No temáis: |
Cristo
conoce la intimidad del hombre. Sólo él lo conoce. |
El
hombre actual, con frecuencia, no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de
su ánimo, de su corazón. Muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de
su vida en este mundo. |
Se
siente invadido por la duda que se transforma en desesperación. Permitid pues
―os lo ruego, os lo imploro con humildad y confianza―, permitid
que Cristo hable al hombre de hoy. Sólo él tiene palabras de vida, sí, de
vida eterna. |
Juan
Pablo II |
{12
(132)} |
5.
documento: CREO EN LA SANTA IGLESIA |
Es
frecuente oír opiniones que distinguen y hasta oponen la idea de la Iglesia a
la realidad de Jesucristo. Este se admite, pero se prescinde de la Iglesia.
Una sincera y serena observación de la relación que el Evangelio establece
entre Cristo y la Iglesia lleva, necesariamente, a no poder prescindir de la
Iglesia, si se cree totalmente en Jesucristo, ya no poder creer en Jesucristo
si se prescinde de la Iglesia. El cardenal León-Josef Suenens, arzobispo de
Malinas-Bruselas, en una carta pastoral del verano último, afronta esta
relación y ofrece criterios que pueden fortalecer la fe de los creyentes y
aclarar las concepciones de los que, sin fe, correrían el riesgo de
interpretar superficialmente todo el fenómeno religioso cristiano manifestado
a través del misterio de la Iglesia. Ofrecemos los fragmentos principales. |
Iglesia
visible e Iglesia invisible |
La
Iglesia de la que se habla espontáneamente y a la que se hace referencia en
la prensa, la radio, la TV, es una Iglesia que se contempla en su estructura
visible, como una sociedad humana, con sus cuadros y sus leyes; es una
realidad sociológica de contornos bien definidos. |
Es
una realidad histórica que posee una larga historia, con altos y bajos, de
grandezas y de crisis, de santidad y de miseria. |
Pero
una mirada sociológica o histórica de la Iglesia es una mirada truncada,
porque es parcial. La verdadera {13 (133)} Iglesia es, sin duda, una realidad
visible, pero es, simultáneamente una realidad invisible. Aunque se trata de
hecho, de dos aspectos de una misma y única realidad. |
Para
ser fieles a la Iglesia, tal como Cristo la ha querido, es imprescindible
admitir y creer en el misterio de la Iglesia que se sitio en el interior y
alcanza hasta mus allá de sus aspectos sociológico e histórico. |
La
Iglesia según el Vaticano II |
El
Vaticano II, en la LUMEN GENTIUM, ha destacado rigorosamente estos dos
aspectos, el risible y el espiritual, de la misma y única Iglesia. |
Leamos
de nuevo este pasaje: «Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene
continuamente en la tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y
raridad, como un todo visible, comunicando mediante ella la verdad y la
gracia a todos. Mas la sociedad provista de sus órganos jerárquicos y el
Cuerpo místico de Cristo, la asamblea visible y la comunidad espiritual, la
Iglesias terrestre y la Iglesia enriquecida con los bienes celestiales, no
deben ser consideradas como dos casos distintas, sino que más bien forman una
realidad compleja que está integrada de un elemento humano y otro divino. Por
lo cual, en virtud de una analogía que posee su valor, se la compara con el
misterio del Verbo encarnado. En efecto, así como la naturaleza asumida por
el verbo divino este a su servicio como un órgano viniente de salvación que
le permanece inseparablemente unido, así también la totalidad social que
constituye la Iglesia está al servicio del Espíritu de Cristo, que le da la
vida, en vistas al crecimiento del cuerpo (cf. Ef. 4, 16). Esta es la única
Iglesia de Cristo que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y
apostólica (LG, n.8)». |
En
lugar de considerar a la Iglesia a partir de nosotros mismos, a partir de los
hombres que la componen a lo largo de los tempos, es preciso mirarla con los
ojos de La fe, a partir de Jesucristo, que en quien ha querido y ha fundado
su Iglesia. |
Esta
Iglesia en para los creyentes, una presencia privilegiada de Jesucristo, el
cual e completando en ella aquí en la tierra, misteriosamente, lo que comenzó
y le va dando vida a través de veinte siglos. |
{14
(134)} Es un lugar privilegiado porque en el nosotros recibimos en plenitud
su palabra, su vida, su espíritu. |
Pero
antes de seguir adelante, analicemos que quiere decir "lugar
privilegiado". |
La
Iglesia como lugar privilegiado |
A
los ojos de Dios, privilegio significa responsabilidad mayor, misión nueva,
mandamiento de llevar más lejos el mensaje recibido, el tesoro confiado que
no puede esconderse. Cuando Dios tiene una predilección, ese amor significa
que exige más. La más elevada manifestación de predilección divina ―en
María― transforma en espiritual, para que pueda ser universal, su
capacidad de madre. Del mismo modo, cada cristiano consciente de su vocación
cristiana, deviene, con nuevo título, responsable de sus hermanos. |
Es
en este sentido que decimos que la Iglesia es el lugar privilegiado de
nuestro encuentro con Dios. |
En
ella y por medio de ella nos da el Señor, en plenitud, su palabra, su vida,
su espíritu. |
La
Iglesia como ministerio de la Palabra |
A
ella le debemos, en primer lugar, la palabra de Dios, tal como nos viene en
la Sagrada Escritura. |
El
Nuevo Testamento nos transmite la historia de Jesus, su vida, su predicación,
sus sufrimientos, su muerte y su resurrección. Pero esta historia no termina,
sino que tiene una continuación, porque lo que Jesucristo ha anunciado,
proclamado y vivido no pertenece solamente al pasado: el Cristo de ayer es
también el Cristo de hoy, es nuestro contemporáneo. |
La
palabra de aquél de quien decían: «Jamás otro hombre ha hablado como este
hombre», no murió con él: |
vibra
todavía y atraviesa los siglos como una ola misteriosa, incontenible. |
Esta
palabra, viviente por siempre, es la que la Escritura nos hace llegar como
una resonancia, como un eco de la misma pronunciada por Cristo, y no la
tendríamos sin la Iglesia que la recogió fielmente en el pasado y que, con la
misma fidelidad, nos la transmite, de generación en generación. |
{15
(135)} Y, además, la Iglesia la interpreta, la aclara, la actualiza, nos la
hace vivir. En cada Eucaristía que celebra, la Iglesia nos invita a compartir
esta palabra inspirada, antes de invitarnos conjuntamente a compartir el pan
de vida. |
Escritura
y Tradición |
Sin
la Tradición vita de la Iglesia, la Escritura estaría relegada al capricho y
al antojo del gusto de cada uno y de las modas del tiempo. Seríamos como
navegantes sin mapa y sin brújula, dejados a la fuerza del viento. |
La
Tradición y la palabra son una misma cosa, constituyen una unidad. La
Tradición nos transmite la palabra, y la palabra, a la vez, aclara y orienta
la Tradición. Su trabazón interna, su recíproco influjo es vital. |
Muy
acertadamente se ha dicho que «la Escritura no puede ser palabra de Dios si
se separa y aísla de la Iglesia; y que la Iglesia no sería la esposa de
Cristo si no hubiera recibido el don de la inteligencia de la Palabra: estas
dos fases de la vida de Dios entre los hombres son aspectos de un mismo
misterio. La Iglesia implica la Escritura, como la Escritura implica la
Iglesia». Así lo escribe Georges H. Tavard en uno de sus libros. |
La
Iglesia como ministerio de vida |
Pero
la Iglesia no es solamente el lugar donde resuena la palabra de Jesus: es,
también, el lugar donde el Señor prosigue, prolonga y acaba su acción
vivificadora. |
Porque
Jesús no solamente colma, con su presencia, los treinta años de su vida: su
acción atraviesa los siglos Y perdurará hasta el fin de los tiempos. |
El
actúa para nosotros, ya no por medio de una presencia física, sino de una
manera misteriosa por medio de su acción sacramental, que está en el mismo
corazón de la vida de la Iglesia. |
Los
antiguos escritores de la Iglesia lo han repetido con insistencia: no es el
sacerdote el que bautiza, consagra, absuelve y sana en el ministerio
sacerdotal y por medio de él: es Cristo quien nos sumerge en el agua
bautismal y nos asocia, para siempre, a su misterio de vida y {16 (136)} de
muerte: es el que renueva para nosotros el "sacramento pascual",
como se dice en la liturgia del viernes de Pascua. |
En
la acción sacramental se contiene, oculta, la operación de Cristo. |
El
lugar por excelencia, para ese encuentro con Cristo, es la celebración
eucarística, y los restantes sacramentos se ordenan con respecto al de la
Eucaristía. |
Yo
quisiera pediros que renovéis vuestra fe en este misterio sagrado, pues está
situado en el corazón de toda la vitalidad cristiana. La Iglesia celebra la
Eucaristía seguir el mandamiento recibido del Maestro, pero la Eucaristía,
por su parte, hace a la Iglesia. Minimizar la realidad sacramental
eucarística equivaldría a comprometer el futuro de la Iglesia. Nunca
meditaremos bastante la descripción que, de la primera comunidad cristiana,
se nos hace en el libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 42-46), porque,
normativa, e inspiradora, sirve para todos los tiempos. |
la
Iglesia como ministerio del Espíritu Santo |
Pero
la Iglesia de nuestra fe, no es reunión de aquellos que, personalmente o en
comunidad, se profesan de Cristo y se consagran a la evangelización y al
servicio de los hombres: sino que la Iglesia tiene una existencia y una
consistencia que precede y ultrapasa la pura adhesión consciente de los
creyentes en Jesucristo y en la comunidad particular de la que son miembros.
Ella es, al mismo tiempo, la comunidad que constituimos conjuntamente
―la Iglesia somos nosotros, exclamamos― y el seno que nos
contiene, la comunidad materna que nos engendra en la vida de Dios, en el
Cristo y por el Espíritu. |
La
Iglesia de nuestra fe ha nacido santa. Su santidad no se constituye como
resultado de la adición de santos que ella engendra, sino que la santidad le
es propia, de modo que no la hacemos santa los hombres, aunque fuéramos todos
santos, sino que es ella, santa, que nos hace manos a los fieles: ella tiene
la santidad de Cristo y de su Espíritu en ella. |
Nuestra
vocación cristiana consiste en ser fieles a la gracia inicial del bautismo
recibido y en traducirla progresivamente en nuestra vida. |
{17
(137)} |
Llamamiento
universal a la santidad |
Por
esta razón el Vaticano II consagra, en la LUMEN GENTIUM un capítulo entero al
deber de santidad que pesa sobre el cristiano. |
Dice:
«Es pues del todo evidente para todos los fieles, de cualquier estado o
condición, que están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la
perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano
incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección deben los
fieles emplear las fuerzas recibidas según la plenitud de Cristo, a fin de
que siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo
a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y
al servicio del prójimo. Así la santidad del Pueblo de Dios producirá
abundantes frutos, como espléndidamente lo demuestra la historia de la
Iglesia con la vida de tantos santos» (LG, 40). |
Conclusión |
Como
conclusión, quisiera invitaros a leer una vez más, y a meditar el documento
de base del Concilio, es decir, la Constitución LUMEN GENTIUM, consagrada a
la naturaleza de la Iglesia. Se trata, en fin, de llevar una vida plenamente
cristiana. Pero esto supone reservarse en la vida privada, familiar y
comunitaria un lugar privilegiado para la oración que es la que nos pone en
comunión con Dios y se traduce en acción fraterna. Que los fieles puedan
comprender que el cristianismo solamente puede ser vivido en plenitud si
permanece abierto a la palabra de Dios, a su vida y a su espíritu. |
Os
aseguro que en su elección intervino claramente la providencia de Dios. Lo
afirmo porque lo he vivido. Tengo la convicción de que será un gran papa, de
la talla de los que han regido la Iglesia en los últimos cien años. |
Narciso
JUBANY, Cardenal-arzobispo de Barcelona, a sus diocesanos, el 18 oct. 1978 |
Un
Papa que viene del Este. |
En
números redondos los católicos del mundo alcanzan la cifra de 700.000.000, de
los cuales, algo más del diez por ciento (concretamente 70.808.000) viven en
países comunistas, donde sufren por lo menos fuertes reducciones en su
libertad O, incluso, abierta persecución. |
Pero
no es sólo el establecimiento concreto del Marxismo que reprime la libertad y
ataca la religión. |
En
otras partes del mundo, y especialmente en la América latina, los fascismos y
las partidocracias autoritarias, dan también lugar a las "iglesias del
silencio" que sufren la represión como en los países comunistas,
agravada por la ambigüedad de gobernantes teóricamente creyentes y
prácticamente perseguidores de la fe, que desacreditan y cuyas consecuencias
no aceptan. |
El
Papa que viene del Este, podrá comprender y trabajar por la libertad en otras
partes. |
El
nombre del Papa. |
Los
que oyeran el anuncio de la elección hecho, desde el balcón de san Pedro, por
el cardenal Felici, tras el "Habemus Papam!" tradicional, pudieron
apercibirse de una cierta vacilación al pronunciar el nombre de "Carolum
Wojtyla" correspondiente al elegido. |
Los
signos del abecedario polaco no se corresponden exactamente al nuestro
latino; la diferencia más importante que para la correcta pronunciación del
apellido del Papa nos interesa, la representa la "I" que debería
llevar una raya inexistente en nuestros signos, y que le da el sonido de
"u" latina "ou" francesa, "w" inglesa...)
Resumiendo: el apellido "Wojtyla" consta de tres sílabas y es una
palabra llana, acentuada, por lo tanto, en la penúltima, y cuya pronunciación
correcta sería, para nosotros: "Voi-tí-ua". |
Una
última curiosidad que nos puede resultar interesante en la Mancha, tierra de
horizontes sin fin: el nombre de "Polonia" viene de
"Polsh", de cuya etimología se deduce el significado de
"llanura". |
"los
llanos"... Porque también Polonia, en su mayor parte, es una inmensa
llanura. |
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