Compendio SUMARIOS del LAUS (1972-1995) - Newman
Núm. 246. FEBRERO. Año 1988
FEBRERO es el mes en que nació John Henry Newman, el hombre. Y, junto al hombre, como una rama consubstancial con el tronco de la propia vida, la Iglesia anglicana, primera madre en la fe de Cristo.
Pero rama truncada, no sin dolor, mientras surgía otra, la del catolicismo, nacida de la misma raíz, hecha vida en la misma vida, creciendo con el hombre. También, dentro de la Iglesia católica, en una parcela de su campo florido, el Oratorio y san Felipe, Padre benigno, que le sería ejemplo luminoso, «sin el cual nada habría sabido ni querido hacer», en su camino desde las sombras hacia la verdad, para ser, además, luz ofrecida a otros.
Núm. 249. MAYO. Año 1988
CADA fiesta de san Felipe es, para nosotros los oratorianos, un reclamo a la fidelidad de hijos suyos, para que, como nos recordaría Newman, por «una viva contemplación de su imagen, sea para nosotros como la llave para todo lo demás». Es la hora de la gratitud porque, después de la primera gracia del bautismo, ha sido en la casa de san Felipe, el Oratorio, donde Dios ha acrisolado nuestra vocación específica en la Iglesia, con la riqueza de dones sobrenaturales y mediaciones providenciales de hermanos, maestros y superiores para vivir la comunión de un mismo ideal, capaz de transformar la entera existencia. Es la hora de la fidelidad y del agradecimiento, no por mera cortesía, sino de todo corazón, para que nada pueda desvirtuar o apagar el fervor, ni traicionar la imagen arrancada, como de la piedra ―diría Baronio―, de la figura ejemplar del Padre de todos, de modo tal que el ideal del Oratorio nos interese más que ser alabados, o que los de fuera nos consideren útiles, o que recibamos honores a cambio, o que cediéramos a complacernos en una instalación cómoda y prestigiosa, porque todo esto es mundano, y tienta, mientras caminan por el mundo, a los mismos hijos de la Iglesia. Los que nos quieran, que pidan a Dios por nuestra fidelidad más pura, sincera y desprendida.
Núm. 253. DICIEMBRE. Año 1988
ADVIENTO es el tiempo de la esperanza. Pero es que "tiempo", para los cristianos, siempre es esperanza.
Mejor diríamos, pues, que Adviento es el tiempo de la esperanza de la Virgen, o tiempo de María, tal como lo hizo notar el papa Pablo VI, al hablar del culto de la Iglesia a la Madre de Jesús. Por esto dedicamos a Maria principalmente las páginas que siguen, y tomamos ocasión para referirnos, brevemente, al pensamiento de Newman sobre la que él se complace especialmente en llamar nueva Eva, Sede de la Sabiduría y Madre del Redentor, que es, además de Dios, y por medio de ella, hombre verdadero y hermano mayor de todos los demás hombres.
Núm. 264. FEBRERO. Año 1990
PENSAMIENTOS y sentimientos, ideas y verdades: he aquí lo que va conformando el corazón y la vida del hombre. Los sentimientos conmueven, aunque a veces alteran el dominio de la razón; las ideas, o representaciones intelectuales de lo que puede ser objeto de nuestro conocimiento, pueden ser falsas, falsificadas o incompletas, sobre todo cuando se reciben o expresan con la interesada presión de la propaganda. Solamente la verdad ilumina y se difunde como pensamiento, libertad y vida en el ser que la acepta. Buscar con esperanza la verdad y abrirnos a ella, para que nos ilumine corazón adentro, y desde el corazón, como centro de la vida, a la vida entera. Newman, buscador incansable de la verdad, nos advertiría: no todo lo que deslumbra ilumina, sólo lo que ilumina salva.
Núm. 295. JULIO-AGOSTO. Año 1994
PARA conocer bien a los hombres hemos de remontarnos a su infancia. «La primera parte de la vida de los hombres, dice Newman, permanece oculta, y es generalmente en la infancia cuando se forman los caracteres para el bien o para el mal; y aun los bienhechores verdaderos у más importantes son desconocidos por el mundo.
También se ha comprobado que algunos de los cristianos más eminentes tuvieron la suerte y la gracia de poseer madres profundamente religiosas y de haber recibido en casa una educación que fue instrumento de sus propias gracias».