Compendio
Tiempo de Oración del LAUS (1972-1995) |
TIEMPO
LITÚRGICO: PASCUA |
Núm.
158. ABRIL. Año 1978. Tiempo de oración: EL COSMOS ES SU SANTUARIO. SALMO 150 |
Alabad
al Señor en el cosmos |
Su
santuario |
de
un radio de 100.000 millones de años luz |
Alabadle
por las estrellas |
y
los espacios inter-estelares |
alabadle
por las galaxias |
y
los espacios inter-galáxicos |
alabadle
por los átomos |
y
los vacíos inter-atómicos |
Alabadle
con el violín y la flauta |
y
con el saxofón |
alabadle
con los clarines y el corno |
con
cornetas y trombones |
con
cornetines y trompetas |
alabadle
con violas y violoncelos |
con
pianos y pianolas |
alabadle
con blues y jazz |
y
con orquestas sinfónicas |
con
los espirituales de los negros |
y
la 50 de Beethoven |
con
guitarras y marimbas |
alabadle
con toca-discos |
y
cintas magnetofónicas. |
Ernesto
Cardenal 2 (58) |
{2
(58)} |
Núm.
239. ABRIL. Año 1987. Tiempo de oración: A TI VENIMOS CONFIADOS |
Porque
eres, Señor, benigno, |
Padre,
amigo, Dios, maestro, |
te
ofrecemos la alegría |
de
ser tuyos, y tú nuestro. |
Te
ofrecemos la tristeza |
de
nuestros pecados viejos, |
pero
también la victoria |
cada
vez que a ti volvemos. |
Te
ofrecemos las derrotas |
de
los frustrados deseos, |
pero
también los cansancios |
los
frutos del esfuerzo. |
Te
ofrecemos los dolores |
de
vencidos y de enfermos, |
y,
cuando el amor sonríe, |
te
ofrecemos sus consuelos. |
Te
ofrecemos nuestra pena |
por
los que, siendo extranjeros, |
perseguidos
o exilados, |
aunque
hermanos tuyos ―¡nuestros!―, |
no
alcanzamos remediarles |
en
sus almas y en sus cuerpos. |
Te
ofrecemos nuestra mesa, |
pan
y vino de alimento, |
Te
ofrecemos nuestra angustia |
por
los males sin remedio. |
Te
ofrecemos la tragedia |
de
las guerras entre pueblos, |
y
te pedimos la paz |
―¡don
de Dios!―, tu don inmenso. |
DOMENEC
PUGA, (traducción) 2 (62) |
{2
(62)} |
Núm.
257. ABRIL. Año 1989. Tiempo de oración: ORACIÓN PASCUAL |
Atiende
a nuestra súplica, Señor y Dios nuestro, |
luz
inextinguible, luz de la única luz. |
Luz
que ilumina todo lo creado. |
Luz
de los ángeles y arcángeles, |
luz
de todos los seres espirituales, |
luz
de todos los santos. |
Que
nuestras almas sean como antorchas |
que
alumbran en tu presencia, |
cerca
de ti, iluminadas por ti. |
Que
brillen por la verdad y ardan por la caridad. |
Que
resplandezcan y no se apaguen. |
Que
ardan y no se consuman. |
Tú,
que eres la luz, bendice esta luz, |
porque
todo cuanto sostienen nuestras manos |
fue
creado por ti y tú nos lo diste. |
Por
esta luz, |
que
disipará las tinieblas de la noche, |
se
destruirá la oscuridad de nuestro corazón. |
Que
seamos una morada digna de ti, |
iluminada
por ti, iluminada en ti. |
Que
resplandezcamos sin sombra alguna |
y
siempre te veneremos. |
Que
nos encendamos en ti con llama que jamás se extinga, |
Para
que, llenos de la luz de nuestro Señor Jesucristo, |
resplandezcamos
interiormente, |
se
disipen las sombras de los pecados |
y
persevere en nosotros la luz de la fe y de la caridad. |
(De
la liturgia hispánica) 2 (62) |
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(62)} |
Núm.
267. MAYO. Año 1990. Tiempo de oración: ORACIÓN A N. P. SAN FELIPE NERI |
OH
mi querido y santo Patrón, Felipe: acudo a ti y me pongo en tus manos, y, por
el amor de Jesús ―el mismo por el cual te eligió y te hizo
santo―, te imploro que intercedas por mí, para que, así como Él te
condujo al cielo, también me lleve a mí, cuando sea mi hora. |
Y
te suplico que me alcances una verdadera devoción al Espíritu Santo, Tercera
Persona de la Trinidad gloriosa, por los medios de la gracia que Él dispensa.
Te ruego que me obtengas poder participar de esa sobreabundante devoción que
tú experimentaste hacia El, en la tierra, que te distingue, oh querido padre
mío, de modo especial, entre los demás santos. |
Alcánzame,
oh san Felipe, que de tal modo tenga parte de esa devoción hacia El, para
que, ya que se dignó habitar milagrosamente en tu corazón, hasta inflamarlo
con el fuego del amor sobrenatural, también a nosotros nos haga el beneficio
especial de los dones de la gracia divina. |
No
permitas, oh san Felipe, protector nuestro, que nosotros permanezcamos fríos,
siendo hijos de un Padre de tan ferviente caridad. Casi sería en deshonor
tuyo que tú no hicieras algo para que se te parezcan tus hijos. Implora para
nosotros la gracia de la oración y el gusto de contemplar las cosas divinas,
con la fuerza necesaria para dominar nuestros pensamientos, de modo que
alejemos las distracciones. Consíguenos, también, el don de conversar con
Dios, sin jamás cansarnos de estar con Él. |
Oh
san Felipe, corazón de fuego, flor de pureza, mártir de la caridad, ruega al
Señor por nosotros. |
John
Henry Newman, C. O. |
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Núm.
275. ABRIL. Año 1991. Tiempo de oración: DOMINGO, DÍA PASCUAL |
Santo
eres en verdad, Señor, |
fuente
de toda santidad. |
Por
eso venimos ante tu presencia |
y
celebramos en unión con toda la Iglesia |
el
primer día de la semana, |
el
día en que Cristo resucitó de entre los muertos. |
Te
glorificamos, Padre santo, |
porque
estás siempre con nosotros |
en
el camino de la vida, |
sobre
todo cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega |
para
el banquete pascual de su amor. |
Como
hizo en otro tiempo |
con
los discípulos de Emaús, |
él
nos explica las Escrituras |
y
parte para nosotros el Pan. |
(Del
Ordinario de la Misa) 2 (62) |
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(62)} |
Núm.
276. MAYO. Año 1991. Tiempo de oración: ACCIÓN DE GRACIAS |
Señor,
Padre Santo, |
Dios
todopoderoso y eterno: |
en
verdad es bueno y justo, |
y
es nuestro deber y fuente de salvación, |
que
te demos gracias |
siempre
y en todo lugar, |
porque
has llenado con los dones de tu gracia |
al
bienaventurado san Felipe, |
abrasando
su corazón |
en
el fuego de tu amor. |
Animado
de ardiente caridad, |
instituía
esta nuestra Congregación |
para
el bien de las almas, |
mientras
cumplía con el ejemplo de sus obras |
las
enseñanzas de salvación que a otros daba. |
Al
celebrar su fiesta, nos llenas de alegría, |
y
nos mueves a imitar su vida santa |
instruyéndonos
con su ejemplo, |
a
la vez que nos proteges con su intercesión, |
a
ti tan grata. |
Por
esto, nosotros, |
unidos
a los ángeles y a los santos, |
cantamos
sin cesar el himno de tu gloria. |
(De
la Misa de N. P. S. Felipe Neri) 2 (82) |
{2
(82)} |
Núm.
288. MAYO-JUNIO. Año 1993. Tiempo de oración: ORACIÓN A SAN FELIPE NERI |
Oh
san Felipe, amadísimo protector nuestro, |
a
ti acudimos y nos ponemos en tus manos |
para
pedirte que nos alcances |
una
verdadera devoción al Espíritu Santo. |
Haznos
participar de tal manera del amor que tú le tenías, |
que,
así como él descendió de modo prodigioso en tu corazón, |
y
lo abrasó en amoroso fuego, |
también
nosotros seamos favorecidos |
con
los dones especiales de su gracia. |
No
permitas que permanezcamos fríos, |
ya
que somos hijos de un Padre tan fervoroso como tú. |
Implora
para nosotros la gracia de la oración |
y
el gusto de contemplar las cosas divinas; |
haz
que adquiramos la fuerza necesaria |
para
dirigir nuestros pensamientos a Dios |
y
alejar las distracciones, |
y
el don de conversar con él, sin jamás cansarnos. |
Vaso
del Espíritu Santo, |
corazón
ardiente, |
luz
de santa alegría, |
ruega
al Señor por nosotros. |
J.
H. Newman, MD, 257 2 (46) |
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(46)} |
Núm.
293. MARZO-ABRIL. Año 1994. Tiempo de oración: CONTRA EL MIEDO |
Oh
Padre nuestro del cielo, tú eres el Padre de la libertad; el Padre de la
libertad de tus misericordias, de la libertad de tu bondad, de la libertad de
tu amor. |
¡Oh
Padre nuestro, cuán poco te conocemos! |
Temblamos
frente a ti como en presencia de un juez severo; huimos de ti como de un
legislador temible. Pero huimos de ti solamente por miedo de tu misericordia;
tenemos miedo de tu bondad, de tu amor. Por eso nos refugiamos bajo la
protección de la ley, encerrados tras sus murallas. |
Te
pedimos, oh Padre, que destruyas nuestro miedo, que impidas nuestra huida,
que nos libres de nuestra resistencia, Padre del cielo, te rogamos que nos
tomes en tus brazos, lo queramos o no, y nos lleves en tu corazón. Y te damos
gracias, en este momento, de que nos permitas postrarnos frente a ti sin
protección ni seguridad alguna. Oh Padre del cielo, conduce nuestro
sentimiento hasta la experiencia de que, mientras todo peligra, no disponemos
de otra protección ni seguridad que la libertad de tu misericordia, de tu
bondad y de tu amor. |
Erich
Przywara, sj 2 (26) |
{2
(26)} |
Núm.
294. MAYO-JUNIO. Año 1994. Tiempo de oración: EN UN SALUDO A TI |
Que
en un saludo a ti, Dios mío, |
se
extiendan todos mis sentidos |
y
toquen este mundo, |
peana
de tus pies. |
Lo
mismo que una nube del estío, |
cargada
de agua no llovida, |
permite
que mi mente se te acerque |
postrada
en el umbral de tu presencia, |
en
un saludo a ti. |
Que
todas mis canciones se recojan, |
trenzadas
en un solo acorde, |
y
fluyan hacia el mar |
de
tu silencio, |
en
un saludo para ti. |
Como
bandada de cigüeñas añoradas |
que
vuelan sin reposo noche y día, |
cuando
retornan a la altura de sus nidos, |
que
así también mi vida emprenda su jornada, |
camino
del hogar eterno, |
sencillamente
en un saludo a ti. |
Rabindranath
Tagore (1861-1941) 2 (50) |
{2
(50)} |
Núm.
299. MARZO-ABRIL. Año 1995. Tiempo de oración: ORACIÓN DEL IV CENTENARIO DE
S. FELIPE NERI |
Oh
Dios, Padre nuestro omnipotente, |
que
has querido reflejar tu paternidad |
en
el ejemplo de bondad y sabiduría con que san Felipe |
guiaba
a los más jóvenes hacia la responsabilidad |
de
la edad adulta: |
concédenos
el espíritu de sana alegría |
y
prudencia sobrenatural, |
que
es fuente de esperanza cristiana |
y
lleva a la plenitud de la vida contigo. |
Oh
Jesús, ungido Hijo de Dios, |
que
fuiste amado con amor inmenso por san Felipe, |
y
el único que merece el amor de todos los hombres: |
concédenos
que también nosotros sepamos descender |
hasta
comprender las inquietudes de este mundo, |
proyectando
en él nuestra fe, |
y
evitar que jamás nos convirtamos en sal insípida |
que
merezca ser rechazada fuera por los hombres. |
Oh
Espíritu Santo, que inflamaste con tu fuego |
el
corazón de san Felipe, todavía joven: |
ven
y libéranos de nuestras tristezas, |
de
nuestro egoísmo, |
del
frío e indiferencia del mundo, |
y
dilata nuestro corazón |
para
que sea capaz de compadecer y remediar |
todas
las pobrezas y miserias de los hombres. |
Amén. |
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(26)} |
Núm.
300. MAYO-JUNIO. Año 1995. Tiempo de oración: PREFACIO DE SAN FELIPE EN EL
MISAL AMBROSIANO |
Realmente
es justo y necesario, |
es
nuestro deber y salvación |
darte
gracias siempre y en todo lugar, |
Dios
santo y omnipotente, |
y
que te ofrezcamos con devoción |
nuestras
alabanzas, a ti, Padre de la gloria, |
autor
y creador de todas las cosas. |
Pues
tú nos has dado en san Felipe |
un
ejemplo vivo |
que
suscita nuestro fervor |
en
el seguimiento de Cristo. |
Su
luminoso testimonio nos apremia |
a
amarte con alegría |
y a
servirte en los hermanos más necesitados. |
Su
admirable vida nos enseña |
a
dirigirnos a ti con corazón sencillo |
y
nos recuerda que la fidelidad de cada día |
es
la ofrenda más grata a tu nombre. |
Por
eso, con los ángeles y los arcángeles |
y
con todos los coros celestiales, |
cantamos
sin cesar el himno de tu gloria: |
Santo,
santo, santo... |
{2
(50)} |
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