Biografía de Dom Placid Murray OSB

Dom Placid Murray OSB

Michael Murray nació el 7 de octubre de 1918 en Lismore, Co. Waterford, Irlanda. Tras la temprana muerte de su padre, su madre se trasladó con la familia a Dublín, donde él recibió su educación en el Blackrock College. En septiembre de 1935 ingresó en el priorato de Glenstal, recibiendo el nombre monástico de Placid. Hizo sus primeros votos en enero de 1937 y fue enviado a la abadía de Maredsous, Bélgica, para estudiar filosofía y comenzar su formación en teología.

Formación y Ministerio en Tiempos de Guerra

El estallido de la Segunda Guerra Mundial alteró sus estudios. Inicialmente, su comunidad huyó al sur de Francia antes de regresar a la Bélgica ocupada. Ante el riesgo que corría como irlandés en territorio controlado por Alemania, fue enviado a Roma para completar su formación en Sant’Anselmo. En ese período nació su profundo amor por la obra de John Henry Newman, un vínculo intelectual y espiritual que marcaría toda su vida.

Debido a su delicada salud, fue ordenado sacerdote antes de lo previsto en la abadía de Santa Escolástica de Subiaco el 20 de diciembre de 1941, celebrando su primera misa en el Sacro Speco, lugar de retiro de San Benito. Regresó a Irlanda en un arduo viaje a través de Italia, Francia y España hasta llegar a Lisboa, desde donde voló a casa en una ruta frecuentada por agentes de inteligencia aliados durante la guerra.

Liderazgo en Glenstal y Pasión por la Liturgia

De vuelta en Glenstal, el Padre Placid se desempeñó como asistente del maestro de novicios y enseñó religión y alemán. En 1952 fue nombrado prior conventual y jugó un papel clave en la transformación del monasterio en abadía en 1957. Durante su mandato completó la iglesia abacial y reformó el refectorio monástico.

Su interés por la liturgia lo llevó a cofundar la Societas Liturgica, de la cual fue el primer presidente (1967-1969), y a establecer la Conferencia Litúrgica de Glenstal, un foro de discusión sobre la renovación litúrgica postconciliar. También participó activamente en la Comisión Internacional para el Inglés en la Liturgia (ICEL), donde trabajó en la traducción de los textos litúrgicos al inglés, desempeñando un papel clave en la edición de la Liturgia de las Horas en inglés.

Dedicación a John Henry Newman y su Última Etapa

En paralelo a su labor litúrgica, continuó profundizando en el pensamiento de Newman. Su trabajo académico culminó con la publicación de Newman the Oratorian: Cardinal Newman's Oratory Papers (1969), por el que recibió un doctorado en teología en Sant’Anselmo. Posteriormente, contribuyó a la edición de los sermones anglicanos inéditos de Newman, una obra de gran relevancia en los estudios sobre el cardenal.

A lo largo de su vida en Glenstal, fue profesor en el noviciado, enseñó alemán en la escuela monástica y ejerció como confesor. En sus últimos años, residió en el asilo Millbrae de Newport, Co. Tipperary, donde continuó su ministerio hasta poco antes de su fallecimiento el 1 de noviembre de 2022, a los 104 años.

Un Maestro de la Palabra y la Tradición

Dom Placid Murray dejó un legado invaluable en la renovación litúrgica y la difusión del pensamiento de Newman. Su pasión por la belleza de la oración y la precisión en la traducción litúrgica influyó en generaciones de fieles y estudiosos. Predicador habitual de la misa conventual en Glenstal, sus homilías eran profundas meditaciones que conectaban la Escritura con la experiencia humana y la tradición patrística, reflejando su vasto conocimiento y su capacidad de síntesis.

Su legado homilético está recogido en 100 Liturgical Homilies, una selección de sus reflexiones sobre la liturgia, que constituye solo una pequeña parte de su predicación. Las homilías de Dom Placid Murray aquí presentadas han sido traducidas al español para facilitar su acceso a un público más amplio, respetando la claridad y profundidad del original.

Para aquellos que lo conocieron, fue un hombre de profunda dignidad, erudición y compromiso con la vida monástica. Su intelecto brillante y su carácter íntegro lo convirtieron en una figura central en la historia de la abadía de Glenstal y en la evolución de la liturgia en lengua inglesa. Su legado sigue vivo en las oraciones de la Iglesia y en las páginas de sus escritos.